***
Los hombres que viven no se mueren nunca se duermen de a ratos
Escrito leído por el Lic. Sergio Manuel Trejo González
Acayucan ha perdido a uno de
sus hijos predilectos, murió Sixto Aparicio Candelario, muralista, pintor de
caballete, escultor y amigo, cuya figura emblemática del arte plástico nos
obliga a contemplar ahora los matices del cielo infinito por donde busca seguramente
la inspiración para continuar en otras dimensiones sus tareas.
Duele, duele mucho su
despedida, porque ya no está con nosotros ese personaje irrepetible; porque su
partida se suma además a la tragedia de sus familiares que reciben en muy breve
espacio de tiempo la prueba más cruenta que Dios Todopoderoso les haya
impuesto.
Hace unos días se adelantó
su hermano para esperarlo porque el Señor necesitaba a nuestro Sixto allá,
porque también los espíritus sublimes
requieren de nutrir su esencia y su energía en aquel reino de las musas y las hadas; porque su obra en la
tierra se ha cumplido y nosotros debemos cumplir retornando su cuerpo a la
tierra en obediencia a la sentencia bíblica: Polvo somos.
Sixto Aparicio Candelario,
fue entre muchas miembro de la Asociación Civil Arrieros del Apompo, organismo
constituido para preservar, rescatar y difundir los reflejos y las pautas
culturales de nuestro pueblo, en tal circunstancia y con el permiso de todos
ustedes, queremos realizar de manera sumaria nuestra asamblea general
extraordinaria a efecto de significar la despedida que necesariamente debemos
procurar a quien formara parte importante de nuestro grupo, para ello me
permito cumplir con el punto de lista de asistencia, rogando a los socios
contestar sobre tal requerimiento:
Reyes Bejarano León…
¡presente!.
JOSE LUIS ORTEGA VIDAL……
¡presente!.
JOSUE VIVEROS CUERVO, …
¡presente!.
ENRIQUE QUIROZ LOPEZ …
¡presente!.
SERGIO M. TREJO
GONZALEZ, … ¡presente!.
Sixto Aparicio Candelario. …
¡presente!.
Sixto Aparicio
Candelario…¡presente!.
Sixto Aparicio Candelario …
¡presente!.
Declarado el quórum legal,
permítanme por favor parafrasear algunos renglones de esos grandes, que dicen…
cuando las palabras faltan porque no se encuentran a nuestro alcance… y porque
el dolor está gritando más fuerte.
Cuando yo me vaya no quiero
que llores, quédate en silencio sin decir palabras,
Cuando yo me vaya respeta mi
sueño, por algo me marcho, por algo me he ido,
Si sientes mi ausencia no
pronuncies nada y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa,
búscame en mis libros, búscame en mi cuadros y en todas las obras que, que en
mis horas largas, con amor te dejo.
Si ves que me entierran no
me tengas lástima,
Corre hacia el espacio y libera
tu alma,
Siente la pintura, la
música, el canto,
y deja que el viento juegue
con tu cara.
No pronuncies la palabra
muerte,
Es más triste siempre vivir
olvidado,
Que morir mil veces y ser
recordado.
Cuando yo me vaya, no me
lleves flores a una tumba amarga,
Grita con la fuerza de toda
tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha,
La llama encendida no se
va a apagar por el simple hecho de que
no esté más.
Los hombres que viven no se
mueren nunca se duermen de a ratos, ratos muy pequeños, el sueño es solo una
excusa y un pretexto simple para amarnos, más,
Cuando yo me vaya extiende
tu mano y estarás conmigo por siempre en contacto y, aunque no me veas, y
aunque no me palpes, cerrando los ojos podrás escucharme…
No hay comentarios:
Publicar un comentario