Lado sórdido de dos presidentes;
historia de la muerte de Rubén Jaramillo
*Represión en Atenco con policías de Edomex, violadores de mujeres
*Estilo del grupo Atlacomulco para apaciguar a los campesinos…
Luis Velázquez
Veracruz, Veracruz. 06 de enero de 2013.- Mediados de 1962. El mexiquense Adolfo López Mateos gobierna el país. En Morelos, el líder campesino, Rubén Jaramillo, ha sido amenazado de muerte. Su único delito: defender a los indígenas, los campesinos, los hombres pobres del campo. La prole le llaman ahora.
Luego de un montón de días en audiencia, López Mateos lo recibe en palacio. Y el presidente de la república le garantiza protección. Seguridad. Incluso, amnistía.
Pero en los primeros días de julio, un montón de soldados, encabezados por el capitán José Martínez, viaja a Morelos.
Y cuando están frente a su casa, el capitán grita: “Si no sale Jaramillo, ametrallamos la casa”.
Y cuando una nuera abre la puerta, los soldados se introducen a la casa rural como un tsunami. Apuntan a Rubén Jaramillo con las armas. Era un martes, al filo de las dos de la tarde.
Entonces, su suegra, Rosa García, sale corriendo a la presidencia municipal. Y ahí, el alcalde revira:
‘’No puedo hacer nada. Traen órdenes de la Procuraduría General de la República. Pero nomás lo van a detener’’.
Horas después, el saldo es el siguiente:
1.-Rubén Jaramillo, asesinado, en un camino vecinal, en las goteras de Morelos.
2.-Su esposa Epifanía, embarazada, asesinada.
3-.Su hijo Ricardo, de 22 años, asesinado.
4.-Su segundo hijo, Filemón, de 18 años, asesinado.
5.-Su tercer hijo, Enrique, de 16 años, asesinado.
48 horas después sus cuerpos son encontrados, pues la familia los busca. El cuerpo de Rubén Jaramillo estaba tirado en el suelo. También de dos de sus hijos. El cuerpo de la esposa y otro hijo, tirado en la plancha del forense rural.
“Olían muy mal”. A Filemón, lo había desfigurado y tenía la boca llena de tierra. A la esposa le dieron 12 tiros. Uno en la frente. Su rebozo, su vestido estaban desgarrados manchados de sangre’’ contó la suegra de Rubén Jaramillo al escritor y reportero, Fernando Benítez, director, entonces, del semanario cultural de la revista Siempre!, dirigida por el legendario periodista José Pagés Llergo, el único latinoamericano que entrevistara a Adolfo Hitler en exclusiva.
Era aquel el Morelos de las grandes haciendas azucareras. Los guardias rurales. Los peones perseguidos. Las haciendas incendiadas. Los federales luchando contra los peones sublevados. Los dueños millonarios, tanto empresarios como políticos, de los ingenios.
Incluso, el mexiquense Adolfo López Mateos había ofrecido a Rubén Jaramillo la gerencia del ingenio Zacatepec, solo para doblegarlo. Pero la rechazó. Su lado estaba con los campesinos “para combatir a los gobernantes aliados de los” pudientes propietarios de las factorías azucareras.
Nunca, jamás, Rubén Jaramillo pidió un centavo a los campesinos para los trámites y los viajes a la ciudad de México. Se mantenía de una parcelita sembrada con jitomatito, maicito y arrocito.
Sus hijos lo ayudaban en el campo. Su esposa, cosía vestidos y los vendía. “Así íbamos tirando” en la vida recuerda la suegra.
López Mateos nada hizo por investigar los crímenes. Guardó silencio. Calló, pues para entonces el homicidio de Rubén Jaramillo era uno más de los líderes agrarios ejecutados en Morelos y en el país.
En 1963, López Mateos también celebró en el puerto jarocho la promulgación de la ley agraria de 1915.
LAS HUELLAS DE ATENCO
Noche del 3 de mayo de 2006. En palacio de Toluca, estado de México, el gobernador Enrique Peña Nieto ha convocado al gabinete a una súper junta. Vicente Fox gobierna el país como el primer panista. Y Fox está obsesionado con erigir el nuevo aeropuerto de la ciudad de México en Salvador Atenco.
Y en la mesa de juntas de Peña Nieto un solo tema está programado, el siguiente: “Buscar el diálogo o usar la fuerza pública, a partir del estallido de violencia de ese día con pobladores de Texcoco y San Salvador Atenco”. (Alejandro Gutiérrez, Proceso, 14 de mayo, 2006, “Las huellas de Atenco”, libro “El lado oscuro de Peña Nieto”, editorial Planeta Mexicana).
Con Peña Nieto estaban el secretario y subsecretario de gobierno, el procurador, el jefe de la Agencia de Seguridad de Edomex, el alcalde de Texcoco y su secretario particular.
Avanzada la posibilidad del diálogo, Wilfrido Robledo Madrid, jefe de la Agencia de Seguridad, dijo:
“Me dejan hacer el operativo, de lo contrario, renuncio ahorita’’.
El mundo conoce el saldo:
1.- Tres mil policías de Peña Nieto allanan viviendas de Atenco, cuyos vecinos se defienden desde el “Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra”.
2.- En la refriega muere un menor, Javier Cortés, de 14 años, y un adulto, Alexis Benhumea, de 20 años.
3.- 207 personas, entre ellas, diez niños, son detenidas.
4.- 146 personas más son detenidas de manera arbitraria, entrando, incluso, a las casas.
5.- 26 mujeres son violadas, algunas de ellas en las patrulla policiacas donde eran trasladadas a la cárcel.
6.- 206 personas son torturadas.
7.- Cinco extranjeros son expulsados, acusados de agitar a la población.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos levanta un documento con los siguientes delitos:
1.- Detenciones arbitrarias.
2.- Trato cruel.
3.- Allanamiento de moradas.
4.- Retención ilegal.
5.- Incomunicación.
6.- Tortura.
7.- Abuso sexual y violencia.
8.- Ultraje a derechos infantiles.
La noche del 3 de mayo y el amanecer del 4 de mayo, de 2006, sucedió en Salvador Atenco la represión policiaca y política más grave en los últimos diez años del país, por encima, incluso, de Acteal en Chiapas y de Aguas Blancas en Guerrero.
Todo porque Peña Nieto apoyó sin restricciones, fracasado el diálogo y la capacidad de convencimiento de los políticos, a Vicente Fox Quesada, quien seis años después, 2012, en la elección presidencial le pagara el favor, declarando que la panista Josefina Vázquez Mota estaba derrotada antes de contender en las urnas y el triunfador era el candidato priista.
A cambio, un hijo de Martha Sahagún fue investido como diputado federal pluri.
Hoy domingo, aquí, en la tierra jarocha, Peña Nieto celebrará la promulgación de la ley agraria de 1915. Igual que López Mateos en 1963.
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