*** Con el empate conseguido por
Panamá en Honduras, los canaleros igualaron en puntos a México e incluso
le superan en goles anotados
*** Reinventados los gringos para el segundo tiempo secaron al Tri, y pausaron el juego a su modo, al ritmo que les convenía. Tena enloqueció al igual que el equipo
11/09/2013 07:52 Carlos Barrón/ enviado
COLUMBUS, 11 de septiembre.- No es un día cualquiera para la selección de Estados Unidos.
La fiesta que se vivió en Columbus culminó con otra victoria sobre
México 2-0. Como siempre que se viene a esta localidad, la calca de cada
Eliminatoria, que tiene al Tricolor fuera del Hexagonal final sin su
boleto a Brasil.
México caminó sobre el alambre apenas recibió el primer gol de Eddie Johnson en un tiro de esquina. El otro fue de Landon Donovan, el eterno simbolismo estadunidense que se avoraza sobre el Tri cada vez que está en el terreno de juego.
Estados Unidos en Columbus, su fortín favorito,
nunca da tregua. Por cuarta ocasión consecutiva volvió a ganar con el
mismo marcador a pesar de que no realizó un partido brillante, al grado
de que no pudo golear por un penal fallado en el último minuto por Clint
Dempsey.
Incluso, la Selección Mexicana equilibrada de Luis Fernando Tena en
su debut, abrió el portón de la esperanza. Cambios sustanciales mas no
radicales se emplearon en la formación en la que se integró a Javier
Hernández y Andrés Guardado en la parte ofensiva mientras Hiram Mier
estuvo en la banda derecha.
A México parecía motivarle que pronosticaran su fracaso y se envalentonó.
Envolvió la pelota todo el primer tiempo y hasta se dio el privilegio
de disparar dos veces a puerta por medio de Christian Giménez. Mostró
músculo el Tri, revolucionado y ansioso, por lo que le faltó calma para anotar.
No lo esperaba Jürgen Klinsmann, ni tampoco los 30 mil aficionados estadunidenses
que cantaron todo el tiempo, arengados por el sonido local y un anuncio
en las pantallas del presidente Barack Obama en el que alentaba a su
selección para conseguir el pase a Brasil.
México les presionó y mantuvo la paridad durante 45 minutos, pero
nada más al regresar del segundo tiempo, el castillo de naipes se
desplomó de un soplido. Klinsmann introdujo casi silenciosamente a
Michael Parkhurst por el lado derecho y a Salcido le traicionaron los
nervios. Un mal rechace del defensor mexicano culminó en el tiro de
esquina en el que la estrategia volvió a hundir al Tri.
Se juntaron Johnson y Jermaine Jones para opacar a Diego Reyes, pero
una salida infame de Jesús Corona abatió mentalmente a México que se
desmoronó en el campo. El gol dejó sin condiciones al Tricolor para
levantar la cara en la Eliminatoria. Ni siquiera la leve mejoría de
actitud mostrada ante la salida de José Manuel Chepo de la Torre pudo
con el paquete. No basta con la moral, se requiere de mucho futbol.
Reinventados los gringos para el segundo tiempo secaron al Tri,
y pausaron el juego a su modo, al ritmo que les convenía. Tena
enloqueció al igual que el equipo y se atrevió a poner a Héctor Herrera
como volante por derecha hasta que, pasados algunos minutos, volvió a la
estructura al regresarlo a la contención para poner a Oribe Peralta
junto al Chicharito.
Sin embargo, su equipo seguía sin nociones y las dudas quebrantaban al Tri en grietas defensivas.
Por el lado de Salcido volvieron a entrar, esta vez Diskerud que
observó solo a Donovan del otro lado. La pinza se cerró de pronto y
Estados Unidos ganó con lo básico y ya clasificó al Mundial, mientras
que México ha quedado a los pies de los caballos, pensando hoy más que
nunca, en un país tan lejano como Nueva Zelanda. Aunque hoy ni a eso
puede aspirar. Hoy está eliminado.
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