miércoles, 20 de junio de 2012

Escenarios:


Un año sin Milo-Vela, esposa e hijo


*A más impunidad, más crímenes
*Desaparecidos dos reporteros más

Por  Luis Velázquez

Veracruz, 20 de junio de 2012.-I -Estamos a unas horas de cumplirse el primer aniversario del asesinato del reportero Miguel Ángel López Velasco, su esposa e hijo, fotoperiodista.
Y en nombre de la salud política del Estado de Derecho, de la gobernabilidad en Veracruz, los jarochos necesitamos conocer las razones por las cuales los tres fueron ejecutados con tanta saña.
Se han cumplido doce meses de entonces y resulta decepcionante que la Procuraduría de Justicia siga investigando.
Se trata de tres ciudadanos más asesinados con alevosía, ventaja y premeditación, como si viviéramos en un país donde cada quien puede hacerse justicia por su propia mano.
Y más, con un despiadado, digamos, ajuste de cuentas.
La noticia ha dado la vuelta al mundo.
Y más porque a la fecha van 9 trabajadores de la información que en los últimos 18 meses han perdido la vida.
Y todos los casos, por desgracia, en la impunidad.
Peor tantito si se considera que a partir de la impunidad la saña se multiplica, pues los homicidas saben, están seguros, conscientes de seguir delinquiendo.
Al final del día, nadie es castigado y los asesinos, quizá, hasta andan entre nosotros.
II
Malo si la Procuraduría de Justicia de Veracruz ha llegado a un dictamen y lo guarda. Cualesquiera sea el motivo.
Malo si la procuraduría asesta aún palos de ciego sin encontrar la punta de la madeja.
Malo si la procuraduría, como Penélope, continúa tejiendo y destejiendo.
Malo si la procuraduría ha identificado a los asesinos materiales y ha resultado incapaz de su ubicación y captura.
Malo si la procuraduría carece de pistas tanto de los homicidas materiales como intelectuales.
Si eso está aconteciendo con un reportero tan leído como Miguel Ángel López Velasco, imagine usted las circunstancias si se tratara de un ciudadano que todos los días por las circunstancias de su vida y empleo vive en el anonimato.
III
Aristóteles lo decía con claridad: “cada quien en casa vive con una loca pegada a la piel: la imaginación”.
Así, cada ciudadano puede establecer sus hipótesis sobre el crimen de Milo-Vela y familia.
Pero mientras la procuraduría calle, guarde silencio, dé largas, evada, la imaginación se adueña de la realidad.
Y a partir de ahí, el descrédito de la elite gobernante.
Sabrá Dios, en todo caso, si en las próximas horas la “Comisión de atención y protección a periodistas”, recién integrada, se pronuncia con hechos, más allá de desplegaditos, sobre el primer año de impunidad en el caso de López Velasco, esposa e hijo.
Bastaría referir que por lo pronto hay dos reporteros desaparecidos: Gabriel Manuel Fonseca Hernández, de Acayucan (17 de septiembre, 2011) y Cecilio Rodríguez Domínguez, de Chinameca (11 de mayo, 2012), y quizá ni ellos mismos lo sepan y/o en todo caso, ya lo olvidaron.
Posdatita intermedia: ¿sabrán los miembros de la Comisión donde queda Chinameca?
IV
Para Veracruz como entidad federativa sería fatal que los cadáveres del par de reporteros desaparecidos fueran tirados por ahí, o por el contrario, una voz anónima confirmara su existencia en alguna fosa clandestina.
Un muerto más en el gremio reporteril significaría (ya de por sí) que la delincuencia ha rebasado por completo la capacidad policiaca del Estado.
Se precisa: un hecho, una circunstancia es que, en efecto, algunos de los nueve crímenes pudieran estar ligados, digamos, a los cárteles y otra diferente, del cielo a la tierra ida y vuelta, significa que nadie en ningún caso haya sido detenido.
V
Algunas voces hablan de malas compañías y malas acciones de uno que otro reportero ajusticiado en Veracruz.
Okey.
Uno: si hay pruebas, documentos, testimonios, grabaciones, evidencias, la verdad, por más cruda, necesita conocerse.
Dos: luego de nueve reporteros asesinados resulta inverosímil, si así fuera, que más trabajadores de la información mantuvieran compañías bajo sospecha.
Tres: acordémonos, sin embargo, de la procuradora de Justicia de la Nación, Marisela Morales Ibáñez: “atrás de los crímenes de reporteros en Veracruz pueden existir políticos involucrados”.
Lo peor del asunto es que luego de la rueda de prensa de la procuradora, en Veracruz hubo silencio absoluto.
Todos callados.
Se ignora si porque, y como sostiene el dicho ranchero, ‘’a palabras necias oídos sordos’’.
O si por el contrario, en la política, lo dice el tío de Nopaltepec, hay tiempos de sumar, tiempos de sumarse y tiempos de sumirse.
VI
Un año después del crimen de Milo-Vela y familia decepcionaría por completo una declaración vacua de la Procuraduría de Justicia de Veracruz.
El primero de junio se cumplió el primer aniversario del secuestro, tortura, asesinato y sepultura en una fosa clandestina del reportero Noel López Olguín, del semanario Horizonte, Noticias de Acayucan y Diario la verdad.
López Olguín, además de reportero y fotógrafo, era un activista ciudadano, fan con hechos de Andrés Manuel López Obrador y que con un movimiento ciudadano organizaba y participaba en marchas urbanas y bloqueos carreteros reclamando servicios públicos a los políticos regionales.
La Procuraduría de Justicia ni siquiera se acordó de la fecha… (El Piñero de la Cuenca).

No hay comentarios:

Publicar un comentario