miércoles, 10 de diciembre de 2014

“El niño perdido”

AL AIRE...

Por: Maryjose Gamboa

Que cabrona es la prisión……. Créame que si encontrara alguna otra palabra para describir lo que se vive  y lo que se siente aquí en reclusión, la ocuparía, pero no, no se me ocurre otra.
Cualquier situación, cualquier emoción y cualquier sentimiento se polariza, se vuelve agridulce casi sin que una se dé cuenta.
Ayer por ejemplo (domingo para mí) desde nuestras celdas, las internas observamos durante varias horas unas luces gigantescas que llenaban el cielo. Eran globos que la gente de Tuxpan lanza al aire cada 7 de diciembre; como parte de la celebración del “Niño perdido”. Una tradición de origen religioso en la que se recuerda cuando el niño Jesús de perdió.
Este día las calles de la ciudad, me cuentan mis compañeras, se iluminan solo con velas, y los pequeños pasean en unos carritos por todo el centro, para después lanzar los globos con todo y sus sueños al firmamento.
Sin embargo; en un lugar en el que el dolor y la soledad reptan por los barrotes de cada celda, es muy difícil disfrutar de un espectáculo luminoso sin que te alcance la añoranza por la libertad perdida.
Algunas recuerdan el tiempo en el que fueron parte de esta festividad, otras más (yo entre ellas) sólo podemos pensar en nuestras hijas e hijos, en cada momento “feliz” que se rompe por la ausencia de aquellos a quienes tanto amamos, y entonces el cielo se vuelve obscuro de nuevo, al menos para nosotras.
Recordando a Estrellita….
Linda Estrella es la única niña en los últimos años que ha nacido y crecido en esta prisión. Según el reglamento de la Dirección General de Readaptación y Reinserción Social, las madres pueden mantener a sus hijos a su lado hasta la edad de cinco años.
“Estrellita” como le decían las compañeras, sabía perfectamente en donde estaba; las reglas, las rutinas, los horarios de la cárcel, eran también los suyos, vivió la reclusión con cierta normalidad ya que no había conocido otra forma de existir, sin embargo al ir creciendo, se volvieron más frecuentas sus salidas….. Su abuela y sus hermanitos mayores se la llevaban algunos fines de semana, lo que empezó a provocar en la niña cierta necesidad de libertad, aunque desde luego no lo razonara por su misma edad, de esa manera.
Un par de meses antes de cumplir los cinco años; Estrellita fue enviada a vivir con su abuela materna y aunque su madre siente desde entonces un vacío que le duele, que la rompe por dentro, asegura que fue lo mejor…….
“Cuando era chiquita pues no se daba cuenta, pero después yo le explicaba, le decía; hija tu no hiciste nada, soy yo la que tiene que estar aquí, tú estás para estar conmigo, pero tienes ya que ir a la escuela, al parque, al cine, como todos los niños”
Asegura la madre de Estrellita, que a pesar del dolor que les provocó a ambas la separación, la niña ya también se decía “harta de la cárcel”, ya que además de los horarios, (porque Estrellita también pasaba lista; porque así lo exigía ella misma) tenía que lidiar con el humor de las internas y con lo que a algunas (afortunadamente las menos) les provocaba las risas, los juegos y las travesuras de una pequeña que asumió la cárcel como su casa.
Guillermina, madre de Estrellita, actualmente purga una condena de 12 años, fue acusada por su hermana, de trata de personas. Guille como la conocemos aquí, asegura que es inocente y que la acusación de su hermana se basa en los celos que ésta sentía de Guille ya que estaba interesada en su pareja.
Guille es una de las mujeres más trabajadoras y calladas que he conocido en mi vida. Se mantiene y envía dinero a Estrellita lavando la ropa de las y los internos. Entre 30 y 40 prendas diarias, además estudia y atiende el resto de sus obligaciones, trata como ella dice, de hacer más llevaderos los 6 años que le restan en prisión, seis años en los que no dejará de extrañar a Estrellita ni un minuto.
Las internas aún recuerdan el muy particular modo de Linda Estrella para llamarles a formación en el patio, a las 7 de la mañana de cada día..…. “Lista mujeres, apúrense!”

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