Fallece la primera mujer periodista
que cubrió la Casa Blanca
La veterana reportera estadunidense Helen Thomas, que siguió a todos los presidentes desde John F. Kennedy hasta Barack Obama, muere a los 92 años
Por José Carreño Figueras
Sus preguntas directas y ácidas a menudo incomodaban a los portavoces de los diez mandatarios que cubrió.
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de julio.- Helen Thomas, una
leyenda en los anales de la información sobre la Casa Blanca, murió ayer
a sólo tres semanas de cumplir 93 años.
Thomas, una reportera
pionera que rompió barreras de sexo en el periodismo estadunidense, se
convirtió en una abogada del periodismo escéptico cuando en 1974, en
medio del escándalo Watergate, llegó a la conclusión de que la Casa
Blanca y sus voceros habían mentido consistentemente y tomado por tontos
a los reporteros que cubrían la Presidencia estadunidense, y se
prometió “nunca más”.
Molesta porque un par de “ambiciosos arribistas”, Bob Woodward y Carl Bernstein, hubieran superado en The Washington Post a los reporteros que cubrían regularmente la Casa Blanca, Thomas cambió radicalmente su estilo de trabajo.
Y
cumplió su palabra. Los siguientes 35 años mantuvo una actitud tan
irritante, tan iconoclasta, que acabó por arrastrarla a declaraciones
que en EU se interpretaron fácilmente como antisemitas y le costaron ser
literalmente expulsada de la que fue su percha por casi 50 años.
Su pasión por los débiles la puso en problemas finalmente cuando suspendió su buen juicio periodístico y les dijo a los israelíes que se fueran de los territorios palestinos”, recordó Tom de Frank, un veterano reportero.
Pero en el camino, y a lo largo de sus más
de 60 años de carrera, Thomas rompió una serie de barreras y de hecho
se convirtió en la primera mujer que fue corresponsal de tiempo completo
en la Casa Blanca.
Nacida en 1920, Helen Antonius, hija de
inmigrantes libaneses que anglicizaron su nombre a Thomas, cubrió la
Casa Blanca por más de 57 años, primero para la semiextinta agencia
United Press International y luego para la cadena Hearst.
Su
carrera en la Casa Blanca comenzó como reportera a cargo de las
actividades de Jacqueline Kennedy, pero luego pasó a reforzar la oficina
de la UPI y llegó a ser la indiscutible titular por décadas, hasta que
renunció cuando la empresa fue adquirida por la controversial “Iglesia
de la Unificación”, con sede en Corea del Sur en el año 2000.
Thomas
comenzó a trabajar de inmediato para la cadena Hearst y mantuvo uno de
los privilegios más preciados: la silla con su nombre en la sala de
prensa de la Casa Blanca.
La tradición ahí era y es que los
representantes de la AP y la UPI entonces, la AP ahora, planteen la
primera pregunta en las charlas diarias de los portavoces o las
conferencias presidenciales.
La posición en primera fila del sitio
asignado a Thomas le permitía con frecuencia hacer la primera pregunta
en las charlas diarias de los portavoces presidenciales o el Presidente
mismo.
Thomas tuvo frecuentes choques con los portavoces de la
Casa Blanca, a comenzar con Ron Ziegler, el portavoz del presidente
Richard Nixon, quien renunció debido al escándalo de Watergate —cuando
leales al mandatario fueron descubiertos al investigar o espiar
ilegalmente a sus enemigos políticos—.
Sus choques con Ari
Fleischer, vocero de George W. Bush, al que consideraba como “el peor
Presidente de la historia estadunidense”, fueron brutales.
La
reportera tenía posiciones políticas abiertamente liberales y, en ese
caso, de oposición a la intervención militar en Afganistán e Irak, que
calificó como basada en mentiras.
El “reinado” de Thomas terminó
en 2010, cuando sus posturas críticas a Israel, calificadas como
antisemitas, provocaron al final el escándalo que determinó su salida de
la fuente. Pero no sin que antes se quejara de la forma en que el
equipo de Barack Obama, ya en la Casa Blanca, trataba de manipular la
información: “ni siquiera Richard Nixon”, dijo.
La carrera de
Thomas empezó en 1943, en la United Press (antecesora de la UPI) y en
1960 fue asignada a cubrir la campaña presidencial de Kennedy
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