El gobernador Enrique Alfaro ha estado retando al
presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque no de palabra, pero sí en los
hechos, y AMLO necesitaba darle un escarmiento…
Columna: SUMARIO
Por Gustavo González Godina
Era de esperarse.
Lo ocurrido la tarde de este jueves en el centro de
Guadalajara no fue más que la crónica de un desmadre anunciado.
El gobernador Enrique Alfaro ha estado retando al
presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque no de palabra, pero sí en los
hechos, y AMLO necesitaba darle un escarmiento.
Y de paso enviarles un mensaje a los gobernadores de
Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango y Michoacán, que lo están molestando
exigiéndole un trato fiscal más justo.
Si no lo entendieron tendrán problemas.
Está claro que el ataque y destrozos que causaron los
manifestantes al patrimonio de Jalisco no fue espontáneo.
El pretexto era bueno aunque no oportuno, dejaron pasar
un mes desde que policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos mataron
a un hombre a golpes, que hasta la fecha no está claro por qué fue detenido.
Seguramente regañaron a los vándalos de Morena por no
aprovechar de inmediato lo ocurrido en Ixtlahuacán.
Me imagino la escena:
-“¡Pero cómo serán pendejos! ¿Qué no están viendo las
protestas de los gringos por haber matado la policía a un negro?
-“Señor, pero es que esto ocurrió hace un mes…”
-“¿Y qué importa?, háganle un desmadre a Alfaro para que
entienda quién manda en este país…”
-“Pero señor, aquí el partido no tiene suficiente
fuerza…”
-“No importa, yo les mando gente de otros estados, les
mando algunos malandros… para empezar les mando a Citlali, perdón, a Yeidckol
Polevnsky para que les ayude a organizarse, sirve de que me la entretienen un
rato y me la quito de encima”.
-“Está bien señor. ¿Quiere muertos y heridos o nomás un
desmadre?
-“Un buen desmadre nomás. Ahora que si por ahí le toca la
de malas a algún policía y se quema junto con su patrulla, pues ya ni modo…”
Y le armaron un buen desmadre al gobernador de Jalisco
Enrique Alfaro, cuya policía nada tuvo que ver en la muerte de un hombre
llamado Giovami, pero no se trataba de exigir justicia, se trataba de armarle
un desmadre.
Y cumpliendo fielmente las órdenes. Durante el
enfrentamiento entre la policía y los manifestantes, uno de éstos le vació un
recipiente con gasolina a un policía motorizado en la espalda, cuando el
gendarme se montaba en su moto para retirarse, y a continuación, de inmediato,
le prendió fuego y comenzó a arder el uniforme que vestía el policía, le tocó
la de malas pues.
Gracias a que sus compañeros lo auxiliaron rápidamente,
lo tiraron al piso de espaldas e hicieron que girara su cuerpo sobre el
pavimento para que se apagara, lo que lograron, no se consiguió el objetivo de
provocar una feroz represión por parte de las autoridades de Jalisco.
Y su consecuente respuesta por parte de la 4-T.
Pero sí quemaron dos patrullas y destrozaron las puertas
del Palacio de Gobierno y oficinas en su interior, además de pintarrajear en su
totalidad el inmueble por fuera. También les prendieron fuego a dos banderas
que sacaron del Palacio, una de Jalisco y otra la de México, el símbolo
nacional. Esto no lo hace un jalisciense ni un mexicano. Quemar la bandera de México
sólo se le puede atribuir a un extranjero, de El Salvador o de Honduras quizás…
En la refriega se detuvo a 20 de los manifestantes, de
los cuales durante la noche del jueves al viernes se estableció con claridad
que cuatro de ellos vinieron de otros estados, y que cuatro más tenían
antecedentes penales. Típico de las huestes de Morena.
Uno de los muchachos detenidos dijo que habían hecho eso
porque el gobernador de Jalisco no quería obedecer al Presidente.
Durante la refriega se ve a un hombre relativamente
joven, no viejo pero maduro, pelón de la cabeza pero con barba y bigotes, que
dice a gritos mientras camina: “Hijos de su p… madre, dónde están ahorita, ya
somos más que Giovani, Giovani era uno solo y lo mataron cabrones. A ver si le
siguen rascando los huevos al tigre cabrones. Artículo 39, el poder dimana del
pueblo, -y mientras apunta hacia las patrullas en llamas- ¿Eso querían los
hijos de la chingada?, ¿eso querían que pasara?, ya pasó. Si eso querían que
pasara ya pasó, es todo lo que querían cabrones”.
Más claro ni el agua, ¿quiénes fueron los cabrones que
mataron a Giovani, los policías del Estado?, ¿Enrique Alfaro?, ¿a quién se
dirigía este hombre?, ¿quién es el tigre al que le rascan los huevos, Andrés
Manuel López Obrador?
Falta ahora la respuesta de Enrique Alfaro, que no es una
perita en dulce, mucho menos una hermana de la caridad, es más bien rijoso,
broncudo, pendenciero, por no decir que mafioso, y no se va a quedar con esta
espina clavada.
La misma noche del jueves le dijo Alfaro a López que
controle a su gente, porque si no va a haber problemas mayores.
Pero Enrique Alfaro con todo y su carácter fuerte piensa
más que López Obrador, mucho más, por lo que creo que pensará dos veces su
respuesta.
Tal respuesta podría ser impulsar y fortalecer la unión
de los seis estados que se han manifestado abiertamente en contra de López
Obrador: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango, Jalisco y Michoacán,
invitando además a otros como Querétaro, Guanajuato y Colima; y que la
propuesta vaya más allá del rompimiento del Pacto Fiscal. Si lo que quiere
López Obrador es destruir al país, podría conseguir por este camino la división
territorial, lo que sería una desgracia muy lamentable para México, pero es lo
que está provocando el presidente de la República.
Ya se había insinuado Enrique Alfaro como cabeza de la
resistencia contra el gobierno federal de la 4-T con motivo del maltrato fiscal
a Jalisco, y a continuación porque localmente se hicieron mejor las cosas
contra el Covid-19 que en el resto del país, exhibió Alfaro a los López, a
Gatell y a Obrador, y la soberbia no resistió más y vino el contraataque,
violento, no de palabras nomás.
Aquí lo más importante que hay que señalar, es que lo
ocurrido en Jalisco, en Guadalajara este jueves, es sólo una muestra de lo que
es muy probable que va a ocurrir en todo el país, para eso ha estado el
Presidente sembrando el odio cada mañana y dividiendo a los mexicanos en sus
seguidores-aduladores, y conservadores; el que no está con Él está contra él. Y
ahí están los resultados, la pradera está completamente seca y lo de este
jueves fue sólo el primer chispazo,
mucho me temo que el fracasado gobierno de Andrés Manuel López Obrador va a
incendiar el país, es la vía más rápida para implantar la dictadura, para eso
tiene a sus órdenes a la Guardia Nacional y a las Fuerzas Armadas. Así que ya
saben lo que les espera a otros estados cuyos gobernadores no se someten a los
caprichos y tonterías del por desgracia Presidente de México, quien por cierto
acaba de decir que mentir, engañar y robar son las causas de la pandemia del
Coronavirus en México.
Urge ya que se vaya a su rancho y no regrese nunca más al
Palacio Nacional.
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