Por EVA RAMIREZ
Fotos EVAGURA
Elementos del Ejército Mexicano y de la Armada de México, “levantaron” a dos jóvenes, uno de ellos, trabajador de la tienda Price Shoes, en la colonia Fernando López Arias, para llevárselos a un paraje solitario en donde le arrancaron las uñas y los rayaron con cuchillos en las piernas y brazos, además de pegarle de “tablazos” para obligarlos a que se declaren confesos de la venta de droga.
Carlos Jhovany López Hernández, de 22 años de edad, empleado de la tienda Price Shoes y Adrián Castellanos Villegas, de 19 años de edad, de ocupación pintor, dijeron a los medios de comunicación que como a las doce del día del miércoles iban caminando por la calle de López Arias entre Bujas y Chapultepec, colonia Fernando López Arias, cuando fueron rodeados por camionetas del Ejército Mexicano y la Armada de México.
Los amagaron con sus armas de alto poder; estaban camuflageados, chalecos anti balas, cascos de acero, encapuchados y los subieron violentamente a diferentes camionetas. Desde que fueron tirados en la batea, los militares los estuvieron pateando y diciéndoles de groserías; “Ahora si se los llevo la chingada…”.
Los llevaron tal vez a donde había monte porque ellos vieron solamente hierbas y ahí los bajaron ataron de los pies y las manos y los empezaron a golpearon, creen ellos que con una tabla en las sentaderas y luego, a Adrian Castellanos le arrancaron las uñas de los dedos de la mano derecha y aunque este dio gritos desgarradores, no tuvieron piedad los militares.
Al contrario, dijeron los muchachos torturados, que con un cuchillo de los que traen ellos, a Carlos Jhovany le rayaron el brazo y la pierna, también recibió su dotación de golpes, tal vez con alguna tabla, en las sentaderas. Les gritaban que dijeron que eran vendedores de droga, pero ellos lo negaron ya que cada quien tiene su trabajo.
Como no lograron su objetivo los militares, los subieron otra vez a las camionetas en donde les iban diciendo que no le dijera a nadie que les había pasado porque sino los buscarían y les iría peor. Después de cuatro o cinco horas los tiraron en un paraje de la carretera a Cardel de donde fueron rescatados por sus familiares y llevados a la Cruz Roja.
Dijeron los jóvenes torturados que presentarán una denuncia formal en la Comisión de los Derechos Humanos y también en el Ministerio Público ya que ahora aprobó el Tribunal Superior de Justicia de la Nación procesar a los militares que cometan este tipo de delitos contra la población civil.
Carlos Jhovany López Hernández, de 22 años de edad, empleado de la tienda Price Shoes y Adrián Castellanos Villegas, de 19 años de edad, de ocupación pintor, dijeron a los medios de comunicación que como a las doce del día del miércoles iban caminando por la calle de López Arias entre Bujas y Chapultepec, colonia Fernando López Arias, cuando fueron rodeados por camionetas del Ejército Mexicano y la Armada de México.
Los amagaron con sus armas de alto poder; estaban camuflageados, chalecos anti balas, cascos de acero, encapuchados y los subieron violentamente a diferentes camionetas. Desde que fueron tirados en la batea, los militares los estuvieron pateando y diciéndoles de groserías; “Ahora si se los llevo la chingada…”.
Los llevaron tal vez a donde había monte porque ellos vieron solamente hierbas y ahí los bajaron ataron de los pies y las manos y los empezaron a golpearon, creen ellos que con una tabla en las sentaderas y luego, a Adrian Castellanos le arrancaron las uñas de los dedos de la mano derecha y aunque este dio gritos desgarradores, no tuvieron piedad los militares.
Al contrario, dijeron los muchachos torturados, que con un cuchillo de los que traen ellos, a Carlos Jhovany le rayaron el brazo y la pierna, también recibió su dotación de golpes, tal vez con alguna tabla, en las sentaderas. Les gritaban que dijeron que eran vendedores de droga, pero ellos lo negaron ya que cada quien tiene su trabajo.
Como no lograron su objetivo los militares, los subieron otra vez a las camionetas en donde les iban diciendo que no le dijera a nadie que les había pasado porque sino los buscarían y les iría peor. Después de cuatro o cinco horas los tiraron en un paraje de la carretera a Cardel de donde fueron rescatados por sus familiares y llevados a la Cruz Roja.
Dijeron los jóvenes torturados que presentarán una denuncia formal en la Comisión de los Derechos Humanos y también en el Ministerio Público ya que ahora aprobó el Tribunal Superior de Justicia de la Nación procesar a los militares que cometan este tipo de delitos contra la población civil.
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