*** Emilio se cansó de ver que todos los días su madre sufría brutales golpiza y decidió liberarla
.
Por YOLANDA ORDAZ
La tragedia que envuelve una familia de Paso del Toro, Ver., luego de que un adolescente dio muerte a su padre a balazos, cansado de malos tratos, e insoportable violencia en su hogar, afecta a toda la sociedad, y ha dolido, y conmovido a tanta gente, porque la solución o el final hubiera sido distinto.
El estudiante de secundaria Emilio Castillo Montiel, de apenas 15 años, ha cambiado su realidad, de un instante a otro, como si se tratara de una horrible pesadilla de la que ansía despertar, y al mismo tiempo desear que no se tratara de la realidad. Una realidad muy difícil de llevar a cuestas, una carga demasiado pesada y perturbadora, que le dejará marcado para siempre por haber acabado con la vida de su padre.
El estudiante de secundaria Emilio Castillo Montiel, de apenas 15 años, ha cambiado su realidad, de un instante a otro, como si se tratara de una horrible pesadilla de la que ansía despertar, y al mismo tiempo desear que no se tratara de la realidad. Una realidad muy difícil de llevar a cuestas, una carga demasiado pesada y perturbadora, que le dejará marcado para siempre por haber acabado con la vida de su padre.
ESTÁ TRISTE... PERO NO PUEDE ARREPENTIRSE
Emilio Castillo Montiel rindió declaraciones este miércoles, al transcurrir las primeras doce horas de los hechos ocurridos en su domicilio ubicado en calle José Cardel número 10, de la colonia Santa Ana, en Paso del Toro, Ver.
La fiscal de Medellín de Bravo, Ver., licenciada Karla Díaz Hermosilla, apoyada con un cuerpo técnico de sicólogos y trabajadores sociales de la Procuraduría de Justicia del Estado, así como encargados de la Procuraduría de la Defensa del Menor, del DIF Estatal de Veracruz, desahogaron diligencias correspondientes a declaración e interrogatorio del estudiante.
Por ser menor de edad, Emilio Castillo es inimputable de delito de Homicidio cometido en agravio de su padre, Maximiliano Castillo Vásquez de 51 años de edad.
Las autoridades confirmaron que las diligencias se llevaron a cabo en condiciones específicas para que Emilio Castillo lograra narrar los hechos de la manera más precisa posible, aunque lo ocurrido en su hogar la medianoche del martes lo mostraba tal como era la realidad para los integrantes de la familia del señor Maximiliano, quien impuso terror con tantos maltratos y violencia.
Es un hecho que nadie justifica lo ocurrido, ni aceptan lo que Emilio, su madre Matilde Montiel Romero y sus hermanos tenían que vivir, sin recibir ayuda, ni un aliciente. Y como en todos los casos saltan los “hubiera...” por todos lados.
“El hubiera” no existe para Emilio y su familia, es una realidad la que tienen enfrente y demasiada desdicha.
El muchacho se encuentra callado y tranquilo, demasiado tranquilo para todo lo ocurrido y las consecuencias, dijeron los especialistas que lo atendieron ayer en la fiscalía, mientras rendía declaraciones.
Aunque se tornaba de pronto triste, con mirada ausente, Emilio dijo que no podía arrepentirse porque había defendido a su mamá... porque en cualquier momento uno de ellos podía ser el que estuviera muerto.
Emilio Castillo contó lo ocurrido a las autoridades, y dijo que día a día, y por las noches era lo mismo con su padre, quien se ensañaba con su mamá, a quien escuchaba llorar de dolor o miedo... Y él había dicho que algún día pasaría una desgracia. Y ocurrió.
El muchacho no recuerda cuántas veces accionó el arma, ni los disparos que se escucharon y retumbaron en el cuarto, lo único que le quedó claro es que vio a su padre inmóvil, en el suelo, y que ya no volvería a hacerles daño.
El menor de edad, relató cada una de las escenas que le tocó vivir y presenciar, en las que su mamá casi siempre era la víctima.
Antenoche fue lo mismo, su madre gritaba pidiendo ayuda, y segado por el dolor y el coraje tomó el arma y disparó contra la humanidad de su progenitor a quien vio en primer plano parado junto a la cama, con ropa interior azotando a su mamá.
Por eso fue que disparó hasta matarlo. -Emilio Castillo vació todo el cargador de una pistola Colt, calibre .38 Especial, y después todo acabó.
El señor Maximiliano Castillo murió al instante, con ocho impactos de arma de fuego en el cuerpo, unos los recibió en un costado del abdomen, el pecho, otros en brazo, hombro y el cuello.
Fue más que fulminante el ataque, el hombre cayó de bruces, en la recámara, tal como lo encontraron los investigadores de la Policía ministerial y la fiscalía de Medellín de Bravo, Ver., que tomaron conocimiento de semejante desgracia.
Los hermanos de Emilio, los mayores, entre ellos Zenón Castillo, rindieron declaraciones ante el Ministerio Público, corroborando cada una de las narraciones.
La señora Matilde Montiel Romero de 47 años, también declaró ante la fiscal. Y no fue necesario que hablara tanto, las cicatrices antiguas y evidencias recientes de golpes y lesiones, en el rostro y cabeza, traducían las golpizas y maltratos a los que la sometía su marido Maximiliano Castillo, a quien le tenía terror indescriptible.
