Amadeo Flores Espinoza es un político de alto nivel

Columna: CLAROSCUROS

Por José Luis Ortega Vidal

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En 1997, Fidel Herrera Beltrán fue incluido en la lista de candidatos del PRI a la Cámara Baja del Congreso de la Unión.
Miguel Angel Yunes Linares –en ese entonces Secretario de Gobierno bajo la gestión de Patricio Chirinos como gobernador- palomeó la candidatura de Herrera a la Diputación Federal por el IV Distrito Electoral, conocido como el de Veracruz Rural o de Boca del Río.
La circunstancia del PRI en Boca del Río era negativa en ese momento. El PAN tenía mucha fuerza en el corredor Veracruz-Boca del Río, lo mismo que en la zona Córdoba-Orizaba.
Rivales acérrimos, aspirantes ambos a la gubernatura veracruzana, Miguel Angel Yunes y Fidel Herrera tuvieron en aquel proceso electoral uno más de sus choques.
El de Soledad de Doblado prácticamente envió al de Cosamaloapan a perder.
Y no obstante que en 1997 el PRI perdió por primera vez en su historia la mayoría en el Congreso, Herrera Beltrán ganó los comicios en Boca del Río y se convirtió por cuarta ocasión en Diputado Federal, tras haber ganado antes dos elecciones en Cosamaloapan y una en Pánuco.

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En el año 2009 -el penúltimo de su gestión como gobernador de Veracruz- Fidel Herrera Beltrán manejó personalmente el palomeo de las listas de aspirantes a Diputados Federales por la entidad.
En las negociaciones, los acuerdos, los pactos propios de esos menesteres con grupos de poder, Herrera Beltrán le cedió una posición de candidato a Amadeo Flores Espinoza.
Nativo de Cotaxtla, conocido como el hombre que ha sido todo en Veracruz con excepción de Procurador y Gobernador, Flores Espinoza fue enviado por el gobernador a la plaza de Huatusco, considerada foco rojo para el PRI.
En torno a Huatusco –se sabía- se habían dado negociaciones con el sindicato magisterial, el poderoso SNTE; acuerdos que involucraban a Fidel Herrera Beltrán y por los que daba la cara Víctor Arredondo Alvarez, a la sazón Secretario de Educación de la entidad.
Ante un escenario muy parecido al vivido por Herrera Beltrán en 1997, se consideró en los círculos políticos que Amadeo Flores Espinoza se jugaba una carta muy importante en su trayectoria política; ante la posibilidad de perder –por primera vez- una elección.
Líder del grupo Vía Veracruzana, donde es aliado del alemanista Miguel Angel Díaz Pedroza, el de Cotaxtla salió avante; ganó sin el respaldo oficial y en medio de acuerdos que a los maestros del SNTE no les fueron suficientes.

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Amadeo Flores Espinoza es un político de alto nivel en Veracruz.
Conocido y reconocido en toda la entidad.
Expertos como pocos en los detalles de la realidad política jarocha desde Pánuco hasta Las Choapas.
Viejo lobo de mar del mismo nivel competitivo que Fidel Herrera Beltrán en los intríngulis del poder y en los del PRI de manera particular.
También con relaciones nacionales suficientes para que se le haya considerado más de una vez como un personaje que podría gobernar la entidad natal.

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Reynaldo Escobar es reconocido como abogado.
Sin embargo, en la Procuraduría de Justicia se requiere a una persona que además de conocer el Derecho, tenga el perfil político suficiente para actuar en ese ámbito.
Amadeo Flores Espinoza es abogado pero en esencia es político.
Político veterano; ha vivido de cerca el proceso de evolución del poder veracruzano durante los últimos cuarenta años.
Sabemos que Fidel Herrera Beltrán decidió encabezar una transición generacional.
Formar jóvenes y dejarlos como los nuevos administradores del poder; esa fue su idea y ésta quedó allí pero ahora el de Nopaltepec ya no gobierna.
Sólo el tiempo dirá si se equivocó o no en ese sentido.
Pero por lo pronto, el arribo de Amadeo Flores Espinoza a la PGJ es una decisión inteligente del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Flores Espinoza tiene el perfil que se requiere en esa como en otras áreas.
Lo quiera Flores Espinoza o no, de entrada ya porta la camiseta de precandidato a gobernador.
Eso ocurre porque los jarochos somos así; está en nuestra naturaleza; grillamos hasta en la soledad. Nos grillamos hasta en el espejo.
Pero al nuevo Procurador lo han mandado a poner orden en una oficina fundamental para la entidad.
Seriedad y eficacia son dos elementos clave para los resultados que se necesitan.
El tiempo –también en este caso- nos dirá si Javier Duarte ha tomado la decisión correcta.
Por lo pronto, a la mayoría de actores importantes en el escenario político de la entidad, les parece que así es.
Y eso, se oye, se ve y se siente de inmediato.