Por Luis Velázquez
Veracruz.— En el palacio municipal del puerto jarocho despachan Blanca Nieves y algunos de los siete enanitos.
Desde luego, la bella y encantadora niña del cuento infantil es la Barbie primera, Luz Carolina Gudiño Corro, la primera presidenta municipal en los 490 años de la historia de Veracruz, desde la llegada de Hernán Cortés a las playas de Chalchihuecan.
Algunos de los siete enanitos son los siguientes.
Uno. El regidor priista, Daniel Galindo, con una estatura menor, lógico, a Blanca Nieves.
Dos. El regidor priista Víctor García, también conocido como ‘’El basurita’’, hijo putativo del oaxaqueño (paisano de Blanca Nieves) Nino Baxin, el dueño del sindicato de la limpia pública, y también, de la estatura de uno de los miembros de la corte.
Tres. El regidor Pedro Tovar, quien de igual manera también canta bien las rancheras.
Cuatro, Joshua, el secretario privado de Blanca Nieves.
Quinto, el secretario particular, igual de chaparrito.
Sexto, Andrés Figueroa, secretario de Desarrollo Social.
Y séptimo, Jorge Víctor Flores Guerrero, regidor, sobrino de Víctor Flores, el líder nacional de ferrocarrileros que en su juventud se creía Elvis Presley y así se vestía para las pachangas.
Faltaría la bruja.
Se ignora si la Blanca Nieves del palacio jarocho los haya seleccionado con lupa desde la candidatura a la alcaldía, pero todo parece indicar que así es, pues desde entonces, y/o en todo caso, ya tenía su bruja de cabecera.
Pero además, qué caray, en contraparte habría de recortar la célebre frase de Napoleón Bonaparte de que los hombres se miden de la cabeza para arriba y nunca del ombligo para abajo.
Alrededor de la corte también figura, en otra dimensión extraterrestre, Irán Barragán, cuya historia política y de experiencia y fogueo en el frente de batalla es la siguiente:
Uno. Chofer de Luz Carolina Gudiño Corro, donde alcanzó la maestría y el doctorado en Ciencias Políticas y Sociales.
Dos. La Dirección de Gobernación, donde desarrolló a plenitud sus facultades políticas.
Tres. La sindicatura, donde aterrizó para relevar en el cargo (por seis meses se ha dicho, lo que resulta una patraña) al empresario Antonio Sierra, el único del cuerpo edilicio que cuestionaba las decisiones de Blanca Nieves, y por eso, ni hablar, salió de la cúpula del poder municipal y
Pero disputaba con Blanca Nieves el amor y el cariño del príncipe.
Y, claro, la fuerza de Irán Barragán está garantizada, pues las malas entrañas aseguran está al servicio de los hermanos Macana, quienes utilizando el nombre de Blanca Nieves hacen y deshacen con el presupuesto, los cargos públicos y las acciones de gobierno.
Por supuesto, Blanca Nieves se mantiene en el trono real, y aun cuando la bruja puede seguir preguntando al espejo por la más bonita, la más bonita está enfrente, y se llama Ainara Rementería Coello, desde ahora la inminente sucesora en el trono edilicio para el primero de enero del año 2014, por encima de Enrique Levet Gorozpe, Marlon Ramírez, José Ricardo Ruiz Carmona y Fernando Arteaga, entre otros.
Y más, porque la primera medida de Blanca Nieves en el mes de enero de 2011 fue enviar una turba de indignados al DIF municipal a reclamar negocios ilícitos concesionados por Ainara a su novio de entonces, con quien acaba de contraer nupcias.
Y esa daga la trae clavada la Blanca Nieves Ainara para aplicar el principio teológico del poder de ojo por ojo y diente por diente.
La bruja mala del cuento se quedará chiquita para entonces.
Ya lo verán.
El cielo político de Veracruz se llenará de truenos y relámpagos.
NEGOCITOS DE BLANCA NIEVES
Blanca Nieves es una mujer guapa, pero a diferencia de la humilde Blanca Nieves del cuento, la jarocha es soberbia.
Tan soberbia que, por ejemplo, desde la campaña electoral mantiene en el exilio a grupos políticos locales por el simple hecho de buscar en tiempo y forma la misma candidatura a la alcaldía, entre ellos, y a la cabeza, Marlon Ramírez Marín, secretario de Fiscalización del Congreso de Jorge Carvallo, y que vive para odiarla.
Blanca Nieves también ha excluido a las mujeres priistas con fuerza y arrastre popular, temerosa, quizá, de ser rebasada y solo tiene a su lado a colegas afines y amigas, por añadidura.
La Blanca Nieves jarocha, además de no escuchar el clamor popular, caso la avenida Díaz Mirón, ha favorecido a un grupo reducido de contratistas con obra pública.
Y por si fuera insuficiente, está aplicando el principio francés de ‘’dejar hacer y dejar pasar’’ a los hermanos Macana.
La fama pública registra que en menos de un sexenio, la Blanca Nieves jarocha ha sabido ahorrar sus ingresos como directora del Instituto de la Mujer y diputada local y federal y alcaldesa (tres campañas electorales pagadas con cargo al erario, según Radio Bemba) y por lo pronto, el negocito de bolsas que tenía en un callejoncito del centro de la ciudad lo transfirió a plaza Las Américas.
Las malas entrañas, ácidas como son, calculan la fortuna de la Blanca Nieves jarocha en cien millones de pesos, antes, mucho antes, de haber aterrizado en el trono imperial de palacio civil.
Pero, bueno, a los opositores les falta estrategia de lucha, pues han resultado incapaces para documentar la fortuna correspondiente.
No obstante, algunos ediles panistas opositores que exigían cuentas claras en la lista de constructoras beneficiadas por dedazo han optado por el silencio, y ni hablar, la capacidad seductora de Blanca Nieves quedó manifiesta. (Tomado de El Piñero/ 3 de abril del 2012).
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