Por: Luis Velázquez/@BlogExpediente
Veracruz, México; 23 de octubre, 2013.--
El sábado 20 de octubre, 2013, 18 días después de desaparecida, los
familiares y amigos de la estudiante de la Universidad Veracruzana y
empleada del Seguro Social, Ámbar Nayeli Suárez Rivera, efectuaron una
marcha en la avenida principal del puerto jarocho solicitando apoyo
ciudadano para ubicarla.
Sin embargo, y dado los hechos y las
circunstancias, los familiares y amigos deben estar conscientes de lo
siguiente: no obstante que han interpuesto una denuncia en la agencia
del Ministerio Público, la única manera para que la autoridad de
Veracruz los escuche es a partir de las marchas y las caminatas.
Es la única esperanza. No hay otra.
Si los familiares y amigos dejan de
estar insistiendo a través de la protesta en la vía pública, sería
difícil, quizá un milagro, ojalá, que Ámbar Nayeli regrese a casa, a
menos, claro, y como se afirma que el exnovio la pudo haber raptado, la
dejara en libertad.
Y es que, como se sabe, de norte a sur
de Veracruz hay decenas, cientos de desaparecidos, que desde hace casi
tres años fueron secuestrados y nunca más han vuelto a casa.
Y si han regresado es sin vida. Y hasta cercenados, amontonados los restos en un costal.
Incluso, en un principio, igual que
ahora los familiares de Ámbar, también se fueron a la calle con amigos y
cartulinas y pancartas y fotos, para exigir y demandar a la autoridad
policiaca la seguridad en la vida y en los bienes, pero más aún, la
localización de la persona plagiada, y luego de un ratito aflojaron en
la lucha social, y el asunto ha sido olvidado.
Nadie, por ejemplo, ha vuelto a saber de
los tres reporteros policiacos de Chinameca, Acayucan y Cardel
desaparecidos, y a pesar de una que otra protesta (todas aisladas por
desgracia), la impunidad ha caracterizado a tales hechos revueltos y
turbulentos.
Por eso, si los familiares de Ámbar
quieren mantener latente la esperanza, el único camino es protestar en
la calle de una manera estratégica, por ejemplo, pidiendo el auxilio de
alguna ONG nacional, armando ruido en la prensa defeña, tocando la
puerta en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, llegando al Congreso
de la Unión.
De lo contrario, los días y las semanas transcurrirán… sin que Ámbar regrese a casa.
ENTRE MÁS PROTESTA SOCIAL, MUCHO MEJOR
Quizá uno de los asesinatos más sonados
en Veracruz ocurrió en Xalapa, cuando quitaran la vida a la hija y al
yerno de la maestra y escritora, María Esther Hernández
Si la obligación número uno del Estado
es garantizar la vida, entonces el gobierno está fallando en la
desaparición de Ámbar Nayeli Suárez Rivera
Palacios, hija del maestro Aureliano Hernández Palacio, quien fuera procurador de Justicia.
Entonces, miles de xalapeños caminaron
en calles y avenidas para llegar al centro urbano, frente a palacio de
gobierno y clamaron el pronto esclarecimiento de la tragedia.
Luego, con los días, el movimiento
perdió fuerza, dejaron de expresarse en la calle, y hasta el día de hoy
nadie sabe ni conoce la identidad de los homicidas, y desde luego, las
razones.
Es más, desde la ejecución de nueve
reporteros y fotógrafos en los años 2011 y 2012, sobre todo, en las
ciudades de Veracruz y Xalapa, algunos columnistas publicaron y siguen
publicando todos los días un epígrafe en sus textos pidiendo justicia, y
la respuesta, en todos los casos, es el silencio. Mejor dicho, el
vacío. Mejor dicho, nada.
Peor tantito si se considera que, por ejemplo, por un lado, fue
dictada la sentencia de 38 años con 2 meses al “Silva” como asesino de
la reportera Regina Martínez, y luego, un trío de magistrados lo
absolvieron; ahora, ni hablar, la pregunta sigue latente de quién
asesinó a la corresponsal de Proceso.
Por eso la única salida para que, ojalá, Ámbar Nayeli pudiera
aparecer con vida, y/o en todo caso, saber de su destino es mantener
vivo su recuerdo a través de la inconformidad social, empezando, además,
por las redes sociales, incluso, correos directos a la autoridad, todos
los días y al secretario de Gobernación y al procurador de justicia de
la república y al Episcopado y a los 11 obispos y el arzobispo de
Veracruz.
Entre más ruido social y político armen los familiares, mucho mejor.
SEGUIR LA PISTA AL EXNOVIO
Se cumplen hoy 21 días de que la estudiante de la U.V. y empleada del
I.M.S.S. desapareció, cuando a las tres de la tarde del 2 de octubre
(día de muertos en el país, tragedia de Tlatelolco, todos crímenes
impunes) se dirigía a la universidad.
Y si la obligación número uno del Estado es garantizar la vida, entonces, el gobierno está fallando.
Bastaría, por ejemplo, redondear una duda: si el exnovio está
señalado como el presunto culpable, entonces, caray, si así fue, la
autoridad pudiera presionar a los familiares del muchacho para rastrear
pistas.
Ahora bien, si tal hipótesis ha sido descartada, tantito peor porque se estaría hablando de otras posibilidades.
De cualquier manera, aunque haya sido el exnovio, nada justifica 21 días desaparecida.
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miércoles, 23 de octubre de 2013
Expediente 2013: 21 días sin Ámbar; entre más protesta social, mucho mejor
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