Era demasiado el miedo, y a pesar de que Matilde había pedido ayuda a las autoridades denunciando los hechos, sabía que Maximiliano la iba a encontrar dónde fuera que se escondiera.
La fiscal de Medellín de Bravo, Ver., licenciada Karla Díaz Hermosilla, apoyada con un cuerpo técnico de sicólogos y trabajadores sociales de la Procuraduría de Justicia del Estado, así como encargados de la Procuraduría de la Defensa del Menor, del DIF Estatal de Veracruz, desahogaron diligencias correspondientes a declaración e interrogatorio del estudiante.
Por ser menor de edad, Emilio Castillo es inimputable de delito de Homicidio cometido en agravio de su padre, Maximiliano Castillo Vásquez de 51 años de edad.
Las autoridades confirmaron que las diligencias se llevaron a cabo en condiciones específicas para que Emilio Castillo lograra narrar los hechos de la manera más precisa posible, aunque lo ocurrido en su hogar la medianoche del martes lo mostraba tal como era la realidad para los integrantes de la familia del señor Maximiliano, quien impuso terror con tantos maltratos y violencia.
Es un hecho que nadie justifica lo ocurrido, ni aceptan lo que Emilio, su madre Matilde Montiel Romero y sus hermanos tenían que vivir, sin recibir ayuda, ni un aliciente. Y como en todos los casos saltan los “hubiera...” por todos lados.
“El hubiera” no existe para Emilio y su familia, es una realidad la que tienen enfrente y demasiada desdicha.
El muchacho se encuentra callado y tranquilo, demasiado tranquilo para todo lo ocurrido y las consecuencias, dijeron los especialistas que lo atendieron ayer en la fiscalía, mientras rendía declaraciones.
Aunque se tornaba de pronto triste, con mirada ausente, Emilio dijo que no podía arrepentirse porque había defendido a su mamá... porque en cualquier momento uno de ellos podía ser el que estuviera muerto.
Emilio Castillo contó lo ocurrido a las autoridades, y dijo que día a día, y por las noches era lo mismo con su padre, quien se ensañaba con su mamá, a quien escuchaba llorar de dolor o miedo... Y él había dicho que algún día pasaría una desgracia. Y ocurrió.
El muchacho no recuerda cuántas veces accionó el arma, ni los disparos que se escucharon y retumbaron en el cuarto, lo único que le quedó claro es que vio a su padre inmóvil, en el suelo, y que ya no volvería a hacerles daño.
El menor de edad, relató cada una de las escenas que le tocó vivir y presenciar, en las que su mamá casi siempre era la víctima.
Antenoche fue lo mismo, su madre gritaba pidiendo ayuda, y segado por el dolor y el coraje tomó el arma y disparó contra la humanidad de su progenitor a quien vio en primer plano parado junto a la cama, con ropa interior azotando a su mamá.
Por eso fue que disparó hasta matarlo. -Emilio Castillo vació todo el cargador de una pistola Colt, calibre .38 Especial, y después todo acabó.
El señor Maximiliano Castillo murió al instante, con ocho impactos de arma de fuego en el cuerpo, unos los recibió en un costado del abdomen, el pecho, otros en brazo, hombro y el cuello.
Fue más que fulminante el ataque, el hombre cayó de bruces, en la recámara, tal como lo encontraron los investigadores de la Policía ministerial y la fiscalía de Medellín de Bravo, Ver., que tomaron conocimiento de semejante desgracia.
Los hermanos de Emilio, los mayores, entre ellos Zenón Castillo, rindieron declaraciones ante el Ministerio Público, corroborando cada una de las narraciones.
La señora Matilde Montiel Romero de 47 años, también declaró ante la fiscal. Y no fue necesario que hablara tanto, las cicatrices antiguas y evidencias recientes de golpes y lesiones, en el rostro y cabeza, traducían las golpizas y maltratos a los que la sometía su marido Maximiliano Castillo, a quien le tenía terror indescriptible.
Era demasiado el miedo, y a pesar de que Matilde había pedido ayuda a las autoridades denunciando los hechos, sabía que Maximiliano la iba a encontrar dónde fuera que se escondiera.
EMILIO NO IRÁ A UNA PRISIÓN COMÚN
Por otra parte, las mismas autoridades del Ministerio Público han informado que Emilio Castillo no irá a una prisión común, ni será juzgado como probable responsable del delito de Homicidio.
Anoche mismo trasladaron al estudiante al Tribunal de Responsabilidad Juvenil, donde llevará a cabo un proceso especial por los hechos, y esta autoridad es la que podrá resolver el tiempo que permanecerá internado, así como el tipo de tratamiento que le otorgarán para que pueda reintegrarse a su familia, estudios y condiciones de vida aceptables. (Tomado de Notiver/ 09 de junio del 2011).
Anoche mismo trasladaron al estudiante al Tribunal de Responsabilidad Juvenil, donde llevará a cabo un proceso especial por los hechos, y esta autoridad es la que podrá resolver el tiempo que permanecerá internado, así como el tipo de tratamiento que le otorgarán para que pueda reintegrarse a su familia, estudios y condiciones de vida aceptables. (Tomado de Notiver/ 09 de junio del 2011).
No hay comentarios:
Publicar un comentario