Ángel Aguirre, gobernador de Guerrero. Foto: Benjamín Flores. |
El festejo organizado por el gobernador Ángel Aguirre Rivero en la casa de gobierno de Chilpancingo la noche del viernes 13, justo cuando la tormenta tropical Manuel entraba a Guerrero, refleja la imprevisión y la falta de sensibilidad político-social de los gobernantes.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La
noche del viernes 13 en Casa Guerrero, en Chilpancingo, el gobernador
Ángel Aguirre abrazaba jubiloso a dos de sus predecesores: Rubén
Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros.
Afuera de la residencia
oficial la lluvia pertinaz provocaba que familias enteras abandonaran
sus viviendas en las márgenes del río Huacapa, mientras en el resto del
estado la tormenta tropical Manuel ya ocasionaba enormes estragos.
Esta
contingencia no fue tema de conversación en la mesa donde Aguirre
departía con sus invitados. Afuera, las calles y avenidas se anegaban.
Desde las seis de la tarde de ese día, en la emisora ABC Radio el
periodista Luis Flores Lonazkuo difundía las llamadas de auxilio de
pobladores de la capital y de otras regiones del estado.
“No
conozco ninguna alerta de autoridades federales, estatales o
municipales. Me orienté por las imágenes del meteorológico, llamé a los
colegas de las diferentes regiones y supuse que la situación sería mucho
más grave que la ocasionada por el huracán Paulina (octubre
1997). Entonces pedí permiso a la gerencia de la estación para
interrumpir los programas cotidianos y darle voz a la gente. Tengo
grabadas más de 700 llamadas de auxilio”, dice en entrevista telefónica
Flores Lonazkuo, quien desde la tarde del viernes 13 no ha soltado el
micrófono de ABC Radio, sirviendo como enlace entre pobladores y
autoridades.
Al banquete ofrecido por Aguirre acudieron alrededor
de 300 invitados. Entre la concurrencia podía verse a políticos y
representantes de grandes empresas de la Ciudad de México que están
haciendo lucrativos negocios en el estado, entre ellas las de Carlos
Slim. Así lo comenta a Proceso uno de los asistentes a la cena.
Este
convite fue el colofón del acto para festejar el bicentenario de la
instalación del Primer Congreso de Anáhuac en la catedral Santa María de
la Asunción, donde José María Morelos proclamó los Sentimientos de la Nación.
En
el evento organizado por el Congreso de Guerrero cada año se otorga una
presea conmemorativa. En esta ocasión se homenajeó a Armando Chavarría
Barrera, político perredista que presidía el Poder Legislativo local
cuando fue asesinado el 20 de agosto de 2009. Hasta la fecha el crimen
permanece impune.
La viuda de Chavarría, Martha Obeso, pronunció
un discurso en el cual les recordó al mandatario estatal y al
representante del presidente Enrique Peña Nieto, el subsecretario de
Desarrollo Social Javier Guerrero García, que “el Estado mexicano y el
gobierno de Guerrero deben garantizar la vida, la integridad física y el
patrimonio de todos los ciudadanos y hacer que se respeten los derechos
humanos que consagra la Constitución”.
(Fragmento del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1925, ya en circulación)
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