viernes, 18 de marzo de 2011

Carnaval de la burla

Columna: Déjame que te cuente

Por Sergio M. Trejo González.
Me entero, por unos amigos, que ya comenzaron las reunioncitas para dar a conocer la integración de lo que debería ser el Comité Central del Carnaval. Llámele como quiera que desee, nuestro ayuntamiento, al organismo que realizará la fiesta de la alegría por el mes de mayo: “Un mes que tiene ángel propio, que trae colorido y la promesa de la primavera, que...” que, que quemaaa mucho el sol, diría la regidora Juana Pastora, en su discurso (de lo mas cursi) y mire usted que yo soy devoto sempiterno, irredento y contumaz, de todo lo poético… casi se podía escuchar, en ese recinto, a Joan Sebastian cantando a las mariposas que volaban de flor en flor, en el intento de la dichosa reunión oficial patrocinada (cuchichean, rumoran, murmuran y sisean) por la cervecería modelo, para dar a conocer un supuesto programa de actividades para las fiestas de la burla. Que así se les llama a las carnestolendas… además del chasco que luego nos llevamos. Porque Usted sabe, lo clásico, en todo aquello donde se maneja dinero, unos al juego y otros a la jugada. A pesar de las intenciones y la mejor buena fe de algunos participantes. Como en anterior carnaval les sucedió al Licenciado Francisco Diz Herlindo y a Don Romeo Béjar, en un carnaval runcho. Así lo dije, lo sostengo y lo repito con respeto para quienes quisieron aportar su respaldo a las fiestas y se llevaron la mala experiencia del cinismo majadero e insultante de cierta personita que se fue, con todo y rienda, cuando hubo que saldar compromisos y de rendir corte de caja ¡vaya concha!
Bien, pero no hablemos de cosas tristes y vamos a ver qué sucede ahora que la responsabilidad principal recaerá en el regidor Alejandro González Martínez, muchacho sano y candoroso, que ojalá y no se crea que todo es tan color de rosa como se la vienen pintando; porque en estos menesteres, rodeado de un resto de los ediles (si no me confundo mundo) algunos ciertamente son bisoños y buena onda, pero la mayoría son tigres de Santa Julia… y, detrás de todos un parcito que, amenaza con ser trío, desde el principio de las charlas organizativas sacó de la jugada a un Sergio Bremont y a un Jesús Naranjos, personas que anteriormente han tenido la responsabilidad de lograr resultados aceptables con eventos de esta naturaleza. Hoy el pandero (si mis malos pensamientos no se equivocan, en el principio universal “Piensa mal y acertarás”, y sin hacerle al pitonizo) se aprecia que lo moverán ese dúo dinámico, digo “otro” porque ya tuvimos una parejita que terminó en la administración anterior a los tumbos, escarbando en el parquecito, derribando la fuente, agujerando el palacio y etcétera… hasta que alguien seguramente le recomendó a la que manda: “Zapatero a tus zapatos” y, una se quedó por la Casa de la Cultura, manejando las cosas que sabe hacer exquisitamente, y yo la admiro; y el otro, se fue a soltar el peluquín conquistando el mundo con sus conceptos vanguardistas de redestrucción de paisajes y obras.
La verdad que no creo que a gente con el colmillo de alguna regidora y del síndico, en eso del manejo del billete, le vayan a lograr hacer de chivo los tamalititos con el carnaval, pero esa será la responsabilidad del cuerpo edilicio si se deja que le manejen como títeres los hilos desde la torre de control de esa pista de aterrizaje que tiene la tesorería, en un lugar de la mancha desde donde, sospecho con el pecho y calculo con el pie derecho, que ya se comenzaron a reducir, mañosear y cabildear los acuerdos generales, decidiendo forma$ y fondo$.
Lo bueno del asunto parece ser, de inicio, la decisión de sacar del centro la fiesta del Rey Momo; aunque con cierta reserva en cuestión de venta de cebada en el primer cuadro de la ciudad, con “módulos” que ya vimos, el año pasado, llegaron al colmo de colocarle un birrete de lona sobre la efigie del generalísimo Hilario C. Salas. De cualquier manera nuestros anunciados charcos de orines podrán tener lugar en dichos stands que aunque chiquitos bien sirven para distribuir la cantidad de cerveza necesaria para procesar la fragancia del jugo de riñón que habrá de perfumar nuestras avenidas, sin perjuicio de los estrambóticos merolicos que ofertan colchas, peltre y loza, entre otros enceres.
Una sugerencia amable y respetuosa: Piensen los organizadores, por un ratito, en su vida de confort, que independientemente que sabemos hasta la saciedad que la fiesta del carnaval es para que la gente se destrampe hasta el delirio, principalmente la clase que sale del closet para lucir su “yo” en todo el esplendor posible durante estos aquelarres, se considere la mínima posibilidad de un espectáculo familiar… Un Tlen Huicani, Las “bienhumoradas”, Lila Down, Susana Harp, Eugenia León, o Alex Lora. Son algunas figuras que hemos aplaudido en lugares como Chinameca, San Andrés y otros sitios con menor presupuesto que nuestro municipio. Piensen, please, sin perjuicio de que se diviertan también los jóvenes “alegres”. No es darse golpes de pecho, ni de persignarse ni me flagelarse, pero no todo en la vida son los tables dances y la chotería. Créame, fino lector, que disfruto de cualquier expresión artística bella. Ajeno plenamente a la práctica de la homosexualidad activa o pasiva, acudí en Xalapa, en el callejón de “El Diamante”, a dos o tres Shows de Efrain le femmes y de Francis, porque hay plumajes que cruzan el estiércol y no se embarran ni se salpican… todo se puede, nada más que debe haber espacio y tiempo para todo; por lo demás “soy hermano de la espuma, de las garzas, de las rosas y los gays”.

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