martes, 17 de marzo de 2009

El Pueblo Habla

La crisis mundial es verdaderamente alarmante no sólo para los países más desarrollados sino que también afecta al nuestro.
En México, el gobierno federal hace esfuerzos titánicos para hacerle frente a esta crisis global que también nos afecta y esto de la afectación hace que millones de mexicanos que no pudieron terminar sus estudios (primaria, secundaria, preparatoria, etc), padezcan con mayor fuerza, la crisis económica.
Estamos hablando de gente que prefirió trabajar desde pequeños, adolescentes o adultos para llevar el sustento diario a su familia y así poder sobrevivir . . .¡no estamos hablando de flojos o vagos, que nunca quisieron estudiar, ni mucho menos de los que tuvieron el apoyo económico de sus padres para que terminaran una carrera profesional y que al término de ésta, no la ejerzan por flojos o perezosos . . . mis respetos para los que tienen su profesión y no pueden encontrar trabajo por falta de empleos por esta crisis.
Todos estos miles que hoy buscan trabajo y no lo encuentran es porque varias empresas piden para ingresar a sus negocios, los estudios como requisitos, lo más canijo de todo esto es que hasta el barrendero, mozo, peones, etc., tiene que cubrir ese requisito que marca la empresa ya sea secundaria o preparatoria terminadas o de panzazo la primaria terminada.
Si de esto que estamos hablando, usted dice que es mentira, el mismo padre de familia o profesionista que me está leyendo, le dirá la verdad y sabe por qué, porque el padre luchó a brazo partido para que su hijo o hija llegara a ser alguien en la vida y lo lograron, pero el desempleo no los dejó a llegar cubrir la meta anhelada.
Algunos profesionistas, hoy cubren sus necesidades empleándose en escuelas de niveles educativos, cubriendo una faltante o de empleados de mostrador en tiendas departamentales de mucho renombre, ellos corrieron con suerte de encontrar trabajo ¿los otros?, los otros esperan tan solo una oportunidad para ser contratados donde sea o como sea para así solventar los gastos de supervivencia en sus familias. A los demás sólo les queda el refrán del famoso “Chico Chato”: ¡Y yo que me chingue! (Vicente García Trujado “Ñeris”).

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