(Meditación seria sobre los Moteles 1ª Parte)RAFAEL HERNÁNDEZ CERVANTES
El anuncio ofrecía una oferta irrechazable: Por solo $160.00 una pareja podía disponer de hasta cuatro horas en un lugar de esos que yo llamo PAGO POR EVENTO, y que son los únicos que han visto progreso en el 2010 y lo verá aun mas en este 2011…LOS MOTELES. Por lo menos en el tramo entre Minatitlán y Acayucan funcionan unos ocho o diez de estos establecimientos, más los que se acumulen. Se han hecho infinidad de bromas, chistes y hasta vodeviles alrededor de lo que ocurre en un lugar de estos, pero más allá del sentido del humor, el columnista cree sinceramente que acerca del sexo hay infinidad de cuestiones que mas nos convendría considerar ya que, después de todo, somos animales sexuados y en repetidas ocasiones en este espacio he dicho que el JUEGO EROTICO debería ser parte fundamental de la relación entre hombre y mujer pero algo está pasando en relación a esto, nos hemos vuelto mecánicos, todo lo hacemos con prisas y al igual que se ha puesto de moda el HORNO DE MICROONDAS y los aparatos y zapatos para bajar de peso sin hacer el menor esfuerzo, hemos visto que algo tan agradable y tan significativo como la relación conyugal se ha… “animalizado”, si es que me permite usted el termino.
Los gringos, que en cuestiones de estadística se pintan solos, han dicho que una pareja latinoamericana tiene una relación sexual cada ocho o diez días en términos generales. Pero mas grave aun es que esa relación sexual dura solamente escasos minutos, y aunque se diga lo contrario, la verdad es que entre la pareja se va estableciendo una especie de reflejo condicionado en la ambas partes saben siempre lo que va a pasar y cómo va a terminar todo. Luego, ambos se dirán alguna palabra, quizá una palmadita o dos y se volverán cada no de su lado de la cama para dormir… mientras en su corazón se va formando lo que mi esposa llama UN MAR DE DISTANCIA, y desde luego, una profunda amargura en el rostro que ella y yo, medio en serio o medio en broma, hemos llamado CARA DE INSATISFACCION SEXUAL.
Arriba mencioné que promueven un tiempo de cuatro horas y ahí hay otra cosa a considerar. Por lo regular, los que visitan esos lugares de esparcimiento lo hacen acompañados no precisamente de su pareja habitual, y a la secrecía que existe en cuanto a esto, se suma un estado lógico de cierta angustia, un golpe de adrenalina que, justo es decirlo, favorece que ambas partes, pero sobre todo la masculina, reacciones mejor en esos lugares que en su propio domicilio. Nuevamente los gringos cuentan que el simple hecho de estar en un hotel hace que las parejas sean capaces de responder con más entusiasmo y espontaneidad a cualquier estimulo erótico, y considero que así es, ya que en los polos turísticos es frecuente ver a parejas añosas de extranjeros que se muestran bastante abiertos a manifestarse sus sentimientos eróticos y amorosos en la piscina, en los pasillos, y hasta en los comedores de cualquier hotel.
La pregunta lógica es: ¿Porqué los mexicanos somos mas tímidos en cuanto a la sexualidad? Supongamos que vivimos con nuestra pareja, y que llevamos ya algunos años de matrimonio. Como dije arriba, hemos caído quizá en una rutina o, más bien, en una especie de STAND BY en donde de plano solo platicamos con nuestra pareja para comentar los miles de problemas que hay en casa, desde cómo andan los hijos, cómo vamos a hacer para pagar esto o aquello, lo que hace falta en la casa, tal vez el ruido del coche y hasta nuestro estado de salud, y en este ultimo renglón los comentarios del cónyuge caen en el humorismo, o hasta en el sarcasmo, aunque a lo mejor una noche cualquiera nos hemos imaginado cosas grandiosas y apenas entramos a nuestra recamara vemos de reojo la cara de nuestra pareja y… ¿Qué encontramos?
¡Exacto, amigo lector! Una mezcla ya habitual de quejumbres por cualquier motivo, un rostro doloroso, o tal vez el comentario poco amable de que nuestra cara de varón parece guayabera de tanta arruga, pero no es nuestra cara lo que la pareja está viendo, sino esa parte del cuerpo donde alguna vez estuvo un vientre plano y firme…y ahora solo cuelgan enormes adiposidades casi grotescas. Nuestras piernas y muslos, que antes imaginábamos que competían con las de RONALDO, ahora son semejantes a las rodillas de un pollo, y el cabello que era nuestro orgullo ahora es muy escaso. Es verdad, tenemos menos pelo que peinarnos, ¡Pero mucho mas cara que lavarnos!
Si con esa mirada CASTRANTE que tienen muchas damas no fuera suficiente para BAJARLE EL ANIMO al hombre mas plantado, por lo regular nada funciona mejor para acabar con las ansias del hombre que repasar, lenta peor firmemente, cada una de esas cosas que la dama guarda en su corazoncito, como pueden ser desde una INFIDELIDAD hasta algo tan simple como el no acordarse de ir a ver a alguien, o pagar algo… y con un comentario muy inocente como por ejemplo: -“Ay, mi amor… TO-DO-SE-TE-OL-VI-DA, ya necesitas algo para tu Alzhéimer”… ni la famosa tableta azul hace efecto, créamelo amigo lector… y si de pura casualidad el hombre decide contestar con las mismas armas a su amada esposa el asunto se complica aun mas, porque entonces la mujer se pondrá HISTORICA y recordará aun aquello que decía tener perdonado y olvidado.
