Por Sergio Manuel Trejo González
Por Sergio Manuel Trejo González
Jorge Aurelio Cárdenas Romero.
Murió.
Sabíamos de sus padecimientos, sin embargo la triste noticia del fallecimiento del mítico periodista nos ha dejado impresionados y conmovidos.
Las redes sociales se convirtieron en un hervidero de comentarios recordando la figura del comunicador y circulando mensajes de lamentación y condolencia para los suyos.
Periodistas, amigos, familiares, vecinos y políticos, aquellos que compartieron tiempos y esmero, proyectos y sueños, trabajo y retos, todos han tenido palabras cariñosas y duelo por quien ha sido uno de los personajes más importantes de la comunicación en nuestra región.
Muere Don Jorge.
Este martes 6 de octubre, todos hemos amanecido con una de esas noticias que te encogen el corazón y te hacen quedarte sin palabras. Estamos tratando de hilvanar algo, porque hablar de Jorge Cardenas significa referirnos a un ejemplo de superación, lucha, coraje, ganas de salir adelante.
No resulta fácil porque, los que amamos este oficio y aspiramos a saber contar, perdemos un referente.
A Jorge, lo conocimos hace muchas décadas, trabajaba para don Rubén Domínguez Dodero y luego para don Guillermo Domínguez Dalzell en labores de administración de la gasolinera “Acayucan” y del hotel Plaza.
Después se avecindó por nuestra calle, la Guillermo Prieto, en el sector de Barrionuevo.
Ahí anduvimos compartiendo faenas de mantenimiento y mejoramiento, en los tramos respectivos para que fuera la avenida que ahora disfrutamos.
El hombre comenzó desde muy temprano y desde muy abajo, tenía una talachera, donde combinaba su negocio de reparación y venta de neumáticos, pero le gustaba la política y tenía relación de amistad con mucha gente bien relacionada con algunas esferas de gobierno.
Por ello, después lo tratamos de cerca en sus actividades como Regidor del Ayuntamiento Acayuqueño, en la administración que presidió don Ramón Roca Morteo. Era un equipo de obras y servicios municipales realmente inigualable con Antonio Zavaleta Lara, Fidel Baruch Soto, Roberto Luna Guevara, Jonas Bibiano Landero.
Un día comenzó a colaborar, en sus ratos libres, con El Diario del Sur. Traía siempre en manos un legajo de hojas con apuntes. Escribía sus columnas: “Entre semana” y “Séptimo Día”.
Recuerdo algunos de sus trabajos de investigación trascendentes y reveladores y peligrosos.
En esas andanzas decidió fundar su propio medio: Semanario “NotiSur”.
Desde pronto marcó su huella ganándose el reconocimiento a nivel local, luego regional.
Fue comenzando a cubrir información privilegiada de muchas partes, pero como que le gustó Jesús Carranza. La antigua Santa Lucrecia lo cautivó para una sección especial en sus tareas: “El Mundo Malboro”.
Hoy se termina la vida de Jorge Cardenas, pero comienza la leyenda del periodista. Víctima de atropellos y de atropellamientos, Premio Estatal de Periodismo, fundador de la colonia de los periodistas. Dirigente de algún gremio de periodistas. Gestor de un espacio, para la construcción del asilo de ancianos “Teresa de Calcuta”.
Era un hombre de iglesia y de fe.
Vivió en sus aciertos y con sus errores, propios de todo ser humano. Pero anduvo el camino y cargaba sus responsabilidades que fueron su orgullo y su nobleza y su impulso para atravesar todas las capas o barreras sociales, porque las personas tenemos necesidad de saber, creer y experimentar que las verdades que percibimos se arraigan en las profundidades inmutables del propio corazón.
Tengo la sensación de que se me quedan muchas cosas más en el tintero; empero, me consuela habernos dicho lo importante.
EN VIDA HERMANO, EN VIDA.
Además, cuando un hombre muere, un capítulo no se arranca del libro, sino que se traduce a un mejor lenguaje en otras dimensiones.
Jorge:
Todos hemos venido a esta tierra con un propósito y no cabe la menor duda que tú lo has cumplido con exceso, generosidad y honores.
Te vamos a extrañar, amigo, ve tranquilo a tu nueva vida, hasta que nos volvamos a encontrar, Dios te guarde en la palma de su mano.
Descansa en paz.
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