domingo, 10 de julio de 2011

Entre abogados te encuentres


Columna: Déjame que te cuente…

Por Sergio M. Trejo González.




No sé cómo empezar. Estoy vacio como el silencio... Debería comenzar enviando una felicitación a todos los abogados que celebran cada año, el 12 de julio su mero mero día con bombos y platillos. Platillos acústicos, vibrantes, de percusión, y platillos gastronómicos, manjares para satisfacer el exigente paladar de los litigantes, que andan por ahí amagando, tirando fintas que si yo, que si tu, para que todo sea un éxito. Seguramente lo será. No es la primera vez que podrían celebrar en grupos de dos y hasta de tres. De eso también hay registro en la memoria de las agrupaciones de abogados. Así, no habrá que descartar además de las dos comidas, que se avecinan para celebrar el día del abogado este 12 de julio, propuestas por las cabezas de grupos, una tercera y hasta una cuarta comilitona. Empero, hay esperanzas... Yo lo sé, bien que sé, que la sensatez y la mesura habrán de prevaricar, perdón quise decir prevalecer, entre los juristas para dar cabida a una gran reunión, con abrazos y felicitaciones. Todo en aras del acercamiento y la fraternidad del gremio que en defensa del interés de terceros hacen propio en ocasiones los pleitos, y los llevan hasta la mesa, como en el caso de la celebración del corporativo, hasta tirarse metafóricamente los platos y las cucharas.
Ayer contaba a ustedes la bronca esa de la tesorería del colegio, que en realidad solo es una ligera desavenida, discrepancia y descuerdo normal, como pa` no perder la naturaleza propia del picapleito. Sin conflicto no hay sabor a la vida de los postulantes; quizá por eso unos jalan para el restaurante de conocida gasolinera y otros para “El Rehilete”. Al final parece ser que la mesura, el juicio y la ecuanimidad, nos llevarà a todos a la salida hacia Oluta, en la bajadita, a la mano derecha para celebrar felices y contentos, con el confeti y las serpentinas, y algún espanta suegras. Yo les deseo por igual a todos que se la lleven suave y tierno, que la pasen contentos con mucha ¡salud!
Ya bastante tenemos con la crítica social, que entre broma y chingando quedito les avientan a los licenciados, como para que nosotros también le abonemos. Vamos a bajarle calor, sabemos que en general el quehacer de los abogados nunca ha sido del todo bien visto, salvo cuando se les atraviesa el chamaco… porque la mayoría de las personas que se llenan la boca para tirar estiércol son precisamente gente que o no le gusta pagar honorarios o se pasa la vida fregando al prójimo y por algún tipo de frustración o amargura personal se alimentan de criticar sin mirarse en el espejo. Conozco un amigo de un amigo que todo el cabròn tiempo se la pasa chingando con y guasas que le ijerta a los abogados. Como cuchillito de madera… un personaje tacaño y bandido como la madre, que toda su vida estuvo mamando en buenos trabajos de gobierno. Influyente y déspota. Definitivamente llego tarde cuando el señor repartía elñ carisma y la simpatía. Un día se los presento para que compartan y disfruten de sus chistes y su sentido del humor y del servicio y favor que le hace a la sociedad el favor de pertenecer a nuestro querido Acayucan. Uffff. Así es siempre, quien menos paga y menor contacto tiene con los abogados es quien más se pasa fregando. Todo quiere saber y piensa que su capacidad les concede autoridad para opinar y sostener juicios y reflexiones absurdas sobre procedimientos y conducta; en fin hay tipos sin idea llegan a sentencias ignominiosas, como aquella atribuida a las gitanas: “Entre abogados te veas”.
En este pan nuestro de presentar denuncias y patrocinar clientes o representar patrones, debemos considerar que resulta un trabajo delicado y ahora más que nunca se viene tornando peligroso. No son tiempos fáciles y los problemas y carencias de nuestro Poder Judicial, la impunidad, la corrupción, el tráfico de influencias, y demás fenómenos de descomposición, tienen efectos colaterales en este quehacer, añadiendo la absoluta desprotección social de quienes hemos adoptado la modalidad del libre ejercicio de esta profesión, por ello es sano sacudir esa mala imagen que se ha creado y proyectado de quienes como abogados nos ganamos la vida y de todo aquello que se relaciona con nuestra profesión.
Quiero al respecto sostener, como lo he hecho enfáticamente en varias ocasiones y en diferentes lugares, que los aciagos problemas de la justicia, ni son atribuibles solamente a los abogados ni los entuertos que se atribuyen al ejercicio profesional son responsabilidad únicamente de los litigantes. Somos los que damos la cara en un estado de derecho donde los auténticos responsables de tutelar nuestros bienes jurídicos nos han dejado abandonados a nuestra suerte. Es mas ya medio me encabrone… Peeermitame decir que el año pasado, sin querer, se me ocurrió publicar un ensayo que por ahí anda y que ahora quiero reproducir de la manera más eufemística posible, pa´ no lastimar susceptibilidades:

Cuando eres abogado la gente piensa que ganas muy bien, que vives holgadamente y que el dinero te sobra, y eso en ocasiones no es cierto, normalmente como a cualquier profesionista, te va de la chingada; la litigada es pobre, te pueden caer miles de asuntos pero casi no te pagan, sufres con el cliente que siempre quiere que ganes a como dé lugar y que cobres como bolero. Sufres en los juzgados partiéndotela con los jueces, neófitos o trácalas, con los secretarios flojos, con el escribiente mañoso y con el notificador alzadito. Por si fuera poco el cliente te paga lo que le da su chingada gana y en abonos. Ah porque piensa tu cliente que lo estás fregando y confía más en cualquier cabrón de la calle que en ti. Tal razonamiento le sirve de excusa para justificarse tanto que ni para los gastos te da. La gente piensa que estás obligado a saber de todo porque de todo te preguntan, qué opinas de la presidenta, de los cambios políticos, del niño que mataron, de la vieja que violaron, del tipo que acuchillaron, de la bolsa de valores, del narcotráfico, del futbol iiQue bien chingan!! Casi siempre un cliente, o un amigo, o lo que es peor un familiar, te plantean un asunto más enredado que los pelos de un rastafari y cuando les explicas todo el procedimiento que hay que desarrollar, el tiempo y el dinero a invertir para resolverse, los muy cabrones te tachan de pendejo o de ratero y te dicen: ¿Cómoooo? Si la cuñada de mi prima me dijo, que su madre le platicó, que una de sus hijas había escuchado en su trabajo, que a la mamá de su jefe, un abogado le resolvió un caso igual en una semana y bien barato que le cobró, que jijos... ¡Pues que vayan con sus consultas a ese sabelotodo. Nunca falta el wey que le empieza a echar bronca a los abogados y a quejarse de las leyes ¿“Dónde dice que no se puede, a ver dóndeee?, deberían hacer una ley en contra de eso porque eso está mal” No entienden cuestiones de lógica y cualquier tontería es premisa para sus tontas conclusiones... Tus familiares quieren que les resuelvas sus problemas a cambio de nada, porqué son tus familiares; tus vecinos piensan que lo sabes todo y te consultan cosas como: “fíjate que mi vecino le sube mucho a su radio ¿lo puedo demandar? me puedes ayudar“. ¡por quien te toman! Si estás en una reunión y saben que eres abogado te preguntan de todo y al final ni te entendieron pero sí te quitaron un chingo de tiempo y ni la puta fiesta disfrutaste. La familia de tu pareja te consulta cosas sobre un tranza y que está en el bote o sobre un juicio que ya caducó o ya prescribió la acción y que a guevo quieren resucitar. Nunca falta la persona que tenía un terreno pero que se lo quitaron y que tiene los papeles y te saca unos pergaminos en papiro más amarillos que la chingada y te dice que con eso demandes. Si trabajas para una empresa el que te pone piedritas en el camino siempre es un pinche contador, quien piensa que es lo máximo. Ese, no se parte la madre en la calle, ni en los juicios, El, aprendió si cuadra o no una cuenta pero habla de la Ley del Trabajo como si la entendiera; eso sí, se atreve a presentarse a las audiencias de la Junta de Conciliación y Arbitraje pensando que es una simple cita, acredita personalidad a lo tarugo, con poder general, y a la hora de la verdad sale con la baba de que se reserva sus derechos ¿para cuándo? y todavía cuestiona cosas de las que no tiene remota idea, consigue formatos de falta de asistencia y ahí anda promoviendo paraprocesales sin idea alguna. A ver, un abogado cuando se mete con un contador en su trabajo. Nunca. Se pasan, de verdad… Si un desconocido sabe que eres abogado, no te tacha de otra cosa más que de ser un bandido... ¿cuándo te he robado algo en tu vida pinche, muerto de hambre? porque ladrarle a la tortilla es Haaambre. La última, son los graciosos, saben que estás ahí y empiezan a contar chistes de abogados y claro tú te ríes de a guevo para no quedar mal, pero por dentro piensas: 'babosos'.
Sentencia: En todos lados hay rateros. Bien repartiditos en tos las profesiones y gremios. Así que eres más rata tú comerciante, tú ganadero, tú camionero, tú contador, tú periodista, tú médico, tú maestro, tú ingeniero, tú arquitecto y tú político, el que ustedes quieran puede resultar más rata que un ILUSTRE, NOBLE y DIGNO Abogado...

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