miércoles, 16 de diciembre de 2015

Columna: LA MANGA/ Libro "Pólvora en la Boca" de la periodista Ivonne Gutiérrez

Periodista Ivonne Gutiérrez

Lic. Angel Gutiérrez Carlín

Acabo de leer el libro “Pólvora en la boca” y me clavo pensando en que poco, casi nada, ha cambiado en el país en casi 20 años, pues fue en 1996 cuando mi hermana Ivonne lo publicó, lo que ya no supe es si en ese año terminó de escribirlo.
En Chiapas, después del inicio del año 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional liderado por el Sub Marcos, gracias a su éxito mediático y al de la Convención Nacional Democrática realizada a propuesta suya, convocaba ya a reuniones o asambleas “intercontinentales” a favor de la humanidad y contra el neoliberalismo. Sin embargo, ese movimiento revolucionario indígena con el paso del tiempo empezó a perder fuerza hasta que, supongo, desanimado Marcos, hace relativamente poco tiempo, anuncia su retiro de las selvas chiapanecas sin explicarlo de manera satisfactoria.
A pesar de ello, hay que reconocer que gracias a la insurrección indígena chiapaneca se logró reformar la Constitución Política y reconocerle derechos a las diferentes etnias existentes en el país, los cuales hasta la fecha siguen vigentes sin que en lo económico y social desafortunadamente las cosas para ellas hayan cambiado.
Después de lo leído y sorprendido ante tanta miseria y marginación, reflexiono o me cuestiono por qué el Estado de Chiapas tiene, inexplicablemente, como titular del Poder Ejecutivo a un tipo frívolo, vacío, como Manuel Velasco Coello, a quien le llovieron críticas muy merecidas cuando se hizo público un video en el que cacheteó y humilló a un empleado de su gobierno al que me aventuraría a señalar haberle visto rasgos indígenas; presumo que éste, incluso, fue obligado a participar en la farsa aquella en donde ambos hicieron aparecer en otro video que nada había pasado, que todo estaba bien entre ellos. Lo del matrimonio de tan ilustre gobernador con Anahí, no merece ningún comentario, cada quien decide unirse a quien quiera y eso, además, es parte de su vida privada.
Volviendo a mi hermana Ivonne, así lo creo, llegó a pensar que el EZ y su Sub serían el parteaguas revolucionario que necesitaba este país para redimir a los desprotegidos, a los marginados; sólo ella supo si con la muerte se llevó la desilusión de aquello que llegó a hacerla presa de una gran pasión. Me arrepiento una y otra vez de no haber leído su libro cuando ella todavía estaba con nosotros y así revivir juntos sus vivencias en Chiapas y con el Sub, tal vez con el propósito de que respirara un poco más de vida si eso sirviera. No lo hice; insisto: me arrepiento una y mil veces.

BOQUELUMBRE

“Más vale que me haga daño y no que se desperdicie”

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