Con cosas así, con sucesos como los descritos, es absolutamente lógico que aun el tipo mas santo se haga preguntas tales como: “¿QUÉ EN ADELANTE TODO SERA IGUAL? ¿SERÁ QUE YA SE HAYA TERMINADO EL SEXO PARA MÍ, PARA NOSOTROS? ¿ESTARÉ DE PLANO TAN TIRADO A LA CALLE QUE NADIE YA ME HAGA CASO? ¿Y SI ME AVIENTO Y VOY CON ALGUIEN A CONOCER POR DENTRO ESE NUEVO MOTELITO? ¡SE QUE NO VOY A AGUANTAR LAS CUATRO HORAS QUE OFRECEN PERO… ALGO ES ALGO PIENSO YO!”.
Los gringos, que en cuestiones de estadística se pintan solos, han dicho que una pareja latinoamericana tiene una relación sexual cada ocho o diez días en términos generales. Pero mas grave aun es que esa relación sexual dura solamente escasos minutos, y aunque se diga lo contrario, la verdad es que entre la pareja se va estableciendo una especie de reflejo condicionado en la ambas partes saben siempre lo que va a pasar y cómo va a terminar todo. Luego, ambos se dirán alguna palabra, quizá una palmadita o dos y se volverán cada no de su lado de la cama para dormir… mientras en su corazón se va formando lo que mi esposa llama UN MAR DE DISTANCIA, y desde luego, una profunda amargura en el rostro que ella y yo, medio en serio o medio en broma, hemos llamado CARA DE INSATISFACCION SEXUAL.
Arriba mencioné que promueven un tiempo de cuatro horas y ahí hay otra cosa a considerar. Por lo regular, los que visitan esos lugares de esparcimiento lo hacen acompañados no precisamente de su pareja habitual, y a la secrecía que existe en cuanto a esto, se suma un estado lógico de cierta angustia, un golpe de adrenalina que, justo es decirlo, favorece que ambas partes, pero sobre todo la masculina, reacciones mejor en esos lugares que en su propio domicilio. Nuevamente los gringos cuentan que el simple hecho de estar en un hotel hace que las parejas sean capaces de responder con más entusiasmo y espontaneidad a cualquier estimulo erótico, y considero que así es, ya que en los polos turísticos es frecuente ver a parejas añosas de extranjeros que se muestran bastante abiertos a manifestarse sus sentimientos eróticos y amorosos en la piscina, en los pasillos, y hasta en los comedores de cualquier hotel.
La pregunta lógica es: ¿Porqué los mexicanos somos mas tímidos en cuanto a la sexualidad? Supongamos que vivimos con nuestra pareja, y que llevamos ya algunos años de matrimonio. Como dije arriba, hemos caído quizá en una rutina o, más bien, en una especie de STAND BY en donde de plano solo platicamos con nuestra pareja para comentar los miles de problemas que hay en casa, desde cómo andan los hijos, cómo vamos a hacer para pagar esto o aquello, lo que hace falta en la casa, tal vez el ruido del coche y hasta nuestro estado de salud, y en este ultimo renglón los comentarios del cónyuge caen en el humorismo, o hasta en el sarcasmo, aunque a lo mejor una noche cualquiera nos hemos imaginado cosas grandiosas y apenas entramos a nuestra recamara vemos de reojo la cara de nuestra pareja y… ¿Qué encontramos?
¡Exacto, amigo lector! Una mezcla ya habitual de quejumbres por cualquier motivo, un rostro doloroso, o tal vez el comentario poco amable de que nuestra cara de varón parece guayabera de tanta arruga, pero no es nuestra cara lo que la pareja está viendo, sino esa parte del cuerpo donde alguna vez estuvo un vientre plano y firme…y ahora solo cuelgan enormes adiposidades casi grotescas. Nuestras piernas y muslos, que antes imaginábamos que competían con las de RONALDO, ahora son semejantes a las rodillas de un pollo, y el cabello que era nuestro orgullo ahora es muy escaso. Es verdad, tenemos menos pelo que peinarnos, ¡Pero mucho mas cara que lavarnos!
Si con esa mirada CASTRANTE que tienen muchas damas no fuera suficiente para BAJARLE EL ANIMO al hombre mas plantado, por lo regular nada funciona mejor para acabar con las ansias del hombre que repasar, lenta peor firmemente, cada una de esas cosas que la dama guarda en su corazoncito, como pueden ser desde una INFIDELIDAD hasta algo tan simple como el no acordarse de ir a ver a alguien, o pagar algo… y con un comentario muy inocente como por ejemplo: -“Ay, mi amor… TO-DO-SE-TE-OL-VI-DA, ya necesitas algo para tu Alzhéimer”… ni la famosa tableta azul hace efecto, créamelo amigo lector… y si de pura casualidad el hombre decide contestar con las mismas armas a su amada esposa el asunto se complica aun mas, porque entonces la mujer se pondrá HISTORICA y recordará aun aquello que decía tener perdonado y olvidado.
Con cosas así, con sucesos como los descritos, es absolutamente lógico que aun el tipo mas santo se haga preguntas tales como: “¿QUÉ EN ADELANTE TODO SERA IGUAL? ¿SERÁ QUE YA SE HAYA TERMINADO EL SEXO PARA MÍ, PARA NOSOTROS? ¿ESTARÉ DE PLANO TAN TIRADO A LA CALLE QUE NADIE YA ME HAGA CASO? ¿Y SI ME AVIENTO Y VOY CON ALGUIEN A CONOCER POR DENTRO ESE NUEVO MOTELITO? ¡SE QUE NO VOY A AGUANTAR LAS CUATRO HORAS QUE OFRECEN PERO… ALGO ES ALGO PIENSO YO!”.
Correo:dr_rafael_cervantes@yahoo.com
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