Quienes saben contar, que no cuenten con Erick Lagos. No será candidato a
gobernador de dos años en 2016. No es su proyecto. Irá, eso sí, por la
de seis, en 2018. Usará su condición de líder de la bancada priísta
veracruzana para posicionarse, para revitalizar al fidelismo, para hacer
amarres, comprar conciencias, someter inercias, torcerle la mano al
rival.
Tiene definido el ex secretario de Gobierno y ex líder del PRI
estatal que al minigobierno irán Héctor Yunes Landa o Pepe Yunes
Zorrilla. Pero si el PRI se fractura, se divide y Pepe Yunes cumple su
promesa de apoyar “al candidato de otro partido”, el próximo gobernador
será Miguel Ángel Yunes Linares.
Y en ese escenario habrá persecución,
denuncias, cacería de brujas y cárcel para fidelistas y duartistas. Y
entonces tampoco habrá sexenio en 2018. Por lo pronto, Erick Lagos
asumirá su diputación federal en septiembre y será el pastor de los
legisladores priístas veracruzanos. (Tomado del Facebook de Mussio Cárdenas de la columna Informe Rojo).
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