martes, 20 de febrero de 2018

Calma Chicha


Déjame que te cuente…

Por Sergio M. Trejo González

Pasada la histeria del 14 de febrero, Acayucan vive la efervescencia de los papaquis, que resultan el anuncio de carnaval. La gente se entusiasma y se desborda en júbilo por nuestras calles, tanto ajetreo que no hemos podido saludar, puntual y cumplidamente al Lic. Sabino Mora Alarcón, Director General del Instituto Tecnológico Superior de Acayucan (ITSA), quien desde hace casi 15 días  tomó posesión como relevo de Doctor Luis Alberto Escamilla Ortiz, dejando con el bate al hombro a “ya sabemos quién”.
Me resulta grato significar que el Licenciado Sabino Mora Alarcón, es un joven profesionista oriundo de Villa Oluta, pertenece a una muy apreciada familia, con la vocación por el servicio público heredada por la línea paterna, ya que su señor padre el Doctor Sabino Mora Rodríguez fue dos veces Alcalde de esa Villa… de cerquita recuerdo algo de sus administraciones y me complace saber que su hijo está ahora al frente de una institución tan respetable.
Pero bueno, decía su servidor que nuestra ciudad vive una catarsis en las comparsas de la fiesta del Rey Momo y los tiempos electorales que se avecinan… y entramos ahora en un compás de espera, aguardando la  derrama económica presupuestal que sabemos llegará a nuestro ayuntamiento de manera generosa y abundante, como para que  sindica y regidores se pongan a trabajar y dejen ya de andar, retirados en el éter, mandando representantes a todas partes, como si tuvieran mucho que hacer. Darse su importancia es bueno pero como pose y actitud  fastidia y choca, enfada. Bien harían los ediles flojones ya! ponerse a realizar alguna actividad y no solamente colgarse o pegarse, mandando representantes… ni para salir en la foto asisten, aprendan a Julio López que se la pasa chambeando en la dirección municipal de lo que sabe, y bien.
Hay otras, dos o tres si acaso,  que también desquitan el salario, el resto en la pereza, la gueva y la holgazanería.
En contraste con esa algarabía popular y la abulia y apatía edilicia, hay cierta, bastante mutismo, silencio, hasta en la noticia Roja. Observemos que ha quedado un tanto rezagada, eliminada la información delicada y peligrosa, de los índices delictivos no muy lejanos; empero hubo por ahí detenciones en el fin de semana que no salieron de pasaron de la Fiscalia. Nada al respecto en las redes ni en los medios periodísticos ni radiofónicos… …”Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió. No hubo curiosos, no hubo preguntas nadie lloró”.
Tampoco circula nada, de la protesta de los abogados y ciudadanos ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia, llamándolo “ Nido de la Corrupción” por los actos que se le reprueban a la Secretaria de Acuerdos Alma Delia Arenas Granadillo
Como que se vive una calma chicha. Así le decimos a cierta atmósfera de cuando no hay viento, cuando no hay olas.
Y para relajarnos les platico: Para orientar a los navegantes desde la costa en los días de niebla o lluvia, se introdujeron en los faros unos dispositivos que hacían sonar unas campanas por medio del viento o con el oleaje, pero el problema era que, cuando había calma, no funcionaban, y es normalmente en esas condiciones cuando se levanta la niebla.
Entiéndase, que hablar de calma chicha es hablar de la quietud. Pero no de esa que cura la fatiga, no de esa que abre espacios a la meditación, no de la que es remanso en la turbulencia de la vida. Hablar de calma chicha es hablar de la otra quietud, la que desespera, en la que no hay negro ni blanco, ni frío ni calor, ni bien ni mal... Ninguna noticia de interés. Estamos en calma chicha: no corren ni verdades, ni mentiras.

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