*** Ante medio centenar de
personas, el 80 por ciento de ellos reporteros, sepultan a la excorresponsal de
la revista Proceso en Veracruz; hermano de Regina agradece el apoyo de la
prensa y el acompañamiento en estos momentos tan difíciles
*** Quienes la conocieron saben
que nunca se doblegó ante nada”: hermano
*** Para ti Regina, verdad y
justicia, reza una de las coronas que fueron puestas en su tumba
*** Coraje y frustración en sus
discípulos, lágrimas de tristeza en sus amigas, consternación en el gremio
periodístico
Por Noé Zavaleta
Veracruz, México., 30 de
abril de 2012.-- Mientras un gallo no dejaba de cantar en los alrededores,
Regina Martínez era sepultada tres metros bajo tierra; sobre su tumba una
docena de coronas y flores. La voz crítica de Proceso en Veracruz ha sido
callada, pero sobre una de sus coronas ha quedado la siguiente leyenda grabada:
Para ti Regina, verdad y justicia.
Medio centenar de personas
acudieron a la misa de cuerpo presenten en la funeraria Bosques del Recuerdo y
posteriormente a su entierro en el cementerio del mismo nombre, un cortejo por
demás triste y amargo.
“Quienes la conocieron saben
que nunca se doblegó ante nada”, señaló el hermano de Regina, que en un breve
mensaje agradeció el apoyo de reporteros y activistas sociales, pero pidió
respetó para el dolor de la familia Martínez, por lo que solicitó de forma muy
amable no tomar fotografías, ni buscarlo posteriormente para entrevistas,
tampoco quiso proporcionar su nombre.
Ahí en la mesa llegó el
circulo mediático: reporteros, fotógrafos, directores de medios, jefes de
información, voceros y jefes de prensa, Regina Martínez era hasta el pasado
sábado una de las vacas sagradas del periodismo veracruzano.
Además de ser la
corresponsal en Veracruz del semanario Proceso, durante muchos años fue
reportera de base del periódico Política y hace algún tiempo colaboradora del
portal poblano e-consulta.
Mientras los empleados del
cementerio echaban los kilos de tierra su féretro, el silencio era sepulcral en
Bosques del Recuerdo, toda la prensa que asistió al entierro se encuentra
indignada.
Sus amigas de la fuente en
el Congreso local rociaron con agua bendita la lápida, sobre sus ojos escurrían
diversas lágrimas. Una de ellas estalló en llanto cuando pidió el último
aplauso para Regina.
Sus discípulos, un grupo de
jóvenes que de cariño le decía “maestra” a Regina, tenían dibujado el coraje en
el rostro, ojos vidriosos a punto del llanto y mirada extraviada, en sus
palabras denotaban su indignación.
Uno de ellos, hoy
corresponsal de CNN en Veracruz escribió en su Facebook: “En su último aliento,
ella, la Regis, tuvo más valentía que los cobardes que la mataron en toda su
miserable vida. Ese último aliento va a inspirar generaciones”.
Agregaría: “Gracias
Chaparrita por ser un tótem de los que estábamos cerca, por hacer visibles a
los oprimidos, por enfrentarte cara a cara con el animal burocrático asesino,
ese que sólo cambia de rostro cada sexenio pero sigue siendo el mismo”.
Y como colofón una frase
lapidaria: “Regina está viva, yo soy Regina, gracias maestra, Regina presente,
Regina la que domina, regia Regina, siempre Regina...”
Ahí también asistieron las
nuevas generaciones de periodistas y los pocos reporteros críticos que quedan
en la entidad, quienes veían a Regina Martínez con admiración, con respeto,
como un ejemplo y hasta con envidia. El caso de la excorresponsal de Proceso es
el quinto en lo que va del actual sexenio en Veracruz y el octavo si sumamos la
administración estatal anterior, todos ellos impunes, todos ellos sin resolverse,
aunque en el discurso se “subraye” que se hará justicia y que no habrá cabida
para la impunidad.
El asesinato de Regina
Martínez, en su propio domicilio, en la privada de Rodríguez Clara, en sábado
por la tarde y dejando la puerta abierta para que los vecinos avisaran lo más
pronto posible a las autoridades, es el primero que ocurre en la capital del
estado.
Sin embargo, el artero
asesinato, mediante la asfixia, ha dado la vuelta al mundo entero, pues es la
primera ocasión que se atenta contra la vida de un reportero del semanario más
crítico que hay en el país.
Homicidio que el
investigador de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera Rivera, resume así:
“la muerte de Regina acusa obvias connotaciones políticas, sabemos que
permanecen en la impunidad asesinatos y agresiones a periodistas, como los
sucedidos en 2011, lo que demuestra la incapacidad o el desinterés del gobierno
estatal para resolver crímenes de periodistas”.
En Bosques del Recuerdo,
algunos medios locales como Multigráfica y el periódico vespertino, Seis en
Punto, mandaron sus condolencias y arreglos florales, de la clase política.
Hoy Regina Martínez ya
descansa en paz, al igual que Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana,
Noel López Olguín, Yolanda Ordaz, Roberto Marcos, Raúl Gibb Guerrero y Alfonso
Sánchez Guzmán, en el recuerdo del gremio periodístico quedará esa figura
menudita, discreta, de sonrisa difícil y pocas palabras, de sonrisas y
carcajadas sólo con sus amigos, se le recuerda en el Café La Parroquia, sentada
en un rincón disfrutando un lechero, en el Palacio Legislativo entrevistando a
diputados, caminando por el Paseo de los Lagos en el Barrio del Dique cuando la
labor informativa había concluido.
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