domingo, 1 de febrero de 2015

CRÓNICA | “La avanzada”, los rudos que evitan a los “infiltrados” en marchas por los 43



Por Sergio Rincón/ febrero 1, 2015/Sin Embargo

Catalina, tía de . Foto, Francisco Castañeda.
Catalina, tía del joven normalista Felipe Arnulfo Rosa, reclama la aparición de su sobrino. Foto: Francisco Castañeda, SinEmbargo

Ciudad de México, 1 de febrero (SinEmbargo).- “A chingar a su madre. Cuando tenían que cuidar a los muchachos no lo hicieron, ahora ya no los necesitamos”, grita Catalina mientras la punta de su pie golpea los glúteos de un policía de tránsito del Distrito Federal.
Sin soltar la fotografía de su sobrino Felipe Arnulfo Rosa, la mujer ordena a otros uniformados: “Órale, a chingar a su madre, aquí no tienen nada que hacer”. Un joven se cubre la cara y entra en acción, no lleva más arma que su furia contenida. “A la verga, culero”, exclama. Tira patadas al aire y finta a los “puercos”.
Un tercer hombre con gorra aparece y se lanza a reclamos contra un fotógrafo: “No tomes fotos, a poco cuando me desaparezcan a mi hermano, ¿tú me lo vas a regresar?”.
Es 26 de enero y se cumplieron cuatro meses de la desaparición de los 43 normalista de Ayotzinapa. Más muchachos que se mantenían detrás de los camiones estacionados sobre la lateral de la calzada de Tlalpan, a la altura de General Anaya, salen como apoyo a amedrentar a los policías. Los uniformados no mueven un dedo, en su rostro se ve el pánico; tras comunicar por radio la situación, comienzan a retroceder.
Esto es apenas una probada de “La avanzada”, así se les llama al grupo de guardias que escoltan a los familiares de los normalistas desaparecidos en Iguala. Aquí apenas son unos cuantos, el resto del equipo está dividido en varios puntos de la ciudad, algunos se encuentran a 2 kilómetros al sur, justo en las inmediaciones de la estación del Metro Taxqueña. Allá varios contingentes se alistan para iniciar la marcha del 26 de enero.

"La avanzada" defendiendo su posición. Foto, Francisco Castañeda.
“La avanzada” defendiendo su posición. Foto: Francisco Castañeda, Sin Embargo

Aron, uno de los coordinadores de este brazo protector, explica a SinEmbargo que “La avanzada” surge justamente luego de varios intentos de represión. “Es simple prevención, no hemos tenido golpeteo, pero [Miguel Ángel] Mancera ha denostado su ganas de reprimir la protesta social”.
Son casi las 11 de la mañana. El sol comienza a calentar el suelo de la Calzada de Tlalpan. Las seis camionetas repletas de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) han desaparecido. La escolta que viene de Guerrero ha limpiado el primer punto del camino para que los padres de los normalistas de Ayotzinapa, estudiantes, maestros y demás marchistas avancen hacia el Zócalo capitalino.

Policías vestidos de civil también fueron amedrentados. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.
Policías vestidos de civil también son amedrentados por “la avanzada”. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Aron recibe un pitazo por radio. Hay un posible infiltrado. Los hombres de “La avanzada” se mueven de forma discreta para encontrar a la “rata” mientras la vanguardia avanza y grita: “No has muerto, camarada, no has muerto camarada. Tu muerte, tu muerte será vengada”.
“Como venimos en un grupo muy compacto y de puros conocidos es fácil detectar a infiltrados. Si hay una persona sospechosa se le piden datos. Si viene con un contingente se le pide que vuelva a su lugar”, explica Aron.

"La avanzada" abriendo el paso por Tlalpan. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.
“La avanzada” abriendo el paso por la Calzada de Tlalpan. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Los rostros de estos escoltas son imponentes. La gran mayoría son hombres de piel morena. Algunos visten camiseta, de modo que permiten ver los músculos de sus ejercitados brazos. La edad no importa, hay jóvenes y señores maduros, al igual que mujeres. No usan uniforme pero hay elementos que los distinguen: todos portan algo para cubrirse el rostro como paliacates o gafas, usan radio, la gran mayoría lleva sudadera o chamarra puesta.
El calor de la una de la tarde arrecia. Los asistentes a la marcha se cubren con gorras, sombreros, y hasta improvisan sombrillas con las pancartas. “Ayotzi vive, la lucha sigue… Ayotzi vive y vive, la lucha sigue y sigue”, las consignas retumban en los edificios de Tlalpan; al llegar al número 1034 de esa calzada un hombre que iba en bicicleta es detenido. El grupo de seguridad de la marcha lo interroga y le pide identificación. Uno de los elementos de “La avanzada” informa por radio; el hombre en el altavoz anuncia que hay enviados del gobierno que buscan desestabilizar al movimiento.

La vanguardia avanzando. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.
La vanguardia de la marcha avanzando hacia el centro de la Ciudad de México. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

“Nomás estás dando vueltas y vueltas”, le recriminan. El detenido les explica que no es ningún desestabilizador. La revisión termina, se trata de una falsa alarma, el hombre queda libre pero le prohíben volver. 

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