*** Admirable su fuerza interior…
Por: Luis Velázquez
Veracruz, México; 15 de octubre de 2013.--
PASAMANO: después de un montón de batallas en su vida, un hombre, un
político, enfrenta la más dura de todas sus guerras, seguro de que habrá
de vencer…
En ningún momento la lucha es contra un
enemigo y/o un adversario político, sino al contrario, contra sí mismo
para conservar la alegría de vivir, la enjundia y el coraje en cada
nuevo amanecer…
Es Gerardo Buganza Salmerón, súper
secretario de Infraestructura y Obra Pública del gobierno de Veracruz,
enfermo de cáncer en la piel… Y en su lucha, su fe resulta
inconmovible…, como digamos, el Sísifo de Albert Camus, el hombre que
cargando en la espalda una piedra gigantesca tenía la encomienda de
trepar a la cima, y cuando faltaban unos centímetros, la piedra se le
resbalaba y así una y otra y otra y otra vez…
A diferencia de otros hombres y mujeres,
que suelen recluirse en su domicilio particular, Buganza sale todos los
días de su casa en Xalapa para despachar en su oficina, con la misma
pasión de cuando, por ejemplo, en el año 2004 fuera candidato panista a
gobernador, y/o cuando despachaba como legislador federal, tanto
diputado como senador, y viajaba por el mundo en tareas oficiales…
O cuando por vez primera la puerta de la
política le fue abierta con un escaño edilicio en el Ayuntamiento de
Córdoba, gracias a la generosidad del filósofo César Leal Angulo, su
primer padrino en la política partidista y en la administración pública…
Con principios, ideales y convicciones a
prueba de bomba, que incluso llegaran más allá del PAN al poderoso
grupo de ‘El Yunque’, Buganza enfrenta la más intensa y despiadada de
sus batallas, con la misma firmeza y entereza con que, digamos, la
desafiara el priista Gustavo Sousa Escamilla, quien, ha dicho él mismo,
“venció a la muerte” luego de ganar la pelea estelar de su vida con el
cáncer…
BALAUSTRADAS: ningún ser humano puede
enfrentar una batalla como Buganza a menos que posea una gran fuerza
interior, sólida, firme, indestructible, eje rector de sus días y
noches…
Un hombre con fuerza exterior se
derrumba en automático, porque el corazón, el alma, el espíritu, las
neurones son frágiles… Y más, como en el caso de Buganza, que el
torbellino interno mueve las aspas de su vida desde la juventud, quizá
la adolescencia, la niñez, vaya… Por ejemplo, uno de sus amigos recuerda
los meses aquellos, unos dos años, cuando desde el Congreso de la Unión
operó y cabildeó para amarrar la candidatura panista a gobernador… Y
desde entonces, y en la campaña y luego, los encargados de la agenda
pública le debían reservar una hora diaria, de 7 a 8 de la mañana para
escuchar misa, confesarse y comulgar…
Todos los días de manera religiosa y
militar… Y si la agenda iniciaba, por fuerza mayor, temprano, entonces,
la hora reservada para acudir a la iglesia era trasladaba de 7 a 8 de la
noche… ¡Y ay si la disciplina en el horario se alteraba porque entonces
ardía Troya!...
Pero además, Buganza llevaba su religión
y su fe a la práctica cotidiana, como por ejemplo, en la campaña quedó
probado y comprobado el pegue y el arrastre que Buganza tenía entre las
mujeres, pues todas querían estar cerca de él, y en algunos, muchos
quizá casos, hasta una aventura… Un día, por ejemplo, uno de los
colaboradores aceptó el papelito de una chica con su teléfono celular
para que el candidato le hablara en la noche, y cuando se lo dieron,
Buganza reaccionó irritado y molesto, pero al mismo tiempo, respetuoso,
pues dijo lo siguiente: “Que sea la primera y última vez que me acercan
este tipo de recados… Yo busco la gubernatura y nada me hará desviar”…
ESCALERAS: en aquellos dos años de la
precampaña y la campaña a la gubernatura, ninguno de los hombres
cercanos a Buganza le conocieron una aventura, un desliz, un tropezón
sexual…
Incluso, en Martínez de la Torre
cientos, miles de mujeres le organizaron un mitin, y las organizadoras
pedían que el candidato panista llegara solo… Y entonces, llegó
acompañado de su esposa, quien desde la entrada al salón hasta la
despedida nunca lo dejó solo, siempre pegada en su brazo, como la pareja
ideal… “Yo nunca he sido infiel a mi esposa” ha dicho Buganza…
Y, bueno, en el mundo político, tan
lleno de tentaciones y debilidades, trampas y frivolidades, resulta
inverosímil una proeza conyugal de tal dimensiones, y ninguna duda
existiría que parte de su fortaleza espiritual radica ahí… Y por eso
mismo, el ansia de vivir y servir y ser útil a los demás con todo y
cáncer de piel…
Guerrero de ene millón de peleas, cuando
bien pudiera darse una tregua, por el contrario, duplica y multiplica
su trabajo, a tal grado que, por ejemplo, cuando la ley señala que la
Secretaría de Desarrollo Social se encargaría de la obra pública de los
Juegos Centroamericanos, Buganza aceptó agarrar el toro por los cuernos,
pues el tiempo ha pasado y los juegos ya están cerca y aún faltan más
de 15 obras por iniciarse…
Su heroicidad rebasa cualquier proeza
humana y sobrehumana, porque el motor de su vida está en su familia y en
la semilla que fermenta en su vida interior… Un héroe de la vida
privada y pública se está revelando a plenitud, luchando cada día por
exprimir todo el juego a los minutos y las horas… (Tomado de El Pîñero de la Cuenca).
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martes, 15 de octubre de 2013
Gerardo Buganza lucha férreamente en contra del cáncer. . . . .
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