viernes, 19 de agosto de 2011

Habemus advocatus.



Columna: Déjame que te cuente…

Por Sergio M. Trejo Gonzalez.

Parece que ahora si, al grito de “renovarse o morir” los abogados del distrito de Acayucan habrán de lanzar su convocatoria para el cambio de mesa directiva.
Como que se vino un compás de espera en la jiribilla que se traían los picapleitos en la pretensión de renovarse sus cuadros, derivado quizá del festejo del día del abogado y de las vacaciones que los juzgados y agencias, juntas de conciliación y dependencias disfrutaron. Paréntesis donde los leguleyos tenemos que sobrellevarla porque la clientela tiende a la baja, se pierde, escasea, pichicatea y nos lleva la madre. Por supuesto que hay, como todo, algunos privilegiados… los consentidos que si tienen chamba de clientes cautivos. Hablo de los que tienen amarchantadas las mejores plazas. Uno comprende las cosas de la buena relación con los que se mueven en el teje y maneje de la administración de justicia.
El asunto es que un mes después de aquellos aquelarres celebrativos vuelve a sentirse la inquietud de una convocatoria a efecto de que salga humo blanco de la asamblea general extraordinaria donde sabemos tendrá lugar la deliberación de los puntos de elección de la Mesa directiva, para después dar lugar a la toma de protesta y el festejo por el ungido en el trono. Estamos al tanto que hay un par de suspirantes que han venido haciendo su labor. Solo es cosa de tiempo y forma. Por lo pronto ya todos tenemos nuestro retrato hablado del candidato principal. Hombre maduro, de lentes oscuros, estatura regular, con sobre peso, moreno apiñonado, tirando a bronceado vacacionista del pacifico, por la costa de Oaxaca, aficionado al softbol, se mueve en las lides magisteriales de la misma manera que en la trinchera jurista, sabe menear el abanico con la izquierda y con la derecha. Diplomático, elocuente, cercano. Persona de verbo fácil, claro y didáctico…

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