el narcotraficante Rafael Caro Quintero.
Foto: AP
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GUADALAJARA,
JAL. (apro).- Con el mayor de los sigilos, el narcotraficante Rafael
Caro Quintero abandonó la madrugada de este viernes el penal estatal de
Puente Grande, luego de permanecer encarcelado durante cerca de tres
décadas, acusado del secuestro y asesinato de Enrique Camarena Salazar,
un agente de la agencia antidrogas estadunidense, DEA, y del piloto
mexicano Alfredo Zavala Avelar en febrero de 1985.
El capo pasó
los últimos tres años recluido en el penal estatal luego de ganar un
amparo para abandonar el penal de máxima seguridad de Puente Grande.
Según
versión ligada a las autoridades del Reclusorio Metropolitano, el
exlider del Cártel de Guadalajara salió del núcleo penitenciario
acompañado de sus abogados y de sus familiares, aunque no se sabe si
después de obtener su libertad, Caro Quintero se mantiene en esta ciudad
o salió del estado rumbo a su natal Sinaloa o hacia algún otro lugar.
En
opinión de José Luis Guízar Abarca, quien durante un tiempo fungió como
su abogado, la liberación de Caro Quintero obedece a un acto de
justicia, debido que se le acusó del asesinato de un agente activo de la
DEA, cuando en realidad, al momento de la muerte de Enrique Camarena,
ya no era elemento al servicio de esa agencia y tampoco ostentaba algún
cargo diplomático, a pesar de que su secuestro se llevó a cabo cuando
abandonaba las instalaciones del Consulado de Estados Unidos en esta
ciudad –en las calles de López Cotilla y Progreso–, el 7 de febrero de
1985, y pretendía dirigirse a la casa de su madre en donde asistiría a
una reunión familiar.
Un mes después, en marzo, las autoridades
mexicanas encontraron los cadáveres de Enrique Camarena y Alfredo Zavala
cerca del rancho El Mareño, en el municipio de Bellavista, Michoacán,
en los límites con el estado de Jalisco.
Cuando los dos cuerpos
fueron encontrados a flor de tierra a un costado de la carretera, entre
Bellavista y Zamora, tenían claras huellas de tortura. También se
comprobó que los cadáveres los mantuvieron en refrigeración durante, al
menos algunos días en Guadalajara. Luego, se descubriría que fue en la
casa de Rubén Zuno Arce, recientemente fallecido en una cárcel
estadunidense en donde cumplía una condena de cadena perpetua por tales
hechos. El hallazgo se dio gracias a una llamada anónima realizada
desde Los Ángeles, California.
El 4 de abril de 1985, Caro
Quintero fue localizado y detenido en Costa Rica, donde se había
refugiado junto con su entonces pareja Sara Cosío, a quien supuestamente
había secuestrado, después de que logró evadir a las autoridades
mexicanas gracias a la protección que recibía tanto de la Dirección
Federal de Seguridad como de la Policía Judicial Federal.
Incluso,
la Judicial Federal, bajo el mando de Armando Pavón Reyes, atacó y dio
muerte a media decena de personas de una familia en El Mareño, con la
intención de inculparlas del secuestro y asesinato del agente de la DEA y
del piloto Zavala Avelar.
Después de ser detenido en Costa Rica,
Caro Quintero fue traído de regreso a México e internando en el
Reclusorio Norte de la capital del país. El 3 de junio de 2009 el
Juzgado Cuarto en Materia Penal responsabilizó a Rafael Caro Quintero y a
Ernesto Fonseca, Don Neto, del doble crimen.
En Jalisco, algunos
medios de comunicación informaron de dos solicitudes de extradición
promovidas por el gobierno de Estados Unidos por diversos delitos,
asunto en el que intervino el abogado Everardo Rojas.
La puesta en
libertad de Caro Quintero fue ordenada por un Tribunal Unitario y la
salida del presidio se registró entre las dos y las tres de la mañana de
este viernes, aunque otra versión indica que salió a las seis. (Con
información de Felipe Cobián)
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