lunes, 25 de octubre de 2010


Los muertos bailan
en el Hotel “Plaza"


*** Tradición, convivencia familiar y tranquilidad en el evento
anual de “Guillo” Domínguez
*** Su biblioteca, una joya cultural en una casa colonial

Izq. a der: Dip.Fed. Serafín Domínguez Férman, Ramiro Leal Domínguez, Rubén B. Domínguez, Miguel Alemán Velasco, Amadeo González Caballero, Abel Vidaña Revuelta, Hilario Gutiérrez Rosas, Fidel López Aleman. Abajo: Andrés Zárate Mortera, Adulfo Rosas Souza. (Tomado de acayucanver.blogspot.com)
Por Angel Gabriel FERNÁNDEZ

ACAYUCAN.- Mientras que por un lado un sector de la ciudadanía se expone a los animales ponzoñosos que pululan al interior del panteón municipal o a los peligros que trae consigo la “feria” y aquelarre que se escenifica en las inmediaciones de dicho lugar ubicado en el barrio Tamarindo, lo más selecto de la sociedad se concentra cada año en el tradicional hotel “Plaza”, propiedad de Guillermo “Guillo” Domínguez.
Es una “noche de brujas” a la mexicana; es un festejo que no por ser en el restaurante del hotel donde llegan alcaldes, diputados, candidatos a gobernadores y muchos personajes, deja de ser tradicional.
Se trata de una convivencia familiar; de recordar a los muertos familiares con una buena cena, observando disfraces y escuchando música, bailando. Es una demostración de que los mexicanos respetamos la muerte (o nos burlamos de ella), a base de diversión.
EL FESTEJO ES DE GUILLO…
María Guadalupe Hernández Pérez, Lupita, la encargada de los eventos del hotel, narra que van 5 años que se hace la “noche de brujas” en el Plaza. El año pasado no se hizo porque el festejo fue mayor: fueron los 50 años del hotel Plaza.
“Es que don Guillermo es alegre; le gusta la fiesta… festeja así el Día de Muertos, igual que festeja la noche mexicana el 15 de septiembre”.
“Guillo” Domínguez, es, pues, un acayuqueño completo: es guía de políticos, empresario, lector de buenos libros, escritor… y le gusta la fiesta.
En esta ocasión la fiesta es el sábado 30 de octubre. Como cada año, el Plaza pone el salón y la buena cena; la música es a cargo de “Ness, Gely y Arévalo. Todos son músicos acayuqueños. Uno de ellos era incluso del coro de la Iglesia y otro experto en las tumbas. La mezcla es interesante y tocarán para muertos y vivos música tropical y salsa.
NO ES EVENTO VIP…
El hotel Plaza es de los más antiguos de Acayucan. Fue inaugurado en la Samana Santa (abril) de 1959. Fue una de las aportaciones de Rubén Blas Domínguez Dodero para su ciudad, Acayucan, continuada la obra por su hijo “Guillo Domínguez”. Es lugar de referencia para los políticos, pero también para que las damas se sienten a platicar de sus cuitas familiares o para que los amigos se sientan en paz y pongan en orden sus ideas.
Lupita Hernández aclara: “No es un evento vip, porque a don Guillermo le preocupa que los precios del restaurante sean populares, al alcance de todos los acayuqueños. La “noche de brujas” es un evento para el cual no se cobra la entrada, sólo el consumo… la diversión de los vivos en recuerdo de los muertos está garantizada.
En el Plaza el festejo por el Día de Muertos es más seguro: no hay que ir a la selva que panteón y convivir con las alimañas; tampoco hay que toparse con los gritones que se instalan en los alrededores del mismo… Mejor tranquilidad, buena cena y buena música el Plaza.
HISTORIAS DE MUERTOS Y VIVOS…
Y es que hablando de historias y tradiciones, “Guillo” Domínguez es historia viva. Su biblioteca particular, una de las más completas de Acayucan y la región.
El dueño del tradicional Hotel Plaza tiene tomos literarios de autores vivos y muertos, en español y en inglés. Novelas, tomos completos de historia, ensayos, historia de México y, cuenta el periodista Jorge Cárdenas Romero (director del Semanario Notisur y autor de una de las más completas entrevistas a doña Isabel Dalzell de Domínguez, madre de “Guillo”) poseedor de uno de los más importantes archivos fotográficos de la historia de Acayucan.
En su estudio se respira cultura, tradición; hasta los muebles son rústicos. Todos los libros son valiosos, pero más valiosas son las pinturas hechas por la mano de doña Chabelita Dalzell, las cuales conserva Guillo en su no menos tradicional casa colonial.
Toda la tradición y la historia se conjugan: casa colonial, libros históricos.... y la diversión de cada año por el Día de Muertos.

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