domingo, 12 de octubre de 2014

Tatahuicapa: La Muerte Videograbada

http://olasdesangre.files.wordpress.com/2007/04/linchamientorodrigojvazquez.jpg
Foto tomada del artículo de Fernanda Melchor
Segunda Parte
José Luis Ortega Vidal
Coatzacoalcos, Veracruz, a 12 de Octubre 2014.- Rodolfo Soler Hernández estuvo preso en tres ocasiones por el delito de violación antes de ser linchado por el mismo pueblo al que pertenecía, al que regresó tras su último encarcelamiento y donde ultrajó y mató a su vecina: Ana María Borromeo Robles.
El Corrido
Panuncio Mendoza, versador en los llanos de Tesechoacán -el río que parte desde Oaxaca para cruzar Veracruz y desembocar en los afluentes del Papaloapan- ofrece su testimonio con este corrido:
Ya se corrió la noticia por todito el continente/
de un violador y asesino, allá por Playa Vicente/
Tatahuicapan es el pueblo que lo quemó con su gente.
Pongan atención muchachos, no agarren ese camino/
Ya ven lo que sucedió por errores del destino/
¡Ay de mi violador, asaltante y asesino!
Corrido popular “El quemado de Tatahuicapan”
La jornada fatal
Un antropólogo que ha mantenido contacto con el pueblo de Tatahuicapa durante varios lustros ofrece su punto de vista sobre las consecuencias de las muertes ocurridas allí el 31 de agosto de 1996.
“Hay una memoria colectiva muy dañada a partir de aquel día en el que muere una mujer inocente, es linchado un delincuente que era vecino del lugar y luego llega la represión, las acciones legales, el enfrentamiento a la justicia que se traduce en detenciones, juicios y otras circunstancias. Todo, menos olvido. No hay manera de olvidar. Si acaso –reflexiona para sí mismo- el intento de que las nuevas generaciones no se afecten, que ellos no sean parte de la historia…”
El trabajo periodístico y ensayístico de la autora María Fernanda Melchor, realizado seis años más tarde bajo el título “Tatahuicapan: Dos Justicias, Dos Mundos”, lo describe así:
El 31 de agosto de 1996, el pueblo de Tatahuicapan redactó un acta donde se narraban los hechos y se plasmaba la voluntad del pueblo ante el asesinato de Ana María Borromeo Robles.
Tras golpear y torturar al joven asesino -Rodolfo Soler Hernández- los habitantes del poblado se erigieron en Juzgado y realizaron un juicio sumario: amarraron al detenido junto a un árbol de encino y lo quemaron con gasolina hasta su muerte.
ACTA DE JUICIO POPULAR:
(Fragmento)
[...] Entonces el pueblo respondió en una sola voz: “No, no se lo entregamos, vamos a hacer justicia porque este reo ha sido encarcelado más de tres veces y no lo castigan porque nuestras autoridades superiores se dejan sobornar por unos cuantos pesos. Por eso el pueblo se ha artado (sic) de tanta injusticia y ya no conformes de esto, el pueblo ará (sic) justicia porque existe una ley interna del ejido de correr a los maleantes o matarlos, según su delito. Y entonces las autoridades se fueron para no ver la justicia del pueblo, y el juez auxiliar municipal [Miguel Borromeo Avendaño], el agente municipal [Liberio Contreras Velásquez], el comisario ejidal [Armando Raymundo López] y el Presidente del Consejo de Vigilancia [Cirilo Ausencio Pablo] tomaron la palabra y dijeron: “Pueblo en general, danos al reo para remitirlo a donde corresponda”, pero ellos embrabecidos (sic) contestaron: “No, nosotros vamos a hacer justicia”. Las autoridades insistían pidiendo al reo para remitirlo y no lograron convencer al pueblo. En eso las autoridades entregaron al reo al pueblo, y el pueblo iso (sic) justicia para ejemplo de los demás ciudadanos y que nuestro gobierno tenga más cuidado con estas personas peligrosas. Anexamos firmas del pueblo.
Atte. “Sufragio Efectivo, No Reelección”
Firmas de las autoridades del poblado
de Tatahuicapan, más 154 firmas
31/agosto/1996, Tatahuicapan, Veracruz
