lunes, 30 de abril de 2012

Nunca se doblegó: hermano de Regina




*** Ante medio centenar de personas, el 80 por ciento de ellos reporteros, sepultan a la excorresponsal de la revista Proceso en Veracruz; hermano de Regina agradece el apoyo de la prensa y el acompañamiento en estos momentos tan difíciles
*** Quienes la conocieron saben que nunca se doblegó ante nada”: hermano
*** Para ti Regina, verdad y justicia, reza una de las coronas que fueron puestas en su tumba
*** Coraje y frustración en sus discípulos, lágrimas de tristeza en sus amigas, consternación en el gremio periodístico

Por Noé Zavaleta

Veracruz, México., 30 de abril de 2012.-- Mientras un gallo no dejaba de cantar en los alrededores, Regina Martínez era sepultada tres metros bajo tierra; sobre su tumba una docena de coronas y flores. La voz crítica de Proceso en Veracruz ha sido callada, pero sobre una de sus coronas ha quedado la siguiente leyenda grabada: Para ti Regina, verdad y justicia.
Medio centenar de personas acudieron a la misa de cuerpo presenten en la funeraria Bosques del Recuerdo y posteriormente a su entierro en el cementerio del mismo nombre, un cortejo por demás triste y amargo.
“Quienes la conocieron saben que nunca se doblegó ante nada”, señaló el hermano de Regina, que en un breve mensaje agradeció el apoyo de reporteros y activistas sociales, pero pidió respetó para el dolor de la familia Martínez, por lo que solicitó de forma muy amable no tomar fotografías, ni buscarlo posteriormente para entrevistas, tampoco quiso proporcionar su nombre.
Ahí en la mesa llegó el circulo mediático: reporteros, fotógrafos, directores de medios, jefes de información, voceros y jefes de prensa, Regina Martínez era hasta el pasado sábado una de las vacas sagradas del periodismo veracruzano.
Además de ser la corresponsal en Veracruz del semanario Proceso, durante muchos años fue reportera de base del periódico Política y hace algún tiempo colaboradora del portal poblano e-consulta.
Mientras los empleados del cementerio echaban los kilos de tierra su féretro, el silencio era sepulcral en Bosques del Recuerdo, toda la prensa que asistió al entierro se encuentra indignada.
Sus amigas de la fuente en el Congreso local rociaron con agua bendita la lápida, sobre sus ojos escurrían diversas lágrimas. Una de ellas estalló en llanto cuando pidió el último aplauso para Regina.
Sus discípulos, un grupo de jóvenes que de cariño le decía “maestra” a Regina, tenían dibujado el coraje en el rostro, ojos vidriosos a punto del llanto y mirada extraviada, en sus palabras denotaban su indignación.
Uno de ellos, hoy corresponsal de CNN en Veracruz escribió en su Facebook: “En su último aliento, ella, la Regis, tuvo más valentía que los cobardes que la mataron en toda su miserable vida. Ese último aliento va a inspirar generaciones”.
Agregaría: “Gracias Chaparrita por ser un tótem de los que estábamos cerca, por hacer visibles a los oprimidos, por enfrentarte cara a cara con el animal burocrático asesino, ese que sólo cambia de rostro cada sexenio pero sigue siendo el mismo”.
Y como colofón una frase lapidaria: “Regina está viva, yo soy Regina, gracias maestra, Regina presente, Regina la que domina, regia Regina, siempre Regina...”
Ahí también asistieron las nuevas generaciones de periodistas y los pocos reporteros críticos que quedan en la entidad, quienes veían a Regina Martínez con admiración, con respeto, como un ejemplo y hasta con envidia. El caso de la excorresponsal de Proceso es el quinto en lo que va del actual sexenio en Veracruz y el octavo si sumamos la administración estatal anterior, todos ellos impunes, todos ellos sin resolverse, aunque en el discurso se “subraye” que se hará justicia y que no habrá cabida para la impunidad.
El asesinato de Regina Martínez, en su propio domicilio, en la privada de Rodríguez Clara, en sábado por la tarde y dejando la puerta abierta para que los vecinos avisaran lo más pronto posible a las autoridades, es el primero que ocurre en la capital del estado.
Sin embargo, el artero asesinato, mediante la asfixia, ha dado la vuelta al mundo entero, pues es la primera ocasión que se atenta contra la vida de un reportero del semanario más crítico que hay en el país.
Homicidio que el investigador de la Universidad Veracruzana, Alberto Olvera Rivera, resume así: “la muerte de Regina acusa obvias connotaciones políticas, sabemos que permanecen en la impunidad asesinatos y agresiones a periodistas, como los sucedidos en 2011, lo que demuestra la incapacidad o el desinterés del gobierno estatal para resolver crímenes de periodistas”.
En Bosques del Recuerdo, algunos medios locales como Multigráfica y el periódico vespertino, Seis en Punto, mandaron sus condolencias y arreglos florales, de la clase política.
Hoy Regina Martínez ya descansa en paz, al igual que Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Noel López Olguín, Yolanda Ordaz, Roberto Marcos, Raúl Gibb Guerrero y Alfonso Sánchez Guzmán, en el recuerdo del gremio periodístico quedará esa figura menudita, discreta, de sonrisa difícil y pocas palabras, de sonrisas y carcajadas sólo con sus amigos, se le recuerda en el Café La Parroquia, sentada en un rincón disfrutando un lechero, en el Palacio Legislativo entrevistando a diputados, caminando por el Paseo de los Lagos en el Barrio del Dique cuando la labor informativa había concluido.

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