Por: Luis Velázquez
Veracruz, México; 01 de agosto de 2013.--
Con $400 millones entregados por la federación al gobierno de Veracruz
en el año 2009, con $700 millones más en el año 2012, con dos titulares
que ya van, los Juegos Centroamericanos y del Caribe a efectuarse en
tierra jarocha en el 2014 han despertado dudas, suspicacias y
perspicacias… al grado que desde hace ratito hay un debate mediático,
que serían trasladados a Jalisco y que, en el mejor de los casos, se
efectuarán aquí, como ha sido programado.
Incluso, el presidente de la Comisión de
Juventud y Deporte en la Cámara de Diputados anterior, Francisco
Landero, hasta planteó auditar los 400 millones de pesos que fueron
entregados en el fidelato, porque ninguna obra de infraestructura
deportiva habían iniciado.
Todavía peor, el legislador también
cabildeaba en el Congreso de la Unión que fueran congelados los 700
millones de pesos que estaban listos para entregarse y ejercerse en el
año 2012.
En tales circunstancias, en el gobierno
jarocho pensaban entonces que Veracruz atendería a unos 5 mil atletas
provenientes de 28 países del continente que tendrían como sede el
puerto de Veracruz y subsedes Xalapa, Boca del Río y Medellín.
El caso es que cuatro años y medio
después de que el Congreso federal aprobara la primera parte del
presupuesto y fuera entregado al fidelato, la obra pública
(construcción, remodelación o ampliación de los escenarios deportivos)
constituye un misterio para la población.
Nadie, por ejemplo, ni siquiera, vaya,
los reporteros de deportes, conocen la infraestructura que de manera
presumible están edificando; incluso, el segundo coordinador de los
Centroamericanos, Dionisio Pérez Jácome, ha dicho, con su palabra de
Matusalén, que la obra va en tiempo y forma, pero sin precisar la
descripción concreta y específica.
Más suspicacia aún. En el año 2009
hablaron de una inversión de 4 mil millones de pesos, lo que significa
una tentación sin precedente para la elite política que la maneje, pues
si sólo se considera el diezmo son 400 millones para el ganador, además,
claro, de que podrían aparecer compañías constructoras para quedarse
con el hacha, la calabaza y la miel.
Así, y como mera suspicacia, el
miércoles 3 de abril, 2013, la Gaceta Oficial del gobierno de Veracruz
publicó con el número extraordinario 126 el decreto para reformar
“varios artículos del diverso por el que establece las bases de creación
del fideicomiso público de administración e inversión para el
desarrollo de la infraestructura y equipamiento deportivo para los
Juegos Centroamericanos”.
En el considerado asienta la
conveniencia de que el fideicomiso “esté sectorizado a la Secretaría de
Desarrollo Social del Gobierno”.
Incluso, hasta reformaron los artículos
I, fracción III, 3 Fracción III, 5 Fracciones VI y VII, 14 y 19 que
establece las bases de la creación del fideicomiso… publicado en la
Gaceta Oficial en el número extraordinario 287 en fecha 15 de septiembre
del año 2009.
El duartismo, pues, modificó el
clausulado fijado por Fidel Herrera, en tanto el Congreso, con la
aplanadora priista, aprobó todo, sin chistar.
JUGADA ESTELAR DE CINCO ESTRELLAS
Pero como se advierte se trata de una jugada de cinco estrellas por lo siguiente:
1.-Desde los espacios periodísticos han
manejado que el secretario de Desarrollo Social, Marcelo Montiel
Montiel, será removido a la presidencia del CDE del PRI, pues el
titular, Erick Lagos, pasaría a la subsecretaría General de Gobierno,
donde ya estuvo.
2.-También, y desde los espacios
mediáticos, el alcalde de Tuxpan, Alberto Silva, ha promovido con
insistencia y desesperación que relevará en el cargo a Montiel Montiel.
3.-Pero, además, en Desarrollo Social ya
está Vicente Benítez como subsecretario, quien fuera el tesorero de
Finanzas y Planeación, el brother del gobernador y hombre de la
confianza absoluta como quedó probado con el caso de “las maletas
voladoras” conteniendo 25 millones de pesos, en denominaciones de mil
pesos, billetes nuevecitos, todavía olorosos a tinta, amarrados con
ligas, con destino al aeropuerto de Toluca.
4.-Así, y ante la inversión millonaria
de los Juegos Centroamericanos, Montiel Montiel sería sacado de la
jugada para que el pitcher y el cátcher fueran Alberto Silva y Vicente
Benítez.
