De la Redacción/ Tribuna del
Sur
Acayucan.-
La abuelita María Filiberta
Ramírez Chareo, pese a sus 87 años de edad, se trepa a la copa de un gran árbol
para cortar guayas.
Su familia, con domicilio en
la calle Francisco I. Madero del barrio San Diego, frente a la escuela primaria
Albino R. González Luna, explica que doña María Filiberta es mujer de campo.
Que trabaja en su parcela con el machete y el azadón.
Que no es la primera vez que
se sube a árboles de gran altura. Ni los varones, que existen en su familia, se
atreven a subirse a los árboles como ella.
Quienes la ven desde abajo
no dejan de exclamarle, abuelita con mucho cuidado no se vaya a caer y doña
María Filiberta les contesta que del suelo no va a pasar.
Ayudada con un palo corta
las guayas que se encuentran más alejadas de las ramas gruesas.
Las que logra cortar con la
mano las echa en una cubeta, la que tiene atada una reata con la que la baja y
en tierra su familia las vacía en unos botes de 20 litros.
Su peligroso trabajo se ve
premiado con los diez pesos en que vende las bolsas de las jugosas y sabrosas
guayas.
Mientras que los que la mirábamos desde el pie
del árbol teníamos el alma en un hilo doña María Filiberta se desplazaba con
gran destreza de una rama a otra.
Por lo que no nos quedó otra
cosa que encomendarla al patrón: ¡Que Dios, que también anda allá arriba, nos
la cuide y proteja!
felicito a la atleta distinguida que en vida no padece de los famosos mareos de altura que viva mas años .
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