SAN JUAN TEOTIHUACÁN.- El
arqueólogo Alejandro Sarabia, director de la zona arqueológica de
Teotihuacán, reveló que subir a la Pirámide del Sol para "recargarse de
energía positiva" no es una actividad promovida por el Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH), "ni una práctica que tenga
respaldo científico o cultural en la historia antigua del sitio".
Es
más bien, aseguró el especialista durante entrevista al pie de esa
construcción prehispánica, un fenómeno moderno, interesante y
respetable, que data apenas de los años 80 del siglo pasado, con
especial auge a principios de los 90.
"Esta
moda es impulsada por los medios de comunicación no sólo aquí, también
en Chichen Itza y otras zonas arqueológicas", subrayó.
A
las 7:00 horas de hoy, al ser abierta la Puerta 2 de la zona,
ingresaron los primeros grupos de visitantes, animosos, con la idea de
subir a las pirámides de Teotihuacán.
Muchos,
vestidos albamente, como símbolo de purificación y deseos de estar en
paz con el universo. A las 7:10, desde el punto de observación, el Sol
se posó sobre la pirámide dedicada al astro.
Vestirse
de blanco, subir a las pirámides, levantar las manos, llevar al rostro
toda la seriedad que uno es capaz de aparentar, y cerrar los ojos en
actitud de meditación, nada tiene qué ver con el 21 de marzo y menos aun
con la zona arqueológica de Teotihuacán.
"Los
constructores de la ciudad no hicieron los edificios para esas
actividades. De hecho, no son para visitas masivas", acotó el
arqueólogo.
Explicó:
"El ascenso a las pirámides de la ciudad de Teotihuacán, en su momento
de esplendor, fue restringido para algunos sacerdotes y grandes líderes,
y no eran para que toda la gente subiera a ellas. Las plazas sí". En
Teotihuacán no hay una sola pirámide sin su plaza, binomio
arquitectónico singular; el público va en los espacios abiertos de abajo
y los líderes van arriba.
Familias
enteras, grupos de amigos, parejas e individuos en solitario, llegaron
en menos de 10 minutos a lo alto de la gran construcción para saludar
"desde más cerquita" al Astro Rey, según comentó Don Joaquín Martínez,
de la Ciudad de México, quien con toda la parafernalia del caso llegó,
jadeante, a la cima de la Pirámide del Sol. Su esposa decidió esperarlo,
en la plaza cercana.
Tras
poner en relieve que los monumentos no son para que todo mundo se suba
en ellos, Sarabia destacó que las plataformas piramidales tienen la
función de ser base que soporte un templo, que son una o dos
habitaciones, la casa del Dios, no para el público, sin embargo, en la
actualidad, convertida Teotihuacán en zona arqueológica, sí se permite a
los visitantes subir y bajar.
Los
visitantes de México y el mundo, deben visitar la zona con un interés y
un fin meramente cultural. "Esperamos, deseamos y trabajamos mucho para
que al salir de aquí, los visitantes hayan aprendido algo de esta
ciudad que es área de visita cultural específica, Patrimonio Cultural de
la Humanidad, y de ninguna manera un parque de diversiones para venir
con sus anafres, perros y pelotas".
La
intención del equipo que comanda el arqueólogo Alejandro Sarabia
González en esta ciudad sagrada, destacó el propio especialista, es
reforzar la cultura general de los visitantes, y recordó que los sabios
constructores de esta impresionante ciudad prehispánica, resguardada por
el INAH, "no la levantaron para recibir ningún tipo de energía o para
recargarse de ella, sino con otros fines precisos".
Informó
que hay dos kilómetros lineales de monumentos arqueológicos, ya
liberados por el INAH, y aunque el visitante no se atreva a vivir la
experiencia de subir a las dos pirámides, una dedicada al Sol y otra
dedicada a la Luna, su recorrido resulta fascinante e ilustrativo para
niños, adolescentes y adultos. A eso se suman dos museos que puede
visitar sin temor a cansarse o sofocarse.
"Uno,
Museo de Sitio, es una introducción a los monumentos que existen en
esta zona; el otro está especializado en pintura mural, es decir, en la
decoración de la arquitectura de Teotihuacán, son murales originales y
únicos en el mundo. Además, hay talleres para estudiantes de primaria y
secundaria, visitas guiadas, y exposiciones temporales sobre los
resultados de investigaciones recientes", precisó.
Respecto
a la afluencia de personas que arriban a la zona, el entrevistado dejó
ver que en días entre semana son alrededor de dos mil, mientras que
sábados y domingos el número se eleva a poco más de cinco mil. "Pero
hoy, 21 de marzo, a pesar de ser viernes, antes del medio día ya
teníamos contabilizados más de cinco mil visitantes; el augurio para
todo el día, es de poco menos de 30 mil".
Para
mañana 22 de marzo y para el domingo 23, el director de la zona espera
el arribo de más de 30 mil visitantes por cada día. "En esta ocasión las
personas que visitan Teotihuacán, por la razón que sea, llegarán de
manera masiva durante los tres días del fin de semana y por ello,
debemos estar preparados para recibirlos, atenderlos y cuidarlos como el
turista se lo merece".
En
ese sentido, aseveró que el Instituto Nacional de Antropología e
Historia tiene 19 años montando operativos de seguridad para los
visitantes en torno al 21 de marzo.
"Diseñamos
una estrategia para garantizar la integridad de los visitantes y cuidar
los monumentos históricos, pues en esta fecha el número de personas que
nos visitan es grande; en el INAH estamos listos para recibirlos",
apuntó.
Participan
en el operativo trabajadores de base, mandos medios y el personal de
seguridad del INAH, quienes son apoyados por la Policía Federal, Policía
Regional, Fuerzas Federales y Policía del Estado de México. "Unos
elementos fuera y otros dentro del área, cuidando accesos, calles,
calzadas, monumentos y todas las construcciones que conforman la zona
arqueológica de Teotihuacán".
Para
el entrevistado, cualquier edad es apta para visitar este espacio. "Lo
que sí recomiendo, es que primero se informen antes de llegar para que
al estar aquí, se hagan preguntas a sí mismos sobre lo que les interesa,
ya sea de astronomía, la vida cotidiana de los teotihuacanos,
arquitectura o decoración de la zona". De esa manera, añadió, la visita
resultará más ilustrativa e interesante.
Es
importante visitar Teotihuacán porque además de ser una ciudad inscrita
en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, tiene una
relevancia capital.
"Sin
Teotihuacán, Monte Albán o Chichen Itza, la historia prehispánica y la
historia presente de lo que hoy es México seguramente sería diferente.
Si no existieran estas urbes desarrolladas, seguramente seríamos
diferentes", recalcó.
Desde
temprano, artesanos y vendedores de figurillas e idolitos de barro y
otros materiales se apostaron al pie de las pirámides para mostrar y
ofrecer todos sus productos. Nadie quería dejar pasar la oportunidad de
regresar con un recuerdo de piedra, metal o madera. La mañana, fresca,
pero al mediodía el Sol ya caía a plomo en la testa de la gente. Los
sombreros de palma hoy se vendieron bien.
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