El mitin de López Obrador. Foto: Benjamín Flores. |
MÉXICO,
D.F. (proceso.com.mx).- Andrés Manuel López Obrador, dirigente del
Movimiento Regeneración Nacional (Morena), propuso privilegiar la no
violencia en las acciones en defensa del petróleo y la economía popular,
además de reafirmar su llamado a la movilización ciudadana.
“En
cuanto a las acciones, les propongo que a partir de ahora, todos los
órganos de dirección de Morena, el Comité Ejecutivo Nacional y los
comités estatales y municipales, convoquen a la unidad a todos los
ciudadanos de los distintos sectores sociales, económicos y políticos,
para lograr, entre todos, detener las llamadas reformas energética y
hacendaria”, dijo en el mitin que se realizó en avenida Juárez y
Balderas y no en el Zócalo debido al plantón de la CNTE.
Propuso
que el domingo 15 de septiembre en todas las cabeceras de los municipios
del país, así como en las delegaciones del Distrito Federal, se lleven a
cabo asambleas informativas de 10 de la mañana a 6 de la tarde y se
distribuya información.
Planteó cuidar el movimiento para que no haya violencia ni infiltrados, además de proponer que nadie se cubra el rostro.
También
convocó a otro mitin para el domingo 22 en la Ciudad de México, donde
se llevará a cabo una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo
desde las 10 de la mañana.
“En suma, pregunto a ustedes: ¿Se
aprueba que actuemos pacíficamente, que convoquemos a los ciudadanos a
luchar juntos, que hagamos en las plazas reuniones informativas el 15 de
septiembre y que celebremos el domingo 22, aquí en la Ciudad de México,
una gran marcha nacional en defensa de la economía popular y del
petróleo?”, y la gente aceptó.
El excandidato presidencial de las
izquierdas reconoció que no celebrarán este acto en el Zócalo porque
allí se están manifestando, en defensa de sus derechos, los maestros del
país, a quienes expresamos nuestro respeto y solidaridad, destacó.
Recordó
que desde hace 30 años se definió, con mayor énfasis, durante el
gobierno corrupto de Carlos Salinas de Gortari, la política neoliberal
que los gobernantes llaman modernidad, pero que él califica como
neoporfirismo.
“Hasta hoy, el resultado de esa política ha sido un
rotundo fracaso. En vez de avanzar en el terreno económico, social,
moral y político, hemos retrocedido. Aunque, debe quedar claro que este
supuesto nuevo paradigma, como le llaman, fue diseñado y puesto en
práctica con el único fin de favorecer a una pequeña minoría de
políticos corruptos y de traficantes de influencias, a costa del
sufrimiento de la inmensa mayoría del pueblo de México”, indicó.
Cuestionó
cuál ha sido el beneficio para los mexicanos en la entrega de
concesiones por 50 millones de hectáreas, el 25% del territorio
nacional, para la explotación del oro, la plata y el cobre.
Y se
respondió: “Los trabajadores mineros mexicanos ganan, en promedio, 16
veces menos que los mineros de Estados Unidos y Canadá. Un dato: las
empresas de este ramo han extraído en sólo 10 años el doble de la plata y
del oro que se llevaron los españoles en 300 años, sin pagar nada de
impuestos por la explotación de esta riqueza, con el añadido de la
destrucción y la contaminación impune de nuestro territorio”, añadió.
Detalló:
“Y
así podríamos seguir preguntando a estos políticos irresponsables y
corruptos sobre los beneficios de la privatización de otras empresas
públicas, como las líneas aéreas, puertos, aeropuertos, carreteras,
ingenios azucareros, complejos petroquímicos, plantas de fertilizantes y
muchas más”.
Explicó que con la reforma energética se
otorgarán contratos de utilidad compartida, “es decir, pretenden que se
compartan las ganancias del petróleo, que son del pueblo de México, con
empresas petroleras extranjeras”, apuntó.
“Téngase en cuenta que
hoy los ingresos anuales por ventas de petróleo y derivados, representan
alrededor de 125 mil millones de dólares y el 90% es utilidad o
ganancia. Y tienen la intención de que las empresas extranjeras
contratadas para la exploración y perforación de pozos, se queden hasta
con el 50% de las utilidades, como lo aseguró Luis Videgaray, secretario
de Hacienda, porque, según él, eso es lo razonable”, inquirió.
Asimismo,
desde la expropiación petrolera, los trabajadores y técnicos mexicanos
siempre han sabido extraer el petróleo. En cuanto a la falta de
inversión, dijo que Pemex es de las empresas más rentables del mundo y
que, desde luego, tiene recursos suficientes para autofinanciarse,
agregó.
De modo que, reiteró, no hay ninguna razón para privatizar
el petróleo. Se trata de un vil y descarado atraco, que significaría
entregar de 30 a 40 mil millones de dólares anuales a las empresas
extranjeras, dijo.
Y por si fuera poco, este desfalco a la
hacienda pública quieren taparlo aumentando los impuestos, lo que hoy
por la tarde darán a conocer con la envoltura de reforma hacendaria. Es
decir, proponen que los mexicanos paguemos la factura por la entrega de
las ganancias del petróleo a extranjeros, añadió.
“Pero hay algo
más. Con la reforma al artículo 28 constitucional están considerando
privatizar la refinación del petróleo, la petroquímica, el gas, la
industria eléctrica, el transporte y la distribución de los energéticos.
Con lo cual, se dejará a nuestro país sin la posibilidad de utilizar,
de manera integral, al sector energético como palanca del desarrollo”,
mencionó.
Es decir, dejarían al Estado mexicano sin ninguna opción
para promover a la industria nacional y fomentar nuevas fuentes de
energía, para crear empleos y reducir los precios de las gasolinas, el
diesel, el gas y la luz, en beneficio de los consumidores y de las
empresas, agregó.
Por eso, consideró que es sumamente grave lo que
están queriendo imponer. Sin exagerar, es un acto de traición a la
patria, de mayor o igual magnitud, que los consumados por Santa Anna,
Porfirio Díaz o Carlos Salinas de Gortari.
“Lo que sí puede
asegurarse es que, si hoy, la política antipopular y entreguista, ha
dejado un saldo de 53 multimillonarios con 53 millones de pobres (un
multimillonario por cada millón de pobres), si se privatiza el sector
energético, esta cifra de la ignominia y de la desigualdad obscena,
pasaría, en tres años, a 63 multimillonarios con 63 millones de pobres”,
señaló.
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