Amigo de Colosio
y lector voraz!
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
El tres de enero fue la última vez que vimos a Don Juan Maldonado Pereda en el Café de La Parroquia, sonreía y amablemente concedió entrevistas a los reporteros que se le acercaban y le hacían la misma pregunta una y mil veces.
Dejó enfriar su lechero y su canilla para hablar de la educación en México ya que recientemente se aprobó la Reforma Educativa y al término de la entrevista una reportera novata le dijo – para mi registro, su nombre y cargo por favor. Ya no tengo cargo – contestó- tuve muchos, pero a estas alturas solo ponme Don Juan, y se sentó.
Los que nos quedamos cerca de su mesa alcanzábamos a escuchar su plática con los que le rodeaban, uno de ellos le preguntó ¿verdad que usted conoció a Luis Donaldo Colosio?- Si, antes de que fuera candidato, ¿Y eran amigos?, le insistieron. Si fuimos amigos y compañeros de la misma lucha ideológica.
Entre los cargos que ocupó Juan Maldonado Pereda destacan la alcaldía porteña, fue dos veces diputado federal y secretario de educación en los tiempos de Miguel Alemán, además de secretario particular del gobernador de Veracruz, Rafael Murillo Vidal entre otros puestos.
De mirada audaz y charla amena, los que lo trataron aseguran que poseía una colección de música envidiable y además se distinguía por haber leído cientos de libros; a los escritores clásicos y a los contemporáneos. De todo eso podía hablar. Porque quien no lee, tiene un mundo pequeñito solía aclarar.
Para hablar de política, lo hacía con conocimiento de causa y sin andarse con rodeos; a inicios de año se negó a dar “un consejo” a los nuevos priistas y fue enfático al decir que en su partido “muchos jóvenes ejercen la política sin conocer la praxis de la misma, por esta razón pierden el rumbo y el verdadero sentido social, hay que ser claros, la política no se aprende en los libros, hay que gastarse la suela de los zapatos”.
Este viernes se marchó de este mundo tras una larga vida de logros y reconocimientos, para muchos veracruzanos fue una pieza elemental de la política, de los verdaderos hombres de palabra, de los que quedan pocos.
Y aunque se fue, en la mente de muchos quedará aquella porra que sus seguidores le compusieron cuando a inicios de los ochenta realizaba sus recorridos para pedir el voto y ser diputado federal “Primero Veracruz, luego tu voto, para diputado Juan Maldonado”.
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