Copia de aquel documento llegó a la redacción de El Liberal la noche del lunes 02 de septiembre de 1996.
Días más tarde, el director general César Augusto Vázquez Chagoya (+) comentó a los reporteros que desde la ciudad de México personal de la Procuraduría General de la República (PGR) llamó a su oficina para solicitar el acta-
Vía fax aquella copia llegó a las autoridades policiacas federales.
A nivel estatal el tema se trataba con hermetismo y salvó la nota muy pequeña de la agencia “El Universal” difundida el lunes 2 de septiembre -a dos días de los acontecimientos- así como el amplio reportaje publicado por El Liberal el martes 3 de septiembre, sólo la Procuraduría de Justicia de Veracruz a cargo de Rodolfo Duarte Rivas conocía oficialmente los detalles.
Uno de ellos resultaba clave para dimensionar el alcance mediático y político que tendría el linchamiento de Rodolfo Soler Hernández en Tatahuicapa: la existencia de una video grabación del juicio así como del ajusticiamiento colectivo.
Los reporteros de “El Liberal” detectaron la existencia de dicho video durante su visita del lunes 02 de septiembre a Tatahuicapa.
Entre las actitudes recelosas, desconfiadas y las amenazas disfrazadas de “recomendaciones” alguien mencionó la grabación que no se pudo conocer –entre otras razones- porque ya no estaba en el pueblo.
En efecto, el autor intelectual y físico de la grabación sobre Rodolfo Soler Hernández amarrado a un árbol frente a la Capilla del pueblo, arrastrado después hacia el cementerio, vuelto a amarrar y finalmente quemado en vida con el apoyo de gasolina, se había marchado ya de Tatahuicapa con el video en sus manos.
María Fernanda Melchor lo narra: “El hecho fue ampliamente difundido en los medios de comunicación debido a la existencia de un video VHS que documenta lo sucedido. El presente ensayo se propone describir los dos procesos simultáneos: el legal-jurídico y el popular, el de la justicia del Estado mexicano y el de una comunidad, el derecho racional vs. la costumbre, con el fin de mostrar el conflicto clave de la vida jurídica en nuestro país: la falta de reconocimiento e integración de los derechos culturales de los pueblos originarios de América al modelo político y jurídico contemporáneo.
La muerte videograbada
Al pueblo de Tatahuicapan regresó uno de muchos jóvenes que solían emigrar hacia Estados Unidos.
Trajo consigo equipo de audio, video y decidió comercializar en fiestas y eventos sociales.
Allí mismo había llegado un médico veterinario del Centro de Investigaciones de Intercambio y Capacitación Agropecuaria.
El representante oficial se ganó la confianza de los pobladores y jugó un papel notable durante el desarrollo de la tragedia el sábado 31 de agosto de 1996.
Conocedor de la existencia de un equipo de grabación en Tatahuicapa, el empleado acudió al domicilio del dueño y contrató sus servicios para grabar los hechos.
Aquella mañana la señora Ana María Borromeo Robles acudió a lavar ropa en la orilla del río “La Lana” que divide a su comunidad: Tatahuicapa, Veracruz con Paso del Aguila, Oaxaca.
Otras mujeres realizaban su tarea a escasa distancia pero Ana María topó con Rodolfo Soler Hernández, que la atacó…
Los gritos de las vecinas alertaron a los vecinos pero nadie pudo impedir que el ex preso abusara de la señora Borromeo Robles y la arrojara al río.
Rodolfo también se sumergió en las aguas caudalosas.
El intento de escape del violador lo llevó al lado oaxacaqueño.
Un aviso desde Tatahuicapa concluyó con su captura en Paso del Aguila.
El acusado fue entregado y se le amarró junto a un árbol, justo frente a la Capilla donde un Sacerdote católico oficiaba Misa cada domingo.
Aquél fue el escenario del juicio fugaz y el inicio del linchamiento…
CONTINUARA…

1 comentario: