miércoles, 19 de mayo de 2010

¡¡¡FABIOLA VA A GANAR!!!

Columna: Déjame que te cuente…

Por Sergio M. Trejo González.
Tengo ganas de dormir pero me gana la compulsión por la grilla y aunque ando muy subjetivo y sentimental, voy a escribir algo muy breve de las candidaturas. Diremos solamente a los electores que se aguanten. Que no coman ansias. El electorado debe tener paciencia, mesura y sensatez. Debemos escuchar las propuestas, debemos analizar sustentos y exposiciones, reflexionar sobre antecedentes de los suspirantes y ¡taca maraca! Para que luego no andemos de quejinches con que no salió lo que deseábamos. Nadie nos obliga a sufragar por partido que no deseamos o persona que no queremos. Escuchemos y pensemos sobre cualquier polémica que bien puede surgir en discusión de vecindad, donde alguien beneficiado con obsequios propios de estos tiempos, normalmente: camisetas, lapiceros, gorras, paraguas, cubetas, etc., de manera natural realiza proselitismo derivado de la propia necesidad, o puede también derivarse algún comentario por otro que caen en los argumentos ad misericordiam de esos que nos comunican que tal candidato anda “regalando” sillas de ruedas o un litro de leche a una madre que no tienen para alimentar a su bebe, ya luego sabremos que se publica una nota periodística con fotografía, y con llamado en la página principal para difundir tanta generosidad. He sostenido aquí que nuestro pueblo debe recibir con madurez cualquier testimonio de tal condición proselitista, pues estos constituyen un claro ejemplo de la utilización, manipulación y labor de convencimiento que con lenguaje en sentido emotivo nos mandan para ganar simpatías y sumar adhesiones. Debe también la ciudadanía atender las diatribas, insultos e injurias que en torno a los candidatos habrán de manejarse para denostar y restar votos. No se debe creer todo lo que se dice sin antes formar un juicio con elementos de conocimiento personal no habiendo caso a los alegatos circunstanciales de enemigos gratuitos o de personas sin criterio que como los perros de rancho, nada más ladran… pongo un ejemplo “Fabiola va a ganar”, gritan algunos, y los refuerzan sus achichincles para solitos írsela creyendo, exhortan conque nadie le podrá superar en votación. Pongo una suposición o supositorio: “Decía un amigo que soñaba, que la aspirante a la alcaldía de Acayucan levantaba el brazo triunfadora en las elecciones del 4 de julio”, insiste, “Tuve un sueño anoche, en las horas que uno más recuerda, en mi sueño la veía sonriente rodeada de sus coros de ángeles, arcángeles, principados, querubines, serafines, tronos, dominaciones, virtudes y potestades. Ella ganaba las elecciones y comenzó a gobernar como lo hizo hace tres años, cuando luego de la primera sesión pública de cabildos todo volvía a despacharse desde su casa, la que tiene debajo de los árboles frondosos y vieeeejos que ya no dan flores ni frutos, ni sombras. Ahí estábamos de nuevo esperando bajo el sol incandescente que nos recibiera para poder solucionar un problema de terreno, quería yo regularizar mi terreno, quería decirle que no tenemos drenaje, que no hay un poste de luz en mi calle, pero había que esperar hasta el mediodía que es cuando se levanta la señorita para atender a la gente que desea verla. Otra vez igual que hace tres años. Yo pensaba que cambiaría la manera de atendernos porque en la campaña había andado siempre muy sonriente y a todas saludaba, nos regalo bastantes cachuchas y hasta un machete con su lima para que chapeáramos el frente de la casa; tengo una foto con ella donde me abraza y me dio un besito, hasta una veladora le prendo a su imagen pero no es posible que nos atienda en el palacio donde podamos esperar cita sentadas a sin asolearnos, en nuestro palacio donde la muchacha melindrosa que atiende, ni nos pela por estar platicando por el celular, nos dice que la presidenta anda fuera en las comunidades y ahí se la pasa a las risas por el aparato con quien sabe quien, mientras el otro teléfono de la oficina suena y suena sin que ella levante la bocina. Nosotras sabemos que la jefa está durmiendo en su casa porque, nos dicen, que solo viene a firmar papeles a medianoche en palacio. Ojalá podamos hablar con ella cuando haya algún festival en el parque donde sí aparece rodeada de la bola de lambiscones que no la dejan para nada… amén”. Ejemplos como éste va usted a leer en muchas partes. Pues esos argumentos son insidiosos y tendenciosos, algunos los comprendemos otros no, nada comprendemos pero ahí vamos en la bola de pedinches a ver que nos toca en el reparto de barbacoa, tomamos nuestro itacate y nos vamos a la colonia a platicar que tal candidato va a ganar porque anda regalando muchas cosas y todos se le amontonan...
Mucha gente como usted, como todos, tenemos sueños. Soñaba Augusto Monterroso, aunque muy brevemente. Martin Luther King, también tuvo un sueño que lo llevó a la muerte: "Regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.” Un servidor, también sueña… A veces duermo con la radio encendida. La dejo sintonizada en la estación más romántica, esa que por las noches transmite sólo música, prácticamente sin comerciales ni locutor. En una de esas puede que me despierte una canción. Ahí oí un son jarocho que cuando lo escuché por primera vez en medio de la madrugada me quedé con ganas, muchas, de saber quién tocaba esa canción que me jaló desde las profundidades de mi sueño. Al pasar de los años (sí, años, ya cumplo 50 y pico, este junio 30) e igualmente por la noche, la estación a veces vuelve a pasar este son que me gusta tanto, pero que no sabía quién lo tocaba. Empecé a dejar una libreta y una pluma en la mesa de cama preparándome para la caza de la letra y así tener con qué googlear. Si la memoria no es confiable despierto, mucho menos lo es a medio despertar en plena noche. El papel y la tinta, una vez más, llegan al rescate de lo efímero…Más vale una pálida tinta que una brillante memoria… Copié: “Así vivo en un rincón cantándole a mi amargura, pero con la fe segura y anunciándole al destino que es el hombre campesino nuestra esperanza futura… Un ventarrón de protesta soñé que se levantaba, y que por fin enterraba este animal que se apesta, que grita como una bestia en medio de su corral, y que nos hace tanto mal, y nos causa gran pavor, nos chupa nuestro sudor, hay que matarlo Compay”. No me crea usted pero así reza Luna Negra, negra luna… son cantado por Los Cojolites y letra de Arcadio Hidalgo (1893 – 1984, revolucionario, músico y campesino)… los dejo porque ya tengo sueño y no quiero que me agarren dormitando los políticos en campaña. Usted haga lo mismo para que no lo enganchen en su anzuelo los pescadores ungidos por los partidos políticos para gobernar en Acayucan los próximos tres añitos… recuerde que mientras eche usted la siesta tendrá oportunidad de agudizar los sentidos, cuando despierte, para que no le vengan a pintar oasis en el desierto ni le arrullen con los cantos las sirenas… tan convencido estoy de que no existen, que te aguardo en mi sueño para luego.

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