Por JAIME RÍOS OTERO
Veracruz, Veracruz. 15 de octubre de 2013,-
Pues el brete en el que está metido el Congreso de Veracruz, que por
principio obligará al Poder Legislativo a pagar casi 6 (seis) millones
de pesos por indemnizaciones, salarios caídos y otros accesorios, es
culpa de la propia Legislatura, pero también del Tribunal Estatal de
Conciliación y Arbitraje que, en aras de protegerlo, aun a costa de la
legalidad, lo ha hecho caer en sanción.
Aquí sí cabría el viejo y resobado dicho: “no me ayudes compadre”.
Resulta que dos modestas empleadas
fueron despedidas en el año 2009 del Congreso, por lo cual, menos tardas
que perezosas, acudieron a demandar ante el Tribunal de Conciliación y
Arbitraje del Poder Judicial del Estado, señalando como pretensión su
reinstalación, el pago de salarios caídos y otras prestaciones, como se
estila en estos casos.
Desahogada la famosa audiencia
trifásica, finalmente se dictó laudo, donde la autoridad burocrática
absolvió de todo a la demandada. Naturalmente, ellas se inconformaron
mediante demanda de amparo directo, misma que fue radicada en el Tercer
Tribunal Colegiado en Materias Penal y del Trabajo del séptimo circuito,
el cual les concedió la protección de la justicia federal en noviembre
de 2011.
En supuesto cumplimiento de la sentencia
dictada, el Tribunal de Conciliación dictó un nuevo laudo, en el cual
volvió a absolver al Congreso, lo que motivó una nueva demanda de
amparo, que recayó otra vez en el Tercero Colegiado, mismo que, también
de nueva cuenta, las volvió a amparar.
Esta vez el Tribunal estatal dictó
laudo, en septiembre de 2012, donde ahora sí condenó a la parte
demandada a cumplir con el petitium inicial, pero resulta que el
Honorable Congreso, en vez de cumplir, también interpuso un amparo
directo, por lo que el Tribunal de Conciliación tuvo que dictar a su vez
un tercer laudo pero que también fue de carácter condenatorio.
Ninguna de las partes impugnó esta
última resolución, por lo que quedó firme. Sin embargo, más tarde el
Congreso presentó un recurso de inconformidad en contra del auto que
declaraba cumplida la sentencia de amparo, por lo que el Tercer
Colegiado la remitió a la Suprema Corte. Conoció del asunto la Segunda
Sala y determinó desechar ese recurso por improcedente.
Las quejosas solicitaron al Tribunal de
Conciliación y Arbitraje que procediera a efectuar la ejecución de su
propio laudo, pero ese órgano no lo ha hecho, lo que condujo a los
abogados del despacho Viades, Llanes y Asociados a interponer una
demanda de amparo directo por tal incumplimiento.
La situación es tan clara, que
seguramente el amparo les va a ser concedido, ante lo cual el Honorable
Congreso de Veracruz deberá reinstalar a ambas trabajadoras, reconocer
su antigüedad y su carácter de trabajadoras de base, pagarles aguinaldo,
prima vacacional, compensación por actividades culturales,
gratificación, compensación administrativa, ayuda al proceso
legislativo, capacitación y desarrollo, ayuda mensual para despensa,
ayuda para pasajes, ayuda por servicios, despensa mensual, ayuda para
compra de uniformes y útiles escolares, compensación temporal
compactable, horas extras y salarios devengados, así como la simpática y
nada despreciable suma de casi 6 millones de pesos.
Esta cantidad es, de por sí, el máximo pago de que se tenga noticia en algún caso similar.
Es sabido en el mundo de los abogados
que cuando se trata del Congreso, el Poder Judicial del Estado
invariablemente tuerce la ley a fin de no molestar a los señores
diputados, y que éstos, ignorantes de la teoría del estado le exigen a
los magistrados que las resoluciones les salgan a modo, que para eso los
pusieron ¿ o no? Nadamás que esta vez les saldrá el tiro por la culata a
ambos y corruptos bandos.
¿Qué ocurrirá en caso de que salga un
amparo favorable a las trabajadoras y el Congreso se siga negando a
cumplir? Faltan pocas semanas para que la actual Legislatura finiquite
sus actividades, por lo que ya debe haberse agotado el presupuesto, o en
su caso se habrán repartido lo que sobraba, con el pretexto del fondo
de ahorro.
Bueno, si el Congreso no cumple, la
nueva ley de amparo prevé que en el caso de inejecución de sentencia,
los responsables serán separados de su puesto, pero seguirán teniendo
responsabilidad aunque dejen el cargo (ojo, diputados salientes) y serán
consignados para la responsabilidad penal que corresponda. Pero como el
incumplimiento puede alcanzar a los nuevos diputados, estaríamos ante
la inédita situación de que, dado que el Congreso es un cuerpo
colegiado, 100 diputados, 50 expirantes y 50 novatos, queden vinculados a
esta inejecución de sentencia.
¿Cómo la ve usted? Y todo por no leer la nueva Ley de Amparo. (Tomado de El Piñero de la Cuenca).
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martes, 15 de octubre de 2013
Prospectiva: ¿Consignación penal a diputados?
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