lunes, 4 de agosto de 2014

Día 22: SANTO CIELO

Maryjose Gamboa

    En el “penalito” los reclusos están divididos de acuerdo a su situación jurídica; En una celda los que esperan que venza el término de las 72 horas, en otra los indiciados y en una más los que están próximos a recibir sentencia y por ende serán trasladados a otros reclusorios…. Claro eso aplica  para todos los demás no para mí, yo estoy en el limbo, y a los que estamos en el limbo no saben que hacerles, a donde ponerlos, menos si tienes una crayola en la mano, uy no!. Ese objeto es considerado por el gobierno de Duarte de alta peligrosidad…. Sí señor.
    Legalmente no hay un solo caso como el mío en todo el estado, los términos exactos mi abogado a cualquiera que lo sean los entenderá, pero para fines prácticos, basta con decir que no tiene la Procuraduría NI UNA SOLA PRUEBA para sostener su teoría, el Ministerio Público lo sabía, al punto que no se atrevía ni a verme a los ojos horas antes de ser trasladada de los separos al “penalito”. El secretario del juzgado (ESTATAL) se limitó a retranscribir lo que la Procuraduría del Estado le decía… Pobre muchacho por cierto no soy yo nada más la que está presa, también él, porque no se ve mala persona, temblaba cuando la nube de periodistas nos abordaron cuando fui a presentar mi declaración, sabía me imagino que no tenía opciones, o hacía lo que Duarte y su tripa parlanchina indicaba o seguramente lo correrían, optó por lo primero, y eso debe haberse sentido como una reclusión también.
    Ahora se esfuerza porque se cumplan las dos órdenes que ha girado para que me trasladen a un hospital… No hay quien le haga caso, no habrá (si me permite la predicción) porque el chiste es joder, y saben que hasta hoy estuve en sus manos, a partir de mañana BENDITO SE DIOS, en las manos de jueces FEDERALES. Ellos tendrán que determinar si los procedimientos han sido los correctos y después , durante el juicio, quien de los involucrados en el accidente fue el responsable y en que grado.
    Por eso le digo que de todos los días que llevo aquí, estos en particular estoy en el limbo, saben que serán los responsables de las posibles lesiones permanentes de las cervicales porque no han dejado que entre un especialista y del hospital EL PROPIO REMIGIO ORTÍZ, QUIEN SIGUIO AL PIE DE LA LETRA INSTRUCCIONES DE DUARTE, me fue a sacar a la mala.
    Prácticamente me quitaron el suero ellos, me treparon a una silla de ruedas y después me empujaron a una camioneta de la marina que llevaba rejillas, por lo que tuve que ir doblada y con una nauseas tremendas por la manera en la que me sacaron, y porque me estaban poniendo para el dolor un medicamento tan fuerte como la morfina.
    Nada de eso le importó a Remigio, a quien si mis Abogados no le ganan el brinco vigilando día y noche con amparo en la mano, me hubiera trasladado al otro día, como YA ESTABA AUTORIZADO POR EL MISMO, a un reclusorio de otra cuidad o en un descuido de otro estado… Se que renunció o que lo renunciaron, pero nada tuvo que ver mi caso, tal vez el hecho que me enfrentara y no fuera capaz de agarrarme a patadas como Javier Duarte o Luis ángel Bravo, o Arturo Bermúdez hubieran querido haya  influido en la decisión, pero hasta ahí.
    Recuerdo que un día antes del traslado me llevaron del Hospital General al Hospital De María, para hacerme unos estudios, porque la mayoría de los aparatos del General NO SIRVEN (de hecho las radiografías las mandan a revelar a la Cruz Roja) y hasta ahí a la sala de urgencias, llegaban  los gritos de Remigio Ortíz a “sus” policías y a mi familia.
    No me pregunte de donde agarre fuerzas pero me senté en la cama y le pedí que por favor me fuera a gritar a mi todo lo que le estaba gritando a los demás porque eso era un Hospital, no el patio de su casa.
    Bajó la voz inmediatamente y se me acercó, me dijo “es que así hablo yo”, le contesté” ¿Y a poco le funciona? Porque al menos a mi no me impresionó ni un poquito, así que sí me disculpa me voy a volver a acostar y sáqueme arrastrando usted y la bestia que lo manda”…. No se atrevió, a lo mejor, puede ser que eso aunado a un problema MAYUSCULO que tiene referente a su vida personal pero en el que se comprueba que usó influencias para manipular documentos legales, hayan precipitad su salida, pero insisto no fue determinante.
    Al final  ese día, logró que el Hospital me pidiera que regresara al General ya que 60 custodios, marinos, israelitas y afganos, estaban espantando a su “clientela”… Acepté bajo la palabra de Remigio Ortíz de que sería en el hospital donde permanecería hasta el sábado, fecha en la que se haría otro estudio que es anesteciada…. “Remigio míreme, voy a confiar en su palabra y en el acuerdo que estamos firmando con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, representada por Abraham y por favor oíganme bien los dos porque no creo que lo escuchen muy seguido… estoy CONFIANDO en ustedes “les dije” Los dos se rieron al momento, y seguramente más al otro día… A pesar de tantos años en esto, sigo confiando en quien no debo.
    Al otro día Remigio Ortíz llego con un batallón completo y ocurrió el traslado al “penalito” bajo las circunstancias que le describí al inicio de la columna. Remigio Ortíz supervisó y apresuró el traslado, pero lo ejecutó Nicolas Novelo, quien se comprometió a conseguirme un reposet (¿se escribe así? Nunca había escrito esa palabra) para tratar de sobrellevar el dolor de espalda, brazos y entumecimiento de uno.
    Total que a partir de ese momento ninguno de ellos volvió a aparecer. Abraham de la Comisión Estatal de “Derechos Humanos” no volvió siquiera a contestar el teléfono por órdenes de Luis Fernando Perera Escamilla, fiel lacayo de Duarte, Remigio Ortíz, se dio por satisfecho cuando se aseguró que sí acaso me pasaran una almohada y una colchoneta par el piso (de 5 cmts de grosor) y Nicolas Novelo jamás volvió a dar la cara.
    De todos y cada uno de estos hechos, desde el Ministerio Público de Boca del Río, el Director de Reclusorios de la zona, Secretario del Juzgado quinto del ESTADO, Comisión Estatal de Derechos Humanos, Procuraduría de “Justicia” del Estado, y demás involucrados, hemos tomado nota, documentado y por supuesto denunciado ante las siguientes instancias.
    Confío que la pesadilla acabará pronto como pueden confiar las autoridades dedicadas a servir a Duarte y no a la justicia, que no quitaré el dedo del renglón y que en conjunto con los casos que aquí he conocido, dedicaré buena parte del resto de mi vida (que espero sea mucho) a vigilar sus actuaciones y a alzar la voz por miles de personas, que como en mi caso, están en la cárcel no porque la ley lo indique (clarísimo el tema accidente, sobriedad, no temeridad, etcétera) si no porque al gobernante en turno se le dio la gana…AMEN.
PD. Muchas gracias Ángel Fernández Ceballos por las picadas, medias noches, platillos voladores, y los incomparables LECHEROS de la Parroquia, que nos envió a las reclusas y a mi.
    La comida supo a gloria, la solidaridad demostrada con el gesto al cielo.  Muchas gracias!

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