Columna: CLAROSCUROS
Los ajustes del gabinete; la
repartición de trincheras
y el pastel…
Por José Luis Ortega Vidal
(1)
El gobernador Javier Duarte de Ochoa anunció al medio día de
ayer que los ajustes en su gabinete continuarán.
Luego del arribo de Jorge Carvallo Delfín a su secretaría
particular; del nombramiento de Antonio Valencia García como nuevo Secretario
de Comunicaciones y del ascenso de Flavino Ríos Alvarado a la Junta de
Coordinación Política en la Legislatura; queda claro que los cambios por venir
tienen olor electoral.
Es algo que se entiende; son medidas que entran en la lógica
del poder correspondiente a la administración pública de cualquier nivel.
Mientras el PAN y el PRD se envolvieron en una necedad mal
operada: la de una alianza que aún cuando se llegue a concretar navega contra
la propia corriente del panismo/perredismo; el PRI se puso a tejer.
Y los ajustes en el gobierno estatal son consecuencia
–justamente- de esos tejidos.
Veamos los resultados: en Coatzacoalcos, al no obtener la
candidatura de su esposa Guadalupe Félix para sucederlo, el alcalde Marcos
Theurel recibió el respaldo de cuatro gobiernos estatales para su proyecto del
corredor Transístmico.
Theurel Cotero será el Secretario Técnico de una Comisión
que impulsa esta idea, con una representatividad interestatal y –se entiende-
con implicaciones nacionales e internacionales.
Las candidaturas a la alcaldía y la diputación local por
Coatzacoalcos están definidas a favor de Joaquín Caballero y Mónica Robles;
mientras que en el Coatzacoalcos Rural el candidato será Renato Tronco.
La antigua demarcación de Puerto México forma -junto con el
corredor Veracruz-Boca del Río y Xalapa- el trío de zonas económicas y
electorales más importante de Veracruz.
Poner cualquiera de estas posiciones en manos de la
oposición tendría un significado muy negativo para los actuales hombres del
poder en la entidad.
De allí, que en menos de dos meses y medio Javier Duarte de
Ochoa haya visitado en cinco ocasiones la ciudad de Coatzacoalcos; un dato sin
precedente en sus dos primeros años de gobierno.
De allí –también- el llamado a Fidel Herrera Beltrán para
reforzar a Erick Lagos –dirigente formal del priismo estatal- en la delicada y
pesada tarea de pactar con todos los grupos de poder que conviven al interior
del PRI desde Pánuco hasta Las Choapas.
Además de Coatzacoalcos, se han definido los casos de
Veracruz, Boca del Río y Xalapa.
Dos hijos de empresarios, Gerardo Poo Jr y Sergio Pazos,
irán como abanderados priistas a las alcaldías porteña y boqueña; mientras que
Américo Zúñiga lo hará por Xalapa.
Las nominaciones priistas a las diputaciones en estos
lugares incluyen a Marilú Ingram; Tonatiuh Pola; Ricardo Ahued; David Velasco y
Raúl Zarrabal.
Luego de Veracruz-Boca del Río, Coatzacoalcos y Xalapa;
aparecen los municipios de Poza Rica, Minatitlán, Orizaba, Córdoba y Tuxpam, en
la lista de las segundas economías y regiones electorales de peso en la
entidad.
En el caso de Minatitlán, el nuevo encargo de Flavino Ríos
Alvarado resulta de una negociación que abre el paso a la alcaldía a José Luis
Sáenz Soto; personaje ligado a la Sección 10 que dirige Jorge Wade.
La diputación local del distrito minatitleco sería –de
acuerdo a la lógica- para Ricardo Orozco Alor; actual director del Instituto
Tecnológico Superior de Coatzacoalcos y gente muy cercana al notario Ríos.
El doctor Pablo Anaya fue alcalde y diputado local en Poza
Rica.
Luego, fue invitado a la Secretaría de Salud con Javier
Duarte; a la que renunció en días pasados para hacerse cargo de la Secretaría
de Organización del Comité Estatal del PRI.
Esto, se traduce en el camino de Alfredo Gándara –actual
presidente pozarricense- a la diputación local de la norteña ciudad y el de
Sergio Lorenzo Quiroz -de la Sección 30 de los petroleros- a la Presidencia
Municipal.
Están pendientes Córdoba; Orizaba; y Tuxpan.
Fidel Kuri, orizabeño él, renunció al PRI y su partida no ha
causado –hasta ahora- ninguna sacudida en el panorama electoral de la
Pluviosilla; de tal modo que el asunto allí es de trámite y ya se verá si el
empresario futbolero realmente tiene con qué enfrentarse a sus ahora ex
correligionarios.
Hay una ventaja que el PRI tiene en la actual coyuntura
político/electoral veracruzana y a la cual le está sacando jugo: ahora ya no es
un partido de oposición frente a la federación.
El partido tricolor es gobierno y las delegaciones federales
bajo su control le fueron concedidas al gobernador Duarte para hacer los
nombramientos correspondientes.
Esto ayuda a que cada uno los grupos priistas en la entidad
jarocha alcance una rebanada.
Colocados fidelistas notables –Ranulfo Márquez, es el más
destacado- en posiciones clave del gobierno federal en la entidad; a otros
grupos les tocan diputaciones y alcaldías y en esa repartición se ha ocupado el
priismo durante las últimas semanas.
Cuando se tienen muchos hijos, se padece hambre y no hay
mucha comida, la rebatinga llega.
Actualmente hay bistec federal; hay pastel estatal y hay
postre suficiente para todos. Es cosa –nomás- de manejarse con orden.
Por eso, no extraña que se hable de nuevos cambios en el
gabinete del gobierno estatal.
La salida de Gerardo Buganza Salmerón de la Secretaría de
Gobierno se da prácticamente como un hecho.
El cordobés iría a una diputación plurinominal pues no lo
convencieron de ser candidato a la alcaldía de su municipio.
Otro ajuste podría ocurrir en la Secretaría de Educación o
en la de Protección Civil.
Adolfo Mota o Nohemí Guzmán Lagunes serían enviados a
defender la causa de Coatepec y su salida abonaría al pago de cuota a otro
grupo fuerte.
El tema de la alianza entre el PRD y el PAN es visto por
algunos analistas del priismo como una buena noticia.
¡Ojalá se las aprueben –dicen- para que se terminen de
dividir internamente y se debiliten más!
El tiempo dirá si el optimismo parte de una perspectiva con
sustento o es un exceso de confianza.
Por lo pronto, el ajedrez político de Veracruz se mueve y el
Rey aparece bien pertrechado y con sus posiciones de ataque fortalecidas.
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