CLAROSCUROS
José Luis Ortega Vidal
(1)
No hay marcha atrás.
La industria energética en México se encuentra en
franco proceso de privatización.
La gira que este martes 18 de marzo realizará
Enrique Peña Nieto por el Sur de Veracruz tendrá como testigos estelares -más
que a funcionarios de PEMEX o veteranos líderes del Sindicato Petrolero- a
inversionistas de Odebrecht y Mexichem; las potencias privadas que impulsan las
inversiones más importantes de la actualidad en el corredor petroquímico que
alguna vez fue nomás de los mexicanos.
La primera con Etileno XXI y la segunda en
Pajaritos.
(2)
A este
contexto se suman datos que clarifican aún más el entierro de la Expropiación
de 1938: PEMEX estudia importar petróleo de La India y Japón para alimentar
Refinerías -como la de Minatitlán- encargadas de suministrar parte de la
gasolina que mueve a México y que mes con mes incrementa su precio.
(3)
El panorama
no podría ser menos franco: el sueño socialista de Lázaro Cárdenas se encuentra
en pleno velorio.
El ejido
devino un campo descapitalizado y en regiones como el Sur el fenómeno
migratorio incluye la mano de obra juvenil de prácticamente todos los
municipios, ante la falta de empleos y perspectivas de desarrollo local y
regional.
(4)
En ese
contexto la industria petroquímica constituye la gran esperanza de retener a
las nuevas generaciones en su tierra natal a base de estudio en ingenierías y opciones
profesionales de trabajo.
Eso sí: el
gobierno nomás genera escuelas pues está visto que la oferta de trabajo no es
lo suyo.
El Estado
mexicano admite en los hechos –aunque lo niegue en el discurso- que el dinero
para reanimar la industria energética envejecida, sin suficiente tecnología
para explorar, extraer y procesar petróleo, ha de provenir de la iniciativa
privada o no vendrá.
En
consecuencia los derechos –convertidos a menudo en privilegios- de los trabajadores
petroleros sindicalizados, pasan paulatinamente a la historia.
(5)
El costo
de un capitalismo mixto que durante décadas marcó la economía de México llega poco
a poco a su fin.
No
obstante, el dinosaurio da coletazos en medio de sus estertores y ocurren casos
como el de la empresa Agro-nitrogenados, donde PEMEX adquiere instalaciones
viejas y oxidadas a un organismo privado sin interés en su rescate.
En forma
paralela a la apertura de PEMEX al capital privado, nuestros políticos apostarán
a fabricar fertilizantes luego de experiencias históricas que los definen como malos
empresarios.
(6)
Aprobada
la Reforma Energética, a un paso de que se aprueben las Leyes Secundarias que
abrirán el sector energético mexicano a los grandes capitales nacionales y
extranjeros, la cauda de empleos para reanimar el Sur de Veracruz Es y Será Privada
o No Es y no Será.
El
Sindicato Petrolero se ha convertido en una comparsa.
Carlos
Antonio Romero Deschamps libra la cárcel que tiene como huésped distinguida a
Elba Esther Gordillo, a cambio de agachar la cabeza ante su salida del Consejo de
Administración de PEMEX.
En tanto,
a los trabajadores bajo su representación los aguarda la jubilación, el
reacomodo o la recontratación con la IP.
(7)
La de hoy
no es una fiesta por la Expropiación Petrolera.
76 años
después, Enrique Peña Nieto llega este 18 de marzo al sur de Veracruz a
supervisar el guiso del pastel que “Tata” Lázaro metió al horno y nadie fue
capaz de repartir -en términos de eficiencia y justicia- a los mexicanos de la
Post Revolución.
Ante tal
fracaso los actuales gobernantes de México no ven otra opción: o piden ayuda
privada para el rescate de lo que sobra del pastel o se sientan a mirar cómo se
termina de quemar.
(8)
Hay
quienes señalan otras opciones pero mientras no las terminen de demostrar y no
cuenten con la fuerza para defenderlas, quienes controlan el balón sonreirán al
tiempo de aplaudir, bailar samba y cantar a coro: ¡In God We Trust!
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