Columna: CLAROSCUROS
Por José Luis Ortega Vidal
(1)
Si bien es cierto que Joaquín
Caballero Rosiñol obtuvo el triunfo como diputado federal en el municipio de
Coatzacoalcos, también lo es que Enrique Peña Nieto, José “Pepe” Yunes y Héctor
Yunes perdieron en este municipio durante los comicios del pasado primero de
julio.
Sin haber puesto un pie en
Coatzacoalcos durante toda la campaña, perdida por completo entre el montón de
candidatos a los diversos puestos de elección popular, la perredista Margarita
Guillaumín salió victoriosa no sólo en este municipio sino en el distrito XI.
¿Quién es la señora Guillaumín? Se
preguntará usted.
Es –le informo- una militante del
PRD muy respetada en su partido, ex diputada local plurinominal, muy lúcida y
dada a echar humo como un chacuaco.
Bueno, doña Guillermina fue
candidata del PRD al Senado de la República y ocupó la primera fórmula en tal
contienda.
Si nadie la conoce, si nunca hizo
campaña en la región ¿cómo pudo ganar en las elecciones federales?
Hay varios elementos que lo
explican:
a)
Se montó en la candidatura de
Andrés Manuel López Obrador
b)
En Coatzacoalcos hay una
votación históricamente ligada a los partidos y corrientes políticas rivales
del PRI.
c)
El PRI, en el distrito XI, tuvo
numerosas fallas en su operación político-electoral.
d)
El PRI, en el Sur, luce
dividido.
Otra evidencia de estos argumentos
lo constituye la copiosa votación que obtuvo Rocío Nahle García, abanderada del
Movimiento Progresista a la Diputación Federal por el Distrito XI.
De notable prestigio académico e
intelectual, doña Rocío tiene fama de soberbia.
Es –acusan- una mujer de trato
difícil a partir de esa condición.
La crítica surge desde la
perspectiva político-electoral, no desde un punto de vista personal o social.
En política todo cuenta y el trato
con la gente del pueblo es clave.
Un candidato debe estar conectado
con los votantes.
Cómo lo haga es otra cosa.
Puede ser falso; puede ser
mentiroso o demagogo, pero debe contar con un vínculo que lo ate a la gente.
Si los votantes confían en el
candidato –a pesar de sus defectos- esto se reflejará en las urnas, sumado a
otros elementos que conducen al triunfo: como una buena campaña; un discurso
convincente; una propuesta viable; el manejo adecuado de los medios de
comunicación; etcétera.
Y en el caso que nos ocupa la
candidata del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano al Congreso, careció de casi
todo y paradójicamente obtuvo una votación muy alta.
¿Cómo se explica esta
contradicción?
Se trata de un fenómeno no
previsto en los manuales del poder.
Rocío Nahle se montó en el
candidato de las izquierdas a la Presidencia pero también se montó en los
errores y las divisiones del PRI.
El PRI, en el caso de la campaña a
la Diputación por Coatzacoalcos, contó con un buen candidato y éste y su equipo
se esforzaron por hacer una buena campaña.
Estos elementos se suman a los
aspectos ya citados y así tenemos el contexto que lleva al triunfo a una
desconocida Margarita Guillaumín y coloca a Rocío Nahle a sólo 8 mil votos de
Joaquín Caballero Rosiñol; pero éste gana.
(2)
Con una mejor imagen, lejana a su
soberbia; con un equipo de trabajo eficaz; con un acercamiento estratégico a
los medios de comunicación y sobre todo con una campaña bien hecha, Rocío Nahle
habría estado mucho más cerca de Caballero Rosiñol y hubiese quedado a un tris
de dar la sorpresa.
(3)
Y ante este panorama, surge la
pregunta:
¿Dónde están los dirigentes del
PRI? ¿Qué análisis han hecho de este panorama? ¿A cuáles conclusiones han
llegado? ¿Qué planean hacer respecto a las elecciones locales del 2013 y lo que
seguirá más tarde?
Nos llega un dato: Víctor Manuel
Andrade López decidió marchar de vacaciones a Cancún, una vez que se ha
reiterado el conteo de votos a favor de Enrique Peña Nieto.
¿Vacaciones, don Víctor?
Como en el caso de Rocío Nahle: la
pregunta no es desde la perspectiva personal; lo es, más bien, desde el punto
de vista político.
¿El PRI se puede ir de vacaciones
en el Sur de Veracruz?
¿No existe el temor de más
derrotas?
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