La Gaceta Oficial del miércoles 3 de
abril lo deja claro: el Fideicomiso de los Juegos ha sido sectorizado a
la Secretaría de Desarrollo Social, de tal forma que “el patrimonio
fideicomitido” se aplicará en “esquemas convenientes de aportación con
terceros para infraestructura urbana, deportiva, villas y otras
instalaciones necesarias”.
Más aún si se considera, y también de
acuerdo con la Gaceta Oficial, en el llamado “Considerando” que los
Juegos Centroamericanos serán aprovechados “como argumento para
instrumentar una ambiciosa política de transformación urbanística y
social de la entidad, articulando proyectos de movilidad, imagen urbana,
rescate del espacio público y promoción social, deportiva, cultural y
turística…”
Pero además, y hacia el final del día,
los Juegos de igual manera implican “la reactivación económica y la
creación de empleos, a partir (dice la Gaceta) de la atracción de
inversión nacional y extranjero para el desarrollo de proyectos”.
Es decir, el paraíso en la tierra. La
tierra prometida y utópica. La burbuja de cristal. Pero atrás de todo,
el negocio puro. El manejo de 4 mil millones de pesos, de los cuales la
Federación ha entregado una parte sustancial, sin que nadie, en
Veracruz, más que la cúpula gobernante (los Pérez Jácome, por ejemplo)
conozcan el destino de la inversión.
Y de paso, claro, de estarse dando, el
nombre de las compañías constructoras beneficiadas por dedazo, fast
track, en todo caso con licitaciones manejadas a modo.
UN DIPUTADO FEDERAL, ATRÁS
DE LOS CENTROAMERICANOS
En el fidelato (el tlatoani, el virrey,
la gubernatura imperial en turno) siempre cacarearon que el góber fogoso
cabildeó en Colombia, luego de que Guatemala y Jamaica declinaran, que
los Centroamericanos 2014 se efectuaran en Veracruz.
“Nadie presentó candidatura. Los dejamos
con la boca abierta. Hicimos todo muy bien y nadie se animó’’ dijo el
entonces director del instituto del Deporte de Veracruz, el músico
Roberto Bueno” (Proceso, Raúl Ochoa, Veracruz: los juegos de la
incertidumbre).
Pero la realidad es otra.
En aquel tiempo, el ingeniero Marco
Antonio Torres Hernández era diputado federal y estaba en Colombia como
enviado del Congreso de la Unión. Entonces, los Centroamericanos se
efectuaban en el país y a través de sus relaciones y contactos cabildeó
para que la tierra jarocha fuera la próxima sede.
Y cuando ya los tenía amarrados, habló
con Fidel Herrera para formalizar la gestión, quien volara a Cartagena
en compañía de su esposa y de su amigo y socio, Juan Felipe Ruiz Ortiz y
su esposa.
Y mientras ellos visitaban el museo de
Botero y se reían de los cuerpos deformes pintados por el artista y los
comparaban con “los gordos” de su gabinete (“mi equipo pesado” le
llamaba), Marco Antonio Torre redactaba el documento en una oficina
pública, sin que en ningún momento apareciera en el escenario el músico
habilitado como el ideólogo de la política deportiva jarocha, Roberto
Bueno Campos.
Años después, cuando Marco Antonio
Torres ya había, incluso, cabildeado en el Congreso para el renglón
presupuestal, nunca, jamás, fue considerado…
ANTONIO MANSUR PIDIÓ
DINERO, ASÍ NOMÁS…
El exdiputado federal, Francisco
Landero, contó al reportero Raúl Ochoa, de Proceso, que en aquel tiempo,
el subsecretario de Finanzas de Veracruz, José Antonio Mansur (ahora
delegado federal de la secretaría de Economía) habló con él en el
Congreso federal para “solicitar recursos para los Juegos. Pero no nos
presentó un plan. Nos dijo que los juegos iban a costar alrededor de 2
mil 500 millones de pesos. Y cuando le preguntamos cuánto se requería de
presupuesto para ese año no hizo ninguna propuesta específica”.
Francisco Landero al habla: “En corto me
dijo que como estaba interino no se atrevía a proponerme una cantidad, y
que tampoco habían estudiado con claridad el presupuesto. Quedó de
enviarlo a detalle, cosa que no ha sucedido desde la reunión que
sostuvimos, hace como un mes y semanas. Y así nos quedamos”.
Por lo pronto, el semanario Proceso
llamó a los Centroamericanos “los juegos de la incertidumbre”, lo que,
claro, el concepto y la idea se han multiplicado ante la opacidad con
que los David Velasco, primero, y los Pérez Jácome después, han manejado
el estado financiero, el programa de obras y las compañías
constructoras a cargo de la obra de infraestructura… si es que existe.
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viernes, 2 de agosto de 2013
XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, bajo sospecha
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