sábado, 28 de marzo de 2009

DE AQUI Y DE ALLA

*** Hay de Taxistas a Taxistas
*** Unos con ganas y otros sin ellas

Por Enrique Reyes G.

Un día platiqué con el delegado de Tránsito sobre el precio de las tarifas de Acayucan a los municipios aledaños, me explicó que el precio de los viajes al salir de Acayucan era convencional, que ahí lo que tenía uno que hacer es pedir precio primero, si te conviene adelante y si no pues hay que darles las gracias, en días pasados allá en Chedraui me le acerqué a un taxista, no recuerdo el número, lo bueno que le pregunté (pues ya me quedó de experiencia) que por cuanto me llevaba a Oluta -40 pesos -me dijo mal encarado- traigo 30, yo pensé que si no estaba bien pagado pues mal tampoco, Oluta no es un lugar lejano, no se cuántos litros de gasolina se gastan, pues nunca he sido taxista, pero me baso a otros lugares que por ese precio casi te llevan al doble, bueno el caso es que no quiso, me fui al siguiente taxi ofreciendo lo mismo, ya no traía más y me dijo, vámonos, en el camino me contaba, se va a encabronar y no vamos alegar, mire usted, el señor que no quiso llevarlo por 30 pesos es mi chofer, el taxi es mío, pero les he dicho, tomen en cuenta que ahora somos más taxistas, que los tiempos de las vacas gordas se acabaron, 30 pesos es un precio razonable, claro que hay que decirle al usuario que le vamos hacer el favor pero que el viaje cuesta 35 y ahí te la llevas, porque si se pone uno de exigente no saca uno ni lo del día pues ya somos el doble de taxistas con nuevos vehículos y me acordé de esto porque al regresar de Minatitlán, le pregunté al único taxista que estaba parado ahí frente al ADO cuánto a Oluta, me contestó con una voz ronca como de general mal pagado, 35, te doy 30, no, volvió a repetir y como era de día pues subí las escaleras y agarré el urbano y cómo pago medio pasaje con 4 pesos estuve en Oluta, qué le costaba tasladarme a ese lugar, pero bueno cada cabeza es un mundo, esos yo les llamo de los que no les gusta trabajar, bueno a lo mejor también era patrón, pero ya ni “totaroma”, por la mañana de ese día, llegué a agarrar el urbano de Oluta a la terminal, estando parado esperando el democrático se estacionó un taxi y me dijo, sale, vámonos, pero de a 20 le contesté, voy a la terminal y lo que levantes es tuyo, sale caliente dijo el chofer con mucho gusto, el caso es que antes de llegar al Centro de salud ya traía 3 pasajeros más y ahí sacó su viaje, ese sí tenía ganas de trabajar. . . por hoy es todo.

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