*** La necesidad de ganarse el pan con el sudor de su frente
la llevó a escoger ese pesado oficio *** Pero no se arrepiente porque dice: “Me
siento enamorada de mi trabajo” *** Originaria de Tlacotalpan, lleva 30 años de
vivir en San Juan Evangelista, mismos que los ha dedicado a esa pesada labor.
*** Construye casas y les aplica su propio estilo, sin maquillaje.
Por Mary Carranza
San Juan Evangelista.-
La necesidad de subsistir y
sacar adelante a sus dos hijas, prácticamente obligó a la señora Osiris Pitalúa
Carbajal, a escoger uno de los oficios más pesados y que estamos acostumbrados
a ver que sólo los hombres lo desempeñan, como es la albañilería. Y dice estar
enamorada de su trabajo.
— ¿Cómo es que usted decide
dedicarse a la albañilería?
— La necesidad, tenemos que
pagar lo que se debe y tenemos que comer, hay que echarle muchas ganas, con amor,
con mucho cariño, sobre todo muy enamorada del trabajo, esa es la ventaja,
enamorada del trabajo.
— ¿Desde cuándo hace usted
esto?
— Desde que quedé sola, ya
son como 30 años, desde que empecé hice mi primer casita, diríamos que hace
unos 28 años. Esta casita está sembrada a mi modo, desbaratamos y construimos.
— ¿Cómo le nace el amor por
la construcción?
— Buscamos la forma de trabajar,
esta es una forma de trabajar muy bonita, me siento muy enamorada de mi trabajo
y eso es bastante.
— ¿Es originaria de San Juan
Evangelista?
— Soy de Tlacotalpan, pero
llevó más de 30 años aquí y aquí estamos
trabajando gracias a Dios, con mucho respeto, respetando a todo mundo, todos me
respetan, es algo muy bonito, es muy
valioso el que sabe valorar el respeto.
— ¿La buscan para construir
casas u otro tipo de obras?
— Trabajo lo mío.
— ¿Tiene familia?
— Tengo dos hijas, una es
licenciada en derecho gracias a Dios. La mayor está casada y la soltera vive
conmigo, las dos le echamos muchas ganas.
Finaliza la entrevista
diciendo: “Esta es una forma de trabajar muy limpia, muy bonita”.
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