viernes, 20 de mayo de 2011

Columna: CON RUMBO AL SUR…


ALCALDES POR 4 AÑOS…¡NO CHINGUEN!

Por Angel Gabriel FERNÁNDEZ


(1)


Hay políticos, servidores públicos, que desde que asumen la responsabilidad se creen tocados por Dios; ya no creen que fueron electos por el pueblo, sino que fueron electos por la divinidad.
Son como aquellos avaros que se la pasan ahorrando eternamente como si fueran a vivir eternamente.
Muchos no saben retirarse a tiempo, como le pasó al libertador de América Simón Bolívar. Cuando Bolívar acababa de luchar para liberar algunos pueblos en el sur de América, se encontró con otro libertador en Argentina, José de San Martín. En el diálogo que sostuvieron, San Martín le dijo a Bolívar que después de la lucha él se retiraba, que prefería descansar y que no deseaba convertirse en tirano.
Simón Bolívar quiso gobernar, pero gobernó mal; por eso, tuvo casi que salir huyendo de un pueblo venezolano para intentar perderse en las costas. Cuando iba de huída, le dijo a uno de sus ayudantes:-
--“Vámonos, aquí ya nadie nos quiere”.
Era, diría Gabriel García Márquez, el general en su laberinto. El otoño de un patriarca.


(2)


La iniciativa de que los alcaldes veracruzanos sean electos para gobernar durante 4 años parece una broma de mal gusto. No se cansan de burlarse de los pueblos.
En la región de Acayucan hay malos recuerdos de las administraciones de 4 años, acaecidas del 2001 al 2004.
En Acayucan, el alcalde panista Joel Alarcón Huesca no hizo mal papel. Además, sentó las bases para un desarrollo a largo plazo, porque logró hacer obras importantes como la planta de aguas residuales en la colonia Las Cruces, los pozos profundos de Apaxta y la Plaza Comercial, entre otras.
Pero el resto del Cabildo se la pasó guerreando. Ediles como los que hubo en aquella administración de 4 años sólo constituyen una vergüenza. Hacían sus grupos e iban a las sesiones a arañarse, a gritarse, a mentarse la madre. Vamos, ni cuatro años les alcanzaron para pasársela peleando.
Fue público que el regidor Chema Góngora, por ejemplo, utilizó recursos públicos hasta para arreglarse los dientes.
En el colmo del descaro, al término de la administración, tras 4 años de cobrar sin hacer nada, los regidores demandaron al Ayuntamiento para que los “liquidara conforme a la ley”.
En Sayula de Alemán gobernó durante 4 años Oscar Ayala Estrada.
Al hombre poco había que pedirle en cuestiones culturales, pero eran públicos sus escándalos cuando se le ocurría embriagarse. Se embriagaba tres días antes y tres días después del santo de su compadre: ¡y su compadre se llama Domingo¡ O sea, se la pasaba en el agua toda la semana.
Ya ebrio, le daba por hablar por la red de la policía municipal. En toda la región ya conocían cuando hablaba Oscar Ayala:
---“Esfera 12, esfera 12…”.
Cuando tuvo que entregar la administración, descubrieron que en la Presidencia, en una especie de ropero, tenía sombreros y licor.
Cuatro años tuvo que aguantar Sayula a este alcalde.
Soconusco tuvo por alcalde durante 4 años a Tomás Carmona Fonseca.
Encontrarlo en la Presidencias no era fácil; había que localizarlo preparando “arroz a la tumbada en el restaurante de mariscos “Aída” de la colonia Miguel Alemán de Acayucan. No se dedicó a gobernar porque no sabía. Se dedicó a vender autos usados; en la parte trasera de su casa tenía incluso un taller donde reparaba las unidades. Las compraba viejas y las vendía como nuevas.
Hueyapan de Ocampo tuvo cuatro años de alcalde a Gaspar Gómez Jiménez.
En diciembre del 2001, en el primer año de gobierno, el municipio se convulsionó con la desaparición del regidor perredista Leovigildo Ciau Medina. La Procuraduría General de Justicia le echaba la culpa al Alcalde; públicamente hacía corajes el procurador Pericles Namorado Urrutia acusándolo, pero el Congreso del Estado negó el desafuero.
Ante los rumores de que el edil pudo haber sido asesinado y enterrado en el mismo municipio de Hueyapan de Ocampo, se excavó en cañales de algunas comunidades y se buscaron pruebas casi durante los 4 años de gobierno…pero el regidor no apareció. Eso es lo que más se recuerda del gobierno de 4 años.
En Villa Oluta gobernó 4 años Mauricio Gómez Delgado.
Los escándalos los hacía el síndico Tomás Gómez Ledesma. Era un perfecto ignorante de la función pública y como para burlarse del pueblo, construyó un “partenoncito” en pleno centro, a media cuadra del palacio, utilizando para la obra unidades oficiales.
En San Juan Evangelista gobernó Deisy Valencia Candelario, la cual hasta la fecha enfrenta problemas por no entregar cuentas claras.


(3)


Un rasgo distintivo de esos periodos de 4 años, fue que en el sur de Veracruz gobernó el PAN. Lo hizo en Acayucan, Oluta, Soconusco y San Juan Evangelista.
Los alcaldes tuvieron más de mil 500 días para hacer historia, pero la mayoría tuvo que salir por piernas.



(4)


Los pueblos tienen memoria.
Si no, no son pueblos.
Historias de cómo los pueblos recuerdan y castigan, hay muchas, pero la más elocuente es la del dramaturgo español Lope de Vega, autor de la obra “Fuenteovejuna”. Narra de cómo la gente se había cansado de un mal gobernante que toda la gente se unió para pedir justicia. Tomaron la justicia por sus propias manos.
Todos se hicieron llamar “Fuenteovejuna”, como se llamaba la comunidad.
Cuando eliminaron al mal gobernante y les preguntaron quién lo había hecho, la respuesta fue:
---“Fuenteovejuna, señores”.
O sea: el pueblo.
Los alcaldes de 4 años no van a correr la misma suerte que el mal gobernante de Fuenteovejuna; el pueblo veracruzano no es tan salvaje como para eliminarlo. Pero si van a ser como los malos alcaldes que hemos tenido por 4 años, sí van a ser cuestionados, exhibidos, vilipendiados, malmirados, descalificados.
No van a tener la frente en alto; no van a salir las calles sin el temor de que la gente les miente la madre.
Pero si el Congreso del Estado, ese Congreso que no se cansa de levantar la mano, los aprueba, hay que elegirlos, calificarlos, reprobarlos o aprobarlos.

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