martes, 21 de junio de 2011

Dan último adiós al periodista asesinado .







Por Indira Carvallo Guzmán

(Diario Presencia)

Veracruz, Ver.— Amigos, compañeros de trabajo y familiares, dieron el último adiós al periodista Miguel Ángel López Velasco, Milo Vela, en el panteón Particular, del centro de la ciudad, donde fue sepultado este día junto a su esposa, Agustina Solana, y el hijo de ambos, Misael López Solana.
Los tres fueron acribillados ayer en su domicilio, mientras dormían, por personas que ingresaron por la fuerza a la vivienda de la colonia López Arias, al norte de la ciudad, crimen del cual, al momento, las autoridades no tienen ni una pista.
El cortejo partió, como estaba programado, a la una y media de la tarde de la funeraria Naval, rumbo al panteón particular.
Un convoy de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública iba a la cabeza del mismo. En el camposanto los elementos de la Tercera Zona Naval colocaron un cordón de seguridad alrededor del mismo. Soldados fuertemente armados, encapuchados, con modernos equipos de comunicación, siempre estuvieron pendientes de las personas que pasaban por el rumbo, así como de los vehículos sospechosos.
La mayoría de las personas que acudieron a dar el último adiós a Milo Vela fueron compañeros del diario Notiver, así como de la fuente policiaca de más medios. Amigos de la escuela de Misa, el Gordo, como cariñosamente se le conocía. Así como la familia de doña Agustina. Entregados a la tierra, los restos de los tres fueron despedidos por Miguel Ángel López Solana, el hijo mayor que sobrevive junto a Jazmín López Solana:
“Papá, Mamá, Misa –dijo- que bueno que ya están allá; este mundo era demasiado cruel para los tres. Papá, que bueno que Misael está a tu lado. Él, que siempre te cuidaba, estoy seguro que te cuidará allá donde esté, junto a mi madre, quien decía que no era necia, sino persistente.
“Misael, por favor, cuida de mis padres. Sé que nunca te afligiste, nunca se afligió, Misael nunca se afligió…”.
Pasaron unos 10 minutos en lo que los albañiles hacían sus labores de ocultamiento de los féretros bajo lozas de cemento, y Miguel, como si entablara una de llamada, en lenguaje alfanumérico, por radio, con su hermano, dijo por última vez:
“Sobres, gordito, allí estamos, allí estamos 21(pendientes) pa’ cualquier 60 (eventualidad) en la zona norte. 21, Misa.
Dato:Fueron despedidos por Miguel Ángel López Solana, el hijo mayor que sobrevive junto a Jazmín López Solana:“Papá, Mamá, Misa –dijo- que bueno que ya están allá; este mundo era demasiado cruel para los tres. Papá, que bueno que Misael está a tu lado. Él, que siempre te cuidaba, estoy seguro que te cuidará allá donde esté, junto a mi madre, quien decía que no era necia, sino persistente. (Tomado de Diario Presencia/ Martes 21 de junio de 2011).

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