miércoles, 23 de noviembre de 2011

Columna: CLAROSCUROS

Por José Luis Ortega Vidal

(1)


Las comparaciones suelen ser odiosas pero en ocasiones son inevitables.
Para entender la situación actual que vive Veracruz en los terrenos económico y político, es necesario comparar al gobernador que recién se fue con el actual.

a)
• Fidel Herrera Beltrán es un animal político. Respira, transpira, olfatea, degusta, come, bebe, eructa, defeca, sueña, habla, oye, ve, digiere, crea, inventa política.
• Javier Duarte de Ochoa es un político en cierne y es un administrador profesional.

b)
• Fidel Herrera es un demagogo.
• Javier Duarte es directo y franco, dentro de los límites que la naturaleza de la política marca en ese tenor.

c)
• Fidel Herrera Beltrán recibe los títulos académicos necesarios a su trayectoria o a su circunstancia política o a su ego. Para eso, entre otras cosas, busca y vive en el “pinche poder”.
• Javier Duarte ha estudiado y estudia y su Doctorado –aún sin título- es producto de un trabajo académico serio.

d)
• Fidel Herrera es dueño de una inteligencia notable, posee una memoria privilegiada; pero por encima de todo, su inteligencia y su memoria son políticas.
• Javier Duarte es dueño de una inteligencia notable y de una memoria privilegiada; pero por encima de todo, su inteligencia y su memoria se dividen entre la academia y la política.

e)
• Uno vive sumando votos y morirá en medio de un proceso electoral, el que sea, como sea, pero electoral; un proceso en curso o en preparación; nacional, estatal o municipal; pequeño o grande, pero será un proceso político, ligado al poder.
Si Fidel Herrera termina sus días en algún hospital; allí estará lanzando su último discurso: “sobre las condiciones y el futuro de los enfermos y desvalidos y sobre las obligaciones del Estado y los derechos de la ciudadanía para el cuidado de su salud…bla, bla, bla…”
• A Javier Duarte es posible imaginarlo rodeado de libros y en un ambiente de quietud.

f)
• Fidel Herrera fue un huracán que atravesó Veracruz durante seis años. Ejecutó un programa de obras que en algunos rubros no tiene precedente; pero también heredó una deuda sin precedente.
• Javier Duarte ha cumplido un año de gobierno sin obra espectacular, pero con orden financiero y disciplina administrativa.

g)
• Si Fidel Herrera gobernara en este momento, habría una lista de 200 aspirantes a las candidaturas para las diputaciones federales y 20 para las senadurías que le corresponden a Veracruz. Y a todos, desde luego, Herrera les habría dicho que sí, que ellos serían los “buenos”…
Todos lo perseguirían a donde fuera, buscarían su mirada, su mano, su firma en una tarjeta con un recado escrito por él mismo dando indicaciones a un Secretario, a un Líder del partido, a Legislador o a quien fuera.
Logrado el cometido, los soñadores enamorados de Fidel se marcharían con la esperanza de conseguir el dinero, el hueso, la candidatura, la obra, el favor, el avance en la carrera política personal…
El poder es así: droga, roba el Yo, mata la dignidad, vuelve idiota al más brillante, subyuga, envilece, destruye, descompone…
El poder es así, pero tiene un sabor y un olor que se apoderan de la piel de sus víctimas una vez que ha tocado al codicioso.
Fidel Herrera es un brujo, un chamán, un Ades irremediable.
Si él gobernara hoy, los 200 y los 20 estarían detrás suyo como abejas tras la miel. De Pánuco a Las Choapas, desearían ser tocados por el dedo del señor…
Aunque en el fondo todos sabrían que es un engaño; que la lista sólo existiría en la mente de Fidel…

• En contraste, Javier Duarte lo administra todo, hasta la política.
Por eso, en este momento ya se sabe quiénes serán los candidatos del PRI en casi todos los Distritos Electorales Federales de la Entidad.
Ya conocemos el nombre de un candidato a Senador y las pocas posiciones que quedan por repartir –incluyendo las plurinominales- huelen a negociación ordenada.
Por eso nadie hace olas. Porque a diferencia de su antecesor, con Javier no tiene caso andar detrás suyo.
En política, la gente prefiere vivir de esperanzas, así sean falsas y Javier es un hombre de números, de reales y concretas cifras.


(2)


El monstruo político Herrera Beltrán creó al economista de la política que es Javier Duarte.
A un año de labor propia, Duarte va bien.
Mira la escena heredada por el huracán y –silente- administra el arreglo obligado.
Del resto de su sexenio y de su futuro político, el tiempo dará cuentas.
Por lo pronto, las comparaciones arrojan alguna luz sobre realidades innegables; sobre escenarios de un gobernante lejano a las señas, distante de los caminos inescrutables.
Las comparaciones nos explican parte de lo que vivimos: el contraste entre un vendedor de ilusiones que enamora al más rejego y un hombre serio que ama el orden y busca la parte de soledad que se guarda en algún rincón del poder.
Por ahí debe estar…
Por inverosímil que parezca la idea: se puede políticamente poderoso y solitariamente satisfecho.
Si hay alguna señal de parte de Javier Duarte; parece ser la de esa vocación…

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