sábado, 1 de septiembre de 2012

Luis Velázquez/ Diario de un reportero

Diferentes categorías de periodistas

 
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Veracruz, Veracruz. 01 de septiembre de 2012.- DOMINGO.- Periodistas tienen precio…
Los políticos han establecido diferentes categorías de reporteros.
Por ejemplo: para unos existen periodistas ambiciosos, vulgares y desesperados.
Alguna vez don Fernando Gutiérrez Barrios, qepd, secretario de Gobernación, gobernador de Veracruz, dijo: “hay reporteros con quienes me siento a desayunar y todavía no sirven el café y están pidiendo el favor”.
Y es que, bueno, ni hablar, unos trabajadores de la información desayunan, comen, cenan y/o toman un cafecito con un político y luego enseguida se manifiestan, pidiendo un favor, que por lo general gira alrededor de un billetito, el pago de una operación quirúrgica inventada sobre las rodillas, un viaje de estudio al extranjero, una beca para el hijo, unas placas, una obra pública para la constructora de un amigo, etcétera.
Así, luego enseguida suelen abaratarse, porque el político sabe, está seguro, cierto, que tienen precio.
Y como dice el filósofo de Nopaltepec, “lo que en política se compra con dinero… sabe barato”.

LUNES

Según “el sapo… es la pedrada”
Los políticos clasifican a los reporteros, fotógrafos, columnistas, magnates periodísticos, etcétera, según el dicho ranchero que “de acuerdo es el sapo… es la pedrada”.
Por ejemplo, si de embutes se trata, la cantidad depende, primero, del medio donde se trabaja; segundo, de la calidad de información que tenga cada uno; tercero, de la forma de escribir; cuarto, de los favores prestados, y quinto, de los chismes que cuenten en corto.
Hay reporteros, digamos, de unos 2, 3 mil pesos mensuales; otros de 5 mil; otros más, de diez mil. Y, bueno, quizá hasta de 20 y 30 mil pesos al mes. O más, incluso, bienes muebles e inmuebles.
El embute nunca será igual para un reportero de un periódico con baja que con alta y reconocida circulación y/o para un reportero de un noticiero radiofónico que para uno televisivo.
Claro, si el reportero se tira al piso y arroja agua bendita al paso del político y trabaja en un medio prestigiado, el embute se multiplica.
Pero además, aparte del embute, el político les confía exclusivas, porque tiene garantizada la difusión del hecho noticioso.
Y lo más importante: sabe de la lealtad institucional del reportero.
Claro, una lealtad condicionada, pues si se vuelve infiel y lo descubren, ni hablar, el embute se cae.
Y en la lucha por el embute, decía un reportero, ni un paso atrás.

MARTES

Tundeteclas de diferente categoría
Según la calidad del reportero es el trato del político.
Hay, por ejemplo, tundeteclas a quienes el político únicamente dispensa una plática privada, digamos, de banqueta, caminando unos minutos solos luego de un acto público.
A otros, el político invita a treparse a su camioneta para platicar en corto de un punto de la ciudad a otro, delante del chofer y quizá de un guardaespaldas en el asiento trasero.
Y ahí, con ellos de testigo, ni modo, el reportero habrá de confiar su pedimento al político.
Otros, en cambio, son invitados a desayunar teniendo como testigo al mesero y durante unos 60 minutos, no más, quizá menos, tendrá espacio y tiempo suficiente para hablar en cortito.
Claro, si la invitación es a comer se trata de un nivel más alto, pues en la comida pueden echarse unos dos, tres, cuatro traguitos, y el corazón y las neuronas se ablandan.
Y más, más calidad tiene un reportero cuando lo invitan a cenar, pues en un descuido la cena, con los tragos puede multiplicarse y hasta terminar en la madrugada en una orgía privada con unas chicas fáciles, donde el político y el periodista se vuelvan hasta “hermanitos”.

MIÉRCOLES

Político zorruno, reportero ingenuo
Hay políticos, por ejemplo, que suelen contestar el teléfono hasta el reportero más sencillo y modesto de un medio más sencillo y modesto.
Otros políticos, en cambio, tuitean, en la era de las redes sociales, con algunos reporteros y así les pasan información quizá oficial, acaso extraoficial, tips para ganar una exclusiva.
Es más, hay reporteros, los menos, quienes siempre rechazan un embute, porque el político que compra lealtades suele dar un trato a un reportero “chayotero” y otro trato, diferente, al reportero que solo espera, si de relación habrá de establecerse, información privilegiada.
Otros políticos, sin embargo, confían exclusivas al reportero con la advertencia: “se lo digo al amigo” y el amigo reportero se queda frustrado, pues teniendo un dato privilegiado le han prohibido publicarlo.
Si guarda la confidencia, vendrán más confidencias.
Pero si la publica por ganar una noticia a ocho columnas, ni modo, perderá la confianza de un político, quien nunca, jamás, lo perdonará ni menos, mucho menos, lo habrá de recibir.
En el trato con un político el reportero puede, claro, resbalar. Irse con la finta. Sentirse y creerse importante. Sucumbir al halago del político.
Es más, cuando el político les dice que lo oriente, el reportero cae atrapado en la vanidad.
Y expresa un punto de vista, una sugerencia digamos, olvidando que los políticos son agarradores profesionales de pendejos…
Y es que el reportero vanidoso pierde en automático ante el político zorruno.
Y más, por lo siguiente: a los reporteros suele dar el síndrome del Ego: si es un tundetecleas de deportes llega un momento cuando se siente director técnico del club de béisbol.
Si es un reportero de policía, llega a sentirse el comandante de la corporación, un agente del FBI, de la DEA.
Si es un reportero de espectáculos, se cree un Ricky Martin.
Si es de sociales, llega a considerarse la esposa de un ricachón.
Si es un reportero de información política se siente alcalde, gobernador, presidente.
Y cuando tal fenómeno neurológico sucede, entonces el reportero está perdido.
Y el político se aprovecha. Lo utiliza. Se burla. Lo exhibe.

JUEVES

Unos reporteros dan miedo por su lengua…
Muchos reporteros, sin embargo, ganan más, mucho más por lo que chismean que por lo publicado en el medio.
Unos políticos les tienen pavor, más que por su información y pluma, por su lengua.
Una lengua de doble, triple, cuádruple filo.
Y por tanto, el político los convierte en sus espías.
Y espían a todos.
A reporteros de la fuente, políticos de oposición, políticos del mismo partido.
Incluso, los utilizan para madrear a todos ellos, sin excepción, con su lengua mercenaria, exhibiendo en el tendedero mediático hasta su vida privada.
Pero además, con frecuencia inventada.
Saben que de acuerdo con su ficción el embute se multiplica.
Gana el político, gana el tecleador que de reportero se ha transfigurado en un mecanógrafo del político, una nauyaca de la palabra escrita y hablada.

VIERNES

El político distingue al reportero…
Hay reporteros y magnates periodísticos, por ejemplo, que son invitados a palacio a dialogar con el jefe máximo.
Y como es natural, dispuestos a esperar una, dos, tres horas, etcétera, con tal de tomarse un cafecito, una botella con agua a solas con el tlatoani.
Otros políticos, en cambio, suelen visitar en sus oficinas a uno que otro trabajador de la información, sobre todo, alto directivo, incluso, hasta llevando dos, tres botellitas de vino para dialogar y pactar, sin premisas ni urgencias, la agenda pública.
Un valor, pues, tiene el reportero que llega a palacio, y otro, diferente, cuando el político aterriza en el medio para una junta estelar con el magnate.
Un día, el jefe de prensa de Mijail Gorbachov invitó al mejor periodista del siglo XX, Ryzard Kapuscinsky a Rusia.
--Gracias, le aviso.
--¿Cuándo irá?
--Gracias, le aviso.
Y ante el acoso del jefe de prensa, el reportero dijo la siguiente reflexión bíblica:
--Mira, si voy a Rusia y Gorbachov me hace esperar, me habré de enojar…
--… Si voy a Rusia y Gorbachov me recibe de inmediato sólo me contará proezas de su gobierno.
--… Algún día iré a Rusia por cuenta de mi periódico y caminaré en el país y hablaré con los rusos para que ellos hablen del estilo de gobernar de Gorbachov.
Kapuscinsky ni iba a palacio ni tampoco esperaba que un político lo visitara en su oficina.
Su agenda reporteril estaba con la gente, como lo testimonian sus 50 peligros publicados.
POSDATA: Más información en el blog.expediente.mx

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