Periodista Ivonne Gutiérrez |
Lic. Angel Gutiérrez Carlín
Acabo de leer el libro
“Pólvora en la boca” y me clavo pensando en que poco, casi nada, ha cambiado en
el país en casi 20 años, pues fue en 1996 cuando mi hermana Ivonne lo publicó,
lo que ya no supe es si en ese año terminó de escribirlo.
En Chiapas, después del
inicio del año 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional liderado por
el Sub Marcos, gracias a su éxito mediático y al de la Convención Nacional
Democrática realizada a propuesta suya, convocaba ya a reuniones o asambleas
“intercontinentales” a favor de la humanidad y contra el neoliberalismo. Sin
embargo, ese movimiento revolucionario indígena con el paso del tiempo empezó a
perder fuerza hasta que, supongo, desanimado Marcos, hace relativamente poco
tiempo, anuncia su retiro de las selvas chiapanecas sin explicarlo de manera
satisfactoria.
A pesar de ello, hay que
reconocer que gracias a la insurrección indígena chiapaneca se logró reformar
la Constitución Política y reconocerle derechos a las diferentes etnias
existentes en el país, los cuales hasta la fecha siguen vigentes sin que en lo
económico y social desafortunadamente las cosas para ellas hayan cambiado.
Después de lo leído y
sorprendido ante tanta miseria y marginación, reflexiono o me cuestiono por qué
el Estado de Chiapas tiene, inexplicablemente, como titular del Poder Ejecutivo
a un tipo frívolo, vacío, como Manuel Velasco Coello, a quien le llovieron
críticas muy merecidas cuando se hizo público un video en el que cacheteó y humilló
a un empleado de su gobierno al que me aventuraría a señalar haberle visto
rasgos indígenas; presumo que éste, incluso, fue obligado a participar en la
farsa aquella en donde ambos hicieron aparecer en otro video que nada había
pasado, que todo estaba bien entre ellos. Lo del matrimonio de tan ilustre
gobernador con Anahí, no merece ningún comentario, cada quien decide unirse a
quien quiera y eso, además, es parte de su vida privada.
Volviendo a mi hermana
Ivonne, así lo creo, llegó a pensar que el EZ y su Sub serían el parteaguas
revolucionario que necesitaba este país para redimir a los desprotegidos, a los
marginados; sólo ella supo si con la muerte se llevó la desilusión de aquello
que llegó a hacerla presa de una gran pasión. Me arrepiento una y otra vez de
no haber leído su libro cuando ella todavía estaba con nosotros y así revivir
juntos sus vivencias en Chiapas y con el Sub, tal vez con el propósito de que
respirara un poco más de vida si eso sirviera. No lo hice; insisto: me
arrepiento una y mil veces.
BOQUELUMBRE
“Más vale que me haga daño y
no que se desperdicie”
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