Denuncian ‘siembra’ de armas y ‘fabricación’
de pruebas a civiles abatidos en Veracruz
Tomado de: Proceso.com
Xalapa Ver.- Familiares de Joaquín Figueroa Vázquez, quien oficialmente fue “abatido” el 17 de junio durante un enfrentamiento contra militares en la comunidad Las Trancas, acusaron a los gobiernos federal y estatal de “sembrar” armas a su pariente y dos acompañantes, y de “fabricar” pruebas para hacerlos pasar como delincuentes.
En entrevista, unos 20 familiares de Figueroa Vázquez, de 53 años y padre de dos hijas, aseguraron que éste y sus dos acompañantes fueron “víctimas” de la guerra contra el narcotráfico, por lo que exigieron al gobernador Javier Duarte “limpiar” el nombre de su pariente.
Categóricos e “indignados” negaron que Joaquín haya pertenecido a un grupo criminal, como informó el gobernador el sábado 18 pasado, cuando aseguró que fueron “abatidos 11 delincuentes”, sin embargo, dijo Juan Figueroa Vázquez, hermano de la víctima, la realidad es que “tres de los muertos eran civiles”.
Juan Figueroa subrayó que en la noche del pasado 17 de junio, a la altura de la comunidad de Las Trancas, municipio de Emiliano Zapata, muy cerca del cuartel del 63 Batallón de Infantería, su hermano y dos compañeros de la empresa Construcciones Santa Clara, venían de Córdoba hacia esta ciudad en una camioneta particular cuando se toparon con el operativo militar.
Junto con otros familiares, Figueroa Vázquez defendió la integridad moral de su hermano, “pues él era un hombre humilde, trabajador y no un delincuente como lo declaró el gobernador Duarte al otro día de la balacera”.
Exigió a Duarte retractarse de su dicho, porque nunca mencionó que “entre los muertos había personas inocentes”, como es el caso de Joaquín y sus dos compañeros de trabajo.
En esa fecha, además de asegurar que en dicho operativo no se habían registrado daños a civiles, Duarte apuntó que hubo ocho detenidos puestos a disposición del Ministerio Público federal, se decomisó armamento, vehículos y armas de alto poder.
Juan Figueroa destacó que su hermano y sus compañeros de trabajo, Raúl Tecate Cuevas y Tito Landa Argüelles, viajaban en una camioneta Mitsubishi color blanco.
Sin embargo, Claudia Figueroa Sánchez, hija de Joaquín, reveló que cuando acudieron a la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ) a reconocer el cadáver, en las fotografías que les mostraron su padre y sus dos compañeros de trabajo aparecían junto con otra persona desconocida en el interior de una camioneta negra de diferente marca, y no en la Mitsubishi blanca en la que viajaba su progenitor.
Además, los cadáveres presentaban marcas de golpes en la cara y el cuerpo; y en el caso de su padre, éste “presentaba varios impactos de bala por la espalda y el tiro de gracia a la altura de la nuca”.
“Mi papá aparece con un arma larga cruzándole el cuerpo, el ingeniero con dos armas cortas enfundadas en el cinturón y al otro compañero le plantan también dos armas en las manos, y aparecen fotografiados en una camioneta negra junto con otra persona que no conocemos”, precisó Claudia Figueroa.
Por su parte, Rocío Figueroa Vázquez, otra hermana del occiso, dijo que decidieron hacer públicas estas anomalías para limpiar la imagen de las tres víctimas, “ya que no es posible que el propio gobernador difunda una versión sin verificar si realmente los muertos eran de un grupo criminal o personas inocentes”.
Ante ello, advirtieron que están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para exigir a las autoridades que “reconozcan sus errores y que se limpie el nombre de Joaquín”. Asimismo, adelantaron que, además de la denuncia pública, acudirán a los tribunales judiciales y solicitarán el apoyo de organismos defensores de derechos humanos para exigir castigo a los responsables de la “muerte de gente inocente”. (Tomado de El Piñero de la Cuenca/ 24 de junio del 2011).
En entrevista, unos 20 familiares de Figueroa Vázquez, de 53 años y padre de dos hijas, aseguraron que éste y sus dos acompañantes fueron “víctimas” de la guerra contra el narcotráfico, por lo que exigieron al gobernador Javier Duarte “limpiar” el nombre de su pariente.
Categóricos e “indignados” negaron que Joaquín haya pertenecido a un grupo criminal, como informó el gobernador el sábado 18 pasado, cuando aseguró que fueron “abatidos 11 delincuentes”, sin embargo, dijo Juan Figueroa Vázquez, hermano de la víctima, la realidad es que “tres de los muertos eran civiles”.
Juan Figueroa subrayó que en la noche del pasado 17 de junio, a la altura de la comunidad de Las Trancas, municipio de Emiliano Zapata, muy cerca del cuartel del 63 Batallón de Infantería, su hermano y dos compañeros de la empresa Construcciones Santa Clara, venían de Córdoba hacia esta ciudad en una camioneta particular cuando se toparon con el operativo militar.
Junto con otros familiares, Figueroa Vázquez defendió la integridad moral de su hermano, “pues él era un hombre humilde, trabajador y no un delincuente como lo declaró el gobernador Duarte al otro día de la balacera”.
Exigió a Duarte retractarse de su dicho, porque nunca mencionó que “entre los muertos había personas inocentes”, como es el caso de Joaquín y sus dos compañeros de trabajo.
En esa fecha, además de asegurar que en dicho operativo no se habían registrado daños a civiles, Duarte apuntó que hubo ocho detenidos puestos a disposición del Ministerio Público federal, se decomisó armamento, vehículos y armas de alto poder.
Juan Figueroa destacó que su hermano y sus compañeros de trabajo, Raúl Tecate Cuevas y Tito Landa Argüelles, viajaban en una camioneta Mitsubishi color blanco.
Sin embargo, Claudia Figueroa Sánchez, hija de Joaquín, reveló que cuando acudieron a la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ) a reconocer el cadáver, en las fotografías que les mostraron su padre y sus dos compañeros de trabajo aparecían junto con otra persona desconocida en el interior de una camioneta negra de diferente marca, y no en la Mitsubishi blanca en la que viajaba su progenitor.
Además, los cadáveres presentaban marcas de golpes en la cara y el cuerpo; y en el caso de su padre, éste “presentaba varios impactos de bala por la espalda y el tiro de gracia a la altura de la nuca”.
“Mi papá aparece con un arma larga cruzándole el cuerpo, el ingeniero con dos armas cortas enfundadas en el cinturón y al otro compañero le plantan también dos armas en las manos, y aparecen fotografiados en una camioneta negra junto con otra persona que no conocemos”, precisó Claudia Figueroa.
Por su parte, Rocío Figueroa Vázquez, otra hermana del occiso, dijo que decidieron hacer públicas estas anomalías para limpiar la imagen de las tres víctimas, “ya que no es posible que el propio gobernador difunda una versión sin verificar si realmente los muertos eran de un grupo criminal o personas inocentes”.
Ante ello, advirtieron que están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para exigir a las autoridades que “reconozcan sus errores y que se limpie el nombre de Joaquín”. Asimismo, adelantaron que, además de la denuncia pública, acudirán a los tribunales judiciales y solicitarán el apoyo de organismos defensores de derechos humanos para exigir castigo a los responsables de la “muerte de gente inocente”. (Tomado de El Piñero de la Cuenca/ 24 de junio del 2011).
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