domingo, 20 de marzo de 2011

ACAYUCAN, HISTORIA NUCLEAR…

Columna: CON RUMBO AL SUR…


Por Angel Gabriel FERNÁNDEZ

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La tragedia en la planta nuclear Fukoshima en Japón --a raiz del tsunami que atacó una costa de aquel país-- puede tocar Veracruz.
Dios perdona siempre, el hombre a veces: la Naturaleza nunca, dijo Confucio.
Desde que fue descubierta por el hombre, la energía nuclear ha sido como un potro salvaje: difícilmente domesticado. Marie y Pierre Currie, junto con Henry Becquerel, fueron los primeros científicos que vieron los fenómenos de la radiación. Enrico Fermi fue el creador del primer reactor nuclear y le llamaron el padre de la bomba atómica, pero fue Robert Oppenheimer el que fabricó realmente ese instrumento de muerte masiva.

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El 26 de abril –era de noche cuando todo se iluminó—de 1986, explotó la planta de energía nuclear Chernobyl en Ucrania, territorio ruso. La nube radiactiva recorrió varios países de Europa; hubo muchos muertos, miles de seres humanos contaminados, al igual que alimentos. Hecatombe; el Apocalípsis… Armagedon.
La Organización Mundial de la Salud señaló que ese accidente fue equivalente a la explosión de 200 bombas atómicas como las que estallaron e Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945; otros gobiernos aseguraba que fue 500 veces más fuerte.
Las secuelas de ese accidente nuclear va a seguir viéndose en los próximos 500 años, cuando menos. La gente en Ucrania se muere de cáncer de manera alarmante e impotente. Una revista científica publicó en su porta, a colores, una foto que decía: “La gente de Chernobyl”, era un niño con cepo normal, con grande cabeza pero con piernas de cinco centímetros.

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Constan en archivos de la Compañía Naciona de Subsistencias Populares (Consupo), en los de DICONSA y en documentos de la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados, informes de una investigación en la que se menciona a Acayucan.
La historia comienza en los primeros meses (febrero) de 1987, cuando al puerto de Veracruz arribaron tres barcos procedentes de Irlanda. Traían 45 mil toneladas de leche en polvo. La leche fue adquirida a la compañía “Irisd Dairy Borrad” . La leche traída a México, estuvo expuesta a radiación e Irlanda. En países como Alemania, el gobierno prohibió el consumo de ese alimento.
La leche contaminada entró a Veracruz, estuvo en Veracruz, se consumió en Veracruz y se enterró en Veracruz…algunas cajas de ellas en una comunidad acayuqueña-


En su momento, la siguiente información se hizo pública y todavía se guardan archivos en internet:
“ El caso de la leche contaminada con elementos radioactivos se conoció gracias a que elementos de la 3ª. Zona Naval de Veracruz enfermaron de diarrea. En la búsqueda del foco de infección, el vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo encontró que los marinos habían consumido leche en polvo que había llegado de Irlanda y se encontraba en la aduana marítima.
El periodista Guillermo Zamora, quien realizó una serie de reportajes sobre el tema para la revista Proceso, explica en su libro Caso Conasupo: la leche radioactiva (Planeta, 1997), que Rodríguez Gordillo destacaba dentro de la marina por sus conocimientos en física, matemáticas y guerra submarina, así como por su honestidad y conocimiento de la realidad mundial. Este marino había leído todo lo relacionado sobre el accidente de Chernobyl y la contaminación de alimentos que provocó la catástrofe nuclear.
Para despejar sus dudas, el vicealmirante llevó unas muestras de la leche de Irlanda al físico Miguel Ángel Valdovinos, jefe de laboratorio de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, quien analizó el lácteo y confirmó la contaminación: “Contiene altas concentraciones de estroncio 90 y cesio 137, en una cantidad superior en diez veces al mismo tolerable por el organismo humano, ambos elementos atómicos son considerados como altamente cancerígenos. Debe prohibirse, sobre todo, a los lactantes y a mujeres embarazadas”.

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Otros datos escalofriantes que tuvieron en sus manos los Diputados:
“El 25 de mayo de 1987, CONASUPO le dirige un oficio a CONASENUSA (Comisión Ncional de Segurda Un clear y Salvaguardas) en el que le plantea que de las 28.000 toneladas métricas de leche en polvo irlandesa importadas en 1986, no se habían podido muestrear 11,333.075 TM, pues se habían comercializado entre septiembre de 1986 y enero 1987. Anexa lista de empresa a las que se comercializó el producto:
En el mes de junio se sucedieron dos acontecimientos significativos para esta historia, el día 3 ingresó a Veracruz el barco Adventure conteniendo leche Irlandesa; el día 9 la CONASENUSA "recomendó" que todo embarque de leche de procedencia europea no rebasará los 50 bq/kg (un límite más estricto que el internacionalmente aceptado); el día 14 ingresó a Veracruz el barco Tenacious también con leche irlandesa.
La leche transportada por estos barcos fue la que suscitó una gran polémica, no solo por el desconocimiento que se tenía en esa época de lo que significaba la radiación, sus consecuencias y límites permisibles para los humanos, además de que se enfrentó el diferendo suscitado por la aceptación de normas técnicas internacionales y la aplicación en el país de otras medidas más estrictas para los productos importados.
Esto último provocó que se celebrara el 8 de julio de 1987 una reunión en la que participaron representantes de la SSA, CONASUPO y CONASENUSA; con el objeto de discutir los problemas de carácter técnico para ver la posibilidad de diluir la leche en polvo contaminada con 44 Bq/kg., a fin de disminuir ese nivel. 34
Finalmente el grupo determinó no llevar a cabo la dilución con proporciones más grandes de mezclas y cancela la prueba de dilución definitivamente, por lo inestable de los resultados obtenidos.
Posteriormente, el 21 de enero de 1988, el Grupo de los Cien en Conferencia de prensa, denunció la compra de 17,000 toneladas de leche en polvo radiactiva y exigió al gobierno su devolución al país de origen.
Este es el momento en que la opinión pública es enterada de la importación de leche contaminada con Cesio radiactivo. La atención se centra en los embarques de 1987.
Después de nueve meses de discusiones, embargos precautorios en las aduanas marítimas y bodegas anteriores análisis científico, pruebas fallidas de reutilización de la leche contaminada, denuncias de grupos ecologistas, reuniones en alto nivel entre diversas autoridades, rumores de todo tipo sobre supuestos "efectos" en la población por el consumo de leche contaminada, comparecencias de funcionarios ante la Cámara de Diputados, negociaciones con la empresa Irlandesa, etc.; finalmente, el 18 de febrero de 1988 la Secretaría de Salud ordenó oficialmente la devolución de la leche en cuestión.
Durante este tiempo y después de rigurosos análisis, se fueron liberando y comercializando paulatinamente, diversos embarques que registraban niveles de bequereles por debajo de las normas internacionalmente aceptadas.
El 16 de marzo de 1988 salieron del puerto de Veracruz dos barcos, el Sonora y el Pheasand, con puerto de destino en Rotherdam, Holanda y Cork, Irlanda, habiéndose comprobado documentalmente su llegada a Europa; posteriormente, CONASUPO recupero el costo total de la leche devuelta”.
Conclusiones (informe de la comisión de Diputados)
1. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) sí importó leche de Irlanda contaminada con Cesio radiactivo en 1986 y 1987.
2. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares, negligentemente importó leche contaminada con Cesio radiactivo procedente de Irlanda, en 1986.
3. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares en 1987, con conocimiento de causa, importó leche contaminada con Cesio radiactivo procedente de Irlanda.
4. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares podía haber evitado comprar leche contaminada con Cesio radiactivo procedente de Irlanda, ya que tenía, al menos, tres proveedores que podían suministrar leche en polvo, con calidad similar a la de Irlanda, pero sin Cesio radiactivo.
5. No se encontró evidencia alguna que probara la compra, a menor precio del previamente acordado en los contratos respectivos, de la leche en polvo procedente de Irlanda, durante 1986 o 1987.
6. La primera recomendación de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias fue la de no exponer a la población mexicana a una dosis innecesaria de Cesio radiactivo. Debido a que la Compañía Nacional de Subsistencias Populares impuso criterios comerciales que impedían la devolución de la leche en polvo procedente de Irlanda, se tuvo que conformar un Grupo de Trabajo especial entre la CONASUPO, LICONSA, Secretaría de Salud y la CONASENUSA, para atender el problema que representaba la leche contaminada con Cesio radiactivo.
7. Como la Compañía Nacional de Subsistencias Populares seguiría importando leche contaminada con Cesio radiactivo, la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias, y la Secretaría de Salud, se vieron precisadas a hacer inversiones extraordinarias en infraestructura y equipos de medición para poder detectar los niveles de contaminación radiactiva con que llegaba la leche en polvo procedente de Irlanda.
8. La Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias no pudo muestrear 12,920.63 Toneladas Métricas, de un total de 28,378 Toneladas Métricas, de leche en polvo procedente de Irlanda durante 1986, porque ya habían sido comercializadas entre los meses de septiembre de 1986 y enero de 1987. De esas toneladas no se pudieron establecer niveles de radiactividad contenidos.



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En ese entonces en Acayucan se desató el rumor: muchas cajas de leche contaminada estuvieron en una bodega de la distribuidora Diconsa ubicada en la carretera Costera del Golfo en la entrada a Tecuanapa.
Luego, esas cajas de leche con radiactividad que llegaron de Irlanda pero que fueron infectadas tras la explosión en Chernobyl, fueron a parar a un terreno entre las comunidades Ixtagapa y San Miguel.
El Diario de Sur hizo público el hecho, de manera oportuna. Funcionarios de DICONSA - Conasupo fueron a desenterrar las leches y no se supo más del asunto.
Sí se supo que el terreno donde fueron enterradas las cajas de leches era propiedad de Rafael Martínez Lara, quien a la postre fue tesorero municipal de Acayucan. Las cajas de leche fueron enterradas y desenterradas en 1897; Martínez Lara fue tesorero en el trienio 98-2000.
Se supo que inconscientes funcionarios de Diconsa, bodega Tecuanapa, se enteraron de que las cajas de leche estaban contaminadas, por lo que decidieron deshacerse de ellas: las fueron a enterrar en despobldo. Ello fue, repito, cerca de Ixtagapa y San Miguel. (Incluso, un informe de la comisión de diputados federales que fue designada para investigar el caso, asentó que algunas cajas de leche habían ido a parar a San Miguel (Allende, Guanajuato), per no, fue en San Miguel, Acayucan, Veracruz).
La leche contaminada tras la explosión nuclear en Ucrania, viajó miles de kilómetros en barco para llega a Veracruz. Voraces funcionarios de Conasupo quisieron hacer negocio con ellas a costa de la salud de los mexicanos… peor aún, a costa de la vida de los veracruzanos, porque esa leche no era apta para el consumo humano.
De puerto de Veracruz la leche en polvo fue despachada a varias bodegas de Diconsa, entre ellas la ubicada en Tecuanapa, muy cerca de Acayucan.
No se sabe si antes de que las cajas de leche fueran enterradas y sacadas de circulación fueron vendidas a algunos consumidores. Eso queda en la consciencia (y en los bolsillos) de los funcionarios. Puede que las medidas se tomaron antes de que la leche fuera a parar a estómagos de niños y mujeres… pero también puede que no… Por lo pronto, habría que revisar las estadísticas de enfermos de cáncer en algunas comunidades acayuqueñas.
Ojalá la historia no se repita.
Que no nos lleguen productos contaminados.
Que Dios nos proteja.

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