domingo, 27 de marzo de 2011

Columna: CLAROSCUROS



Por José Luis Ortega Vidal

Con la Iglesia y el Carnaval hemos topado, amigo Sancho… (1)

La frase: “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”, se atribuye erróneamente al Quijote de Miguel De Cervantes Saavedra. Coloquialmente, se utiliza como una manifestación de encuentro contra una fuerza superior y no grata, como la que representó la Iglesia -como Institución- durante la Edad Media. Hoy, la frase puede aludir a la Iglesia pero también al gobierno o a todo poder político o social que no sea del agrado de quien se expresa con esa oración metafórica. En el libro de Miguel de Cervantes, El Quijote habla con Sancho y al arribar al pueblo de El Toboso le expresa: “con la iglesia hemos dado, Sancho”, en referencia al edificio de una iglesia local, en aquel sitio donde el caballero busca a Dulcinea.

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No obstante, vale la frase en cuestión para referirnos a un tema curioso: los carnavales que abundan en Veracruz durante los días de Cuaresma. Me explico: El Carnaval, según los especialistas, es una fiesta pagana cuyos antecedentes se remontan 5 mil años atrás: a prácticas de esta naturaleza en Sumeria y Egipto. Antes de Cristo, los romanos y los griegos organizaban fiestas en honor a Dionisio y Baco, sus respectivos dioses del vino. En el caso de América los españoles y portugueses trajeron consigo esta costumbre y hoy tenemos en Río de Janeiro, Brasil, el Carnaval más famoso y concurrido del mundo; mientras que en Uruguay se festeja el Carnaval más largo, pues inicia en los primeros días de enero y concluye en las primeras semanas de marzo.

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El Carnaval es una celebración popular que -en nuestro caso- se vincula con el cristianismo y específicamente con el catolicismo. Acerca del significado de la palabra Carnaval, existen diversas versiones. Según Wikipedia: “A comienzos de la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar carne-levare, que significa 'abandonar la carne' (lo cual justamente era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma). Posteriormente surgió otra etimología que actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra italiana carnevale, que significaba la época durante la que se podía comer. Pero a fines del siglo XX varios autores comenzaron a sospechar el origen pagano del nombre. Carna es la diosa Celta de las habas y el tocino. También estaría conectada con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el Mahabhárata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kuntí). Algunas personas creen que la palabra carnaval hace referencia a una supuesta antigua tradición pagana en la que se ofrecía carne al dios Baal (carna-baal) en una fiesta de donde todo vale. Actualmente el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico. El término «Carnaval» se aplica también a otros tipos de festividades que no están situadas en el tiempo de las carnestolentas (tiempo previo a la cuaresma), pero que comparten elementos similares, tales como los desfiles de comparsas.”

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Por otra parte, es importante preguntarse: ¿Qué es La Cuaresma? Se trata de un lapso de cuarenta días marcados por la Iglesia como un periodo litúrgico, de preparación para la Pascua. Inicia el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos. La duración de cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas y simboliza la prueba de Jesús 40 días en el desierto previo a su ministerio y el retiro de 40 años de Moisés en el desierto. También simboliza los 40 días que duró el diluvio, además de los 40 años de la marcha del pueblo Judío por el desierto y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto. Es una conmemoración ligada también al calendario agrícola y por tanto su fecha de inicio es variada. Para calcular su celebración se toman en cuenta el sol y la luna; sol de primavera y luna llena. Se busca el primer domingo posterior a la primera luna llena de primavera y una vez ubicada La Pascua, son contados cuarenta días hacia atrás para fijar el primer día de la cuaresma, es decir, el correspondiente al llamado Miércoles de Ceniza. Para los católicos la cuaresma representa un periodo de recogimiento espiritual. Incluye días en que se evita comer carnes rojas y hay quienes lo valoran también como un alejamiento de la práctica carnal. Es un periodo de preparación de La Pascua de Resurrección, una de las fechas clave en el calendario cristiano junto con La Pascua de Navidad. En los sitios con carnavales antiguos y tradicionales -como Río de Janeiro y Veracruz- las fiestas de Carnaval inician antes de La Cuaresma. Hay quienes interpretan al Carnaval como la fiesta de la carne, de la liberación del apetito carnal, en fechas previas al recogimiento espiritual y a la preparación de La Pascua de Resurrección. Para la Iglesia, por otra parte: La Cuaresma significa ayuno, oración y limosna y en ese sentido convoca a la actitud de sus fieles. Carnaval dio inicio el miércoles anterior y concluye mañana lunes; todo dentro del periodo cuaresmal. En Oluta, un pueblo cercano a Acayucan, tendrán su primer Carnaval en abril próximo, a unos días de La Pascua de Resurrección y en Acayucan la fiesta carnavalesca será en mayo; pasada la Cuaresma y en pleno festejo de la batalla de Puebla; de convivio con las madres y de las borracheras y regalos para los profes. Los carnavales significan distracción pero también implican derrama económica. Mientras que a la Iglesia le interesa el tema espiritual, es decir la fe; a los políticos les importa el asunto económico, desde una perspectiva del empleo -en el mejor de los casos-. Llama la atención que la Iglesia Católica no prohíba los carnavales en época de cuaresma. Estas fiestas paganas revueltas con el calendario católico ocurren de unos años para acá y cada vez son más. Parecen coincidir los sacerdotes y los políticos en la necesidad de que el pueblo tenga circo y ambos -al parecer- aprecian en esta actitud un acercamiento al pan. Ante tanta hambre y tanta violencia, Iglesia y Estado hacen mutis frente a la violación de algunas reglas eclesiásticas y de ciertas costumbres históricas.

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Por todo lo anterior, bien vale la paráfrasis pseudo cervantina: “Con la Iglesia y el Carnaval hemos topado, amigo Sancho